Son pocas las personas de la Cuenca Minera de Huelva que no conocen a Luis Francisco Naranjo Acosta, un riotinteño de 68 años que lleva toda la vida ensalzando la cultura de su pueblo a través de la música. Su relación con esta manifestación artística la inició prácticamente desde niño, puesto que asegura que “siempre me ha encantado la música”. Sin embargo, fue en Úbeda, hasta donde se marchó en 1963-1964 para estudiar Delineación durante tres años, donde tuvo su primer contacto musical serio.
En Úbeda, mientras estudiaba, se apuntó a la tuna, un hecho que le dio la oportunidad de comenzar a aprender la bandurria, el primer instrumento con el que se familiarizó. Luego, cuando volvió a Minas de Riotinto, comenzó a trabajar en el Departamento de Informática de la mina, lugar en el que desarrolló toda su vida profesional. Una ocupación que no le impidió continuar fomentado su amor por la música.
“Todo lo que sé lo he aprendido de forma autodidacta. Lo he aprendido todo de oído, a base de ensayar muchas horas. Además, creo que he tenido buenas cualidades para ello. Hay que tener en cuenta que en aquellos años no había tantas facilidades como hoy para estudiar música”, nos comenta Luis Francisco, que apostó por la música desde que regresó de Úbeda. Primero aprendió guitarra y, más tarde, se introdujo en el piano.
De este modo, cuando volvió a su localidad natal se involucró de lleno con la Coral Minera de Riotinto, una agrupación que surgió a inicios de los años ochenta. Luis Francisco Naranjo fue en la coral donde aprendió a tocar el piano, puesto que, según recuerda, “el director de la coral se marchó, por lo que tuve que empezar a aprender a tocar el piano, encargándome de la dirección de la agrupación a partir de 1984”.
Una coral que ha hecho historia en la Cuenca Minera de Huelva al haber participado en múltiples encuentros de corales por toda la provincia onubense y fuera de ella, como el Certamen Internacional de Corales de Avilés (Oviedo).
Una experiencia muy gratificante a la que se une, desde 1978, la puesta en marcha del Grupo de Campanilleros ‘Hogueras y Candiles’, que Naranjo dirige desde su creación en 1978. Una agrupación que surgió a raíz de la iniciativa de varios profesores del colegio Al-Ándalus de Minas de Riotinto, bajo el impulso de Luis Francisco, que quisieron recuperar y preservar los villancicos nativos de Minas de Riotinto.
Una propuesta que consiguió un enorme reconocimiento desde un principio, puesto que se convirtió en todo un fenómeno tras presentarse en el I Certamen de Belenistas, que se celebró en la Catedral de Sevilla, y donde consiguieron el primer premio. “Un premio que, verdaderamente, fue toda una sorpresa, porque nos presentamos sin ninguna pretensión y conseguimos ganarlo”, afirma Naranjo.
Fue el primero de una larga de lista de reconocimientos obtenidos desde entonces hasta ahora por ‘Hogueras y Candiles’, que es un nombre que ya permanece unido a la historia de la Cuenca Minera desde entonces hasta ahora. Huelva o Bormujos son algunos de los lugares donde también han sido galardonados. De hecho, su director reconoce que “los campanilleros somos muy queridos en Minas de Riotinto. No en vano, el pasado año 2017 cumplimos ya nuestro 40 aniversario”.
A todo ello se une el haber grabado dos discos de villancicos, en 1992 y en 2004. E, incluso, entre los proyectos del grupo se encuentra el grabar un tercer trabajo discográfico con nuevas composiciones.
Como se puede comprobar, Luis Francisco Naranjo cuenta con una amplia trayectoria unida a la música, trayectoria que continúa de forma intensa, puesto que “aunque vamos cumpliendo años, seguimos ensayando a lo largo de todo el año, ya sea para la coral, los campanilleros, el carnaval, para las fiestas de la Virgen del Rosario, la Cabalgata de los Reyes Magos…, realmente no paramos en todo el año. Así que, es cierto que el tiempo pasa, pero seguimos dándolo todo por nuestro pueblo”.
Una labor que ha sido reconocida también a nivel personal, puesto que Luis Francisco fue nombrado Hijo Predilecto de Minas de Riotinto en el año 2011, sin olvidar que cuenta con una calle con su nombre en la localidad minera desde 2014. Todo un honor para un riotinteño de pro como él. De hecho, ha sabido trasmitirle ese amor por la Cuenca y por la música a sus tres hijos.
Por este motivo, para terminar esta entrevista Naranjo tan sólo quiere “mostrar mi agradecimiento a mi pueblo por todo el cariño que he recibido, porque puedo sentirme orgulloso de haber sido profeta en mi tierra. Así que tan sólo puedo dar las gracias por todo ello”.