Después del éxito que tuvo su cortometraje protagonizado por Antonio Dechent, Luis Zahera y Paco Tous titulado ‘Amateur’, que llegó hasta el Festival de Cine de Málaga, el cineasta campillero David Rodríguez (El Campillo, 1979) continúa desarrollando nuevos proyectos audiovisuales de relevancia, algunos de los cuales pronto verán la luz, una prueba de la importante actividad profesional realizada por este cineasta, cuyo último trabajo ha sido la dirección de la producción ‘Planeta Azúcar’.

Un cortometraje con el que David Rodríguez, -conocido en el mundo audiovisual como David Salvochea, al haber tomado como apellido el nombre de El Campillo durante la Segunda República-, ha querido concienciar sobre los problemas de salud derivados de la ingesta del azúcar a través de los productos procesados. Un vídeo enmarcado dentro de la campaña ‘25 Gramos’, dirigida al control de la venta y publicidad del azúcar.

En este film, de nuevo protagonizado por Antonio Dechent y Luis Zahera, se narra la historia de Luis, una persona con una vida aparentemente normal hasta que una mañana en una cafetería recibe una inesperada visita de alguien que hasta entonces resultaba ser invisible y que ya le acompañará el resto de su vida: su azúcar. Un problema que, como irá percibiendo, no viene solo.

Un trabajo, encargado a David por la ONG Justicia Alimentaria Global, con la financiación de la Consejería de Servicios Sociales y Cooperación del Gobierno Balear, en el que se muestra en tono de comedia un problema muy habitual en nuestra sociedad. Una interesante lección, plasmada en 12 minutos, que puede verse en el siguiente enlace en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=RKSwzvEQk7w

‘Planeta Azúcar’ ha visitado, además, numerosos festivales, como sucedió en octubre del pasado año 2017, cuando estuvo presente en la 7ª Edición de Ecofilm Festival, celebrado en México, y en la II Patagonia Internacional Eco Film Festival de Argentina, entre otros. Un recorrido a lo largo del cual ha ganado diversos reconocimientos, como el Premio del Público en la II Edición de ‘Gateando’, Festival Internacional de Cine Rural y Medioambiental-Sierra de Gata, de Cáceres, además de ser Finalista a la Mejor Interpretación en la X Edición del Certamen de Cortometrajes de Bujaraloz, Zaragoza.

Hay que recordar que, con su anterior cortometraje, ‘Amateur’, este campillero ya logró ser reconocido en diversos certámenes, al obtener el Premio al Mejor Guión en el NOFI de Los Ángeles, en EE. UU., además de visitar citas tan conocidas como el Curtmiratges en Barcelona o el Festival de Cine de Zaragoza, en Madrid.

‘Amateur’ (2013) fue un cortometraje autoproducido por el propio David, aunque su trabajo más conocido hasta la fecha es ‘Dos tomates y dos destinos’ (2012), una comedia de concienciación ecológica, interpretada por Joaquín Reyes y Carlos Areces, realizado con la organización ‘Veterinarios sin Fronteras’, que trabaja la soberanía alimentaria. También son reseñables sus primeros cortometrajes, interpretados por personas con discapacidad intelectual, ‘Una historia normal’ y ‘Ser o no ser’, que se llevaron a cabo dentro de un proyecto educativo.

Trayectoria de un joven amante del séptimo arte

David Salvochea comenzó su formación de guión y realización en la Asociación ‘El templo de Medea’, dirigida por René Palacios, en Córdoba, para más tarde estudiar Realización Audiovisual en la Escuela Profesional de Artes Audiovisuales ‘Metrópolis C.E’ de Madrid. De hecho, este cineasta se marchó de El Campillo hace más de quince años cuando se fue a Córdoba a estudiar veterinaria.

Es más, además de su formación en realización y guion, es licenciado en Veterinaria por la Universidad de Córdoba. En la actualidad, compagina su trabajo en el ámbito audiovisual con la docencia en Educación Secundaria. Su residencia habitual es Valdepeñas (Ciudad Real).

Todo ello le ha valido a este campillero el haber recibido la Medalla de la Villa de El Campillo en el año 2014, en la categoría de Cultura. Y es que, a pesar de haberse marchado del municipio, reconoce que viene a casa siempre que puede, puesto que afirma que “El Campillo tiene algo especial. Allí ves cosas que en otros lugares serían impensables. La alegría que hay en ese pueblo por metro cuadrado no es normal”.