La espuma detectada por Ecologistas en Acción, Izquierda Unida y Equo en el cauce del río Tinto, que las tres organizaciones han puesto en conocimiento del Seprona al entender que es consecuencia de vertidos tóxicos, se genera de manera habitual como consecuencia de las «condiciones naturales» del río.

Así lo han destacado este viernes desde la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andaucía, que, en cualquier caso, investigará si se ha producido un vertido tóxico, como han denunciado las tres organizaciones citadas.

De hecho, agentes de Medio Ambiente tomaron muestras de la sustancia este mismo jueves, nada más tenerse conocimiento de la denuncia, con el objetivo de analizarlas en laboratorio, si bien la Administración autonómica espera que, con este análisis, se confirme el origen habitual de la espuma.

Desde la citada Consejería han explicado que las espumas se ocasionan con los episodios de lluvias y se deben la descomposición de las proteínas de las bacterias anaerobias que están en el origen del Tinto.

La Consejería de Medio Ambiente ha realizado estas declaraciones después de que este jueves, tal y como informara Tinto Noticias -el periódico digital de la Cuenca Minera de Riotinto- a través de esta publicación, Ecologistas en Acción, EQUO e Izquierda Unida denunciasen ante el Seprona la existencia de «nuevos vertidos incontrolados» en el río Tinto que, a juicio de las tres organizaciones, proceden tanto del vertedero de residuos tóxicos y peligrosos de Nerva como de aguas residuales sin depurar de esta misma localidad.

En concreto, integrantes de las tres formaciones aseguraron que habían detectado, durante una «exhaustiva» visita al cauce del río, «una espuma densa que desprende un fuerte olor ácido y con presencia especialmente significativa a la salida del embalse de La Marismilla, en el término municipal de Nerva, en la confluencia del arroyo el Ventoso y en el puente de la carretera de Berrocal».

Las mismas fuentes señalaron que «los espumarajos en el río comienzan precisamente a la altura del vertedero», donde, según aseguraron las tres organizaciones, hay «presencia de balsas sin acondicionar que se conectan con canales perimetrales que dan a parar al río y vierten en él a saber qué residuos».