Manager de su propia farmacia en un pueblo cercano a Londres, esta onubense espera regresar a Huelva, una tierra que no olvida
Encarni Gómez Bordallo (Minas de Riotinto, 1970) es una onubense que pasó su infancia y su juventud en su localidad natal hasta que, a los 18 años, se marchó a Sevilla a estudiar Farmacia en la Hispalense. Una vez que finalizó la carrera pensó que era el momento de aprender inglés para poder encontrar trabajo, puesto que siempre había tenido esa inquietud, así que se marchó a Inglaterra por un periodo de seis meses, aunque la estancia acabó alargándose un año. Además, en este tiempo, conoció a su marido, natural de Alicante, en la ciudad de Brighton.
Según nos cuenta, “mi intención nunca fue quedarme a vivir aquí, así que, después de este tiempo, nos volvimos a España (a Minas de Riotinto), donde nos casamos y tuvimos a nuestra hija Manuela. Habían pasado ya cinco años desde nuestra vuelta y un día leyendo el periódico vimos que buscaban farmacéuticos en Inglaterra con unas condiciones de trabajo muy buenas”. A todo ello se unía que, “en ese momento, sobre todo yo, estaba bastante harta de la farmacia en la que trabajaba, donde hacía guardias de casi de 24 horas una semana sí y otra no, con un salario de nada. Por esto, unido a que mi marido y yo somos culo de mal asiento, como se suele decir, decidimos que haría la entrevista para trabajar en Inglaterra y a ver qué pasaba”.
Tras tomar esta decisión, todo pasó muy rápido. Fue a Sevilla a hacer una prueba y le dieron el trabajo. En dos meses estaban de nuevo en Inglaterra. “Como puedes imaginar, a mis padres casi les da algo. Los dos, mi marido y yo, teníamos trabajo. Habíamos comprado una casa y mi niña tenía 10 meses. Pero, aún así, nosotros siempre habíamos sido muy aventureros, así que nadie nos iba a parar”, nos comenta esta riotinteña, que considera que “yo creo que, con el tiempo, cuando vieron que estábamos bien y contentos, empezaron a estar bien ellos también. Otras veces pienso que aún siguen pensando que estamos locos”.
Encarni y su marido se marcharon a Cardiff (Gales), donde le ofreció el trabajo la compañía farmacéutica. Lo cierto es que los inicios no fueron nada fáciles, porque suponía adaptarse a un nuevo país, un nuevo idioma y con una niña de diez meses, sin tener ayuda de nadie. Además, el trabajo de esta onubense es más complicado que en España, puesto que no se ciñe a dispensar, sino también a hacer vacunas de la gripe, pruebas de Sintron, de alergias y otros muchos servicios, así que, a su llegada, tuvo que hacer cursos de aprendizaje. Y todos en inglés. Asegura que “me ayudó algo el hecho de que los nombres de medicamentos se escriben y se dicen de manera muy similar al español, pero, aún así, fue duro, muy duro, por todo lo que tuve que estudiar”. Por su parte, su marido, que es electricista, también tuvo que ir al instituto y sacarse todos los títulos que necesitaba para trabajar allí.
Con todo, les costó unos meses adaptarse a su nueva vida, pero luego todo fue muy bien. Ella se hizo con el trabajo, él encontró uno rápido y encontraron a una chica que cuidaba de la niña. Así que estaban muy contentos. En total, estuvieron viviendo en Gales seis años, hasta que Encarni pidió un traslado a Inglaterra con el objetivo de estar más cerca de Londres, al tiempo que pensaron que le ayudaría a la niña con sus estudios y a tener más oportunidades.
En concreto, su destino fue el pueblo de Redhill, donde se encuentran desde hace diez años. Se trata de una localidad que tiene una estación en la línea principal Brighton-Londres, por lo que tienen la posibilidad de coger trenes cada 10 minutos a Londres, que tardan unos 20-30 minutos, así que es como estar en las afueras, pero en una zona muy tranquila, sin el barrullo de la ciudad.
En total, Encarni Gómez hará el próximo mes de octubre 16 años desde que está en Reino Unido. Una etapa que califican como “muy positiva, tanto para mi marido, como para mí. En el trabajo estamos muy valorados. Yo llevo mi propia farmacia dentro de la compañía, puesto que soy la manager. Además, el farmacéutico aquí está equiparado a los médicos, enfermeras y todos los profesionales de la salud. Y lo cierto es que me gusta mucho, porque siempre hay cosas nuevas que aprender. No puedo negar que, a veces, es estresante, pero es un trabajo nada aburrido. Y eso me da vida”. Una situación que se une al sistema laboral inglés, que es más flexible que en España, porque “yo sólo trabajo cuatro días, lunes a jueves, y así me da tiempo para hacer otras cosas. Siempre pienso que lo que he conseguido aquí, tanto a nivel personal como profesional, en España hubiera sido impensable”, nos comenta Encarni.
De hecho, el matrimonio está trabajando en nuevos proyectos. Desde hace unos meses ha emprendido un pequeño negocio de comidas desde casa, que incluye desde cenas en casa, paellas y todo tipo de comida española, fiestas privadas o, incluso, mercados. Una propuesta todavía incipiente, pero que les está dando muy buenos resultados. Su nombre es ‘El Rincón de Encarni’ y puede visitarse en esta web.
A nivel personal, para esta riotinteña, “el orgullo más grande que tengo es mi niña. Completamente bilingüe, he podido darle educación privada y es una máquina en el colegio. Todos los premios se lo dan a ella. La manera que los profesores hablan de ella es increíble, como la quieren y la valoran. Yo siempre pienso que algo nosotros haremos bien para que entre todos los inglesas sea ella la que destaque”.
Siendo así, sus planes son “esperar que Manuela acabe sus estudios y se independice, -esperemos que a la edad de aquí y no la de allí-, y entonces volver a España. Mi marido, a pesar de ser de Alicante, le encanta nuestra tierra, así que nuestro sueño sería tener una casita, a ser posible en Mazagón y retirarnos allí”.
En general, lo que más echa de menos esta farmacéutica de España es la luz de Andalucía, porque, “siendo sincera, la temperatura no me molesta tanto, porque el calor yo lo llevo mal. Pero, no ver el cielo azul y el sol por días y días, hay veces que me pilla un montón. Eso sí, nosotros vamos a España, como mínimo, dos veces al año. Y, a veces, son tres y cuatro, por lo que lo llevamos más o menos bien”.
Por lo demás, asegura, “al ser en casa todos españoles, para mí, es como si viviera allí. Incluso la tele la tenemos en español (risas). Sinceramente, mi vida la siento aquí. Mi casa, mi rutina…, está aquí. Y, ahora mismo, no me podría imaginar viviendo en España”.
Para terminar, Encarni Gómez le manda “muchos recuerdos a mis paisanos. Me encanta verlos cuando voy por allí. Y, por supuesto, les animo también a visitar Inglaterra, que es muy chulo”.