Tras la buena acogida de sus anteriores poemarios, ‘El susurro del río’ y ‘La sombra de la morera’, esta riotinteña continúa sorprendiendo con su tercer libro, ‘Lágrimas de Amapola’, del que se musicarán sus poemas
El interés por la literatura de la riotinteña Rosario Santana Muñoz ha sido constante a lo largo de su vida, puesto que le gustó desde el colegio. Desde entonces fue adentrándose, poco a poco, hasta llegar a la Universidad de Sevilla, donde se licenció en Filología Clásica e Hispánica. A partir de aquí, según recuerda, “la poesía surgió inesperadamente en otoño de 2012, coincidiendo con ese tiempo de esquila, de violines entrelazados, de aroma a aguardiente en que mi pueblo se convierte en ese oasis hacia el que todos acudimos para refugiarnos bajo el manto de nuestra Virgen del Rosario. Por ello, ser su pregonera en este año ha sido el galardón más preciado que he podido recibir, pese a que tengo en mi haber siete premios en este espacio corto, relativamente”.
De hecho, Santana Muñoz cuenta en su haber con libros de poesía como El susurro del río y La sombra de la morera, que nacieron de la necesidad de rendir tributo a la cultura, la historia y las tradiciones de Minas de Riotinto, su localidad natal. Todo ello con el objetivo de “hacer un canto de nostalgia a esa mina, a ese paisaje que dejé al marcharme, aunque realmente nunca me fui del todo, pues aquí sigue mi familia, el corazón de mi raíz y la médula de mi memoria”, asegura.
Eso sí, a pesar de vivir fuera, ya que trabajaba en Sevilla como profesora, desde hace un tiempo, por motivos personales, no se mueve de su pueblo, por lo que, incluso, tuvo que dejar su empleo. Un tiempo que aprovechó para componer ‘Lágrimas de amapola’, un poemario que ha supuesto un punto de inflexión en su trayectoria, debido a que, tal y como nos cuenta, “se trata de un poemario narrativo que expresa los sentimientos de esas mujeres que esperaban cada noche el regreso de los mineros que vivían al límite, la espera, la incertidumbre, el amor. Esa Penélope que no pasaba las noches en un palacio, sino sentada en una mecedora y bordando su destino. Podría decirse que es una temática muy actual mutatis mutandis. Esta historia me la inspiró una imagen que preside una glorieta de mi pueblo: la mujer minera”.
Lágrimas de amapola fue presentado el pasado 27 de septiembre en el 1900 de Huelva, aunque, anteriormente, estuvo en la Biblioteca de la Diputación. Además, la obra también ha hecho un recorrido por Málaga, Pizarra, Montilla, Zalamea la Real y Sevilla, donde próximamente se hará otra presentación.
Junto a nuevas presentaciones del libro, Rosario también tiene previsto participar, junto a otras poetisas, en un CD en el que van a musicarse sus poemas. “Me gustaría dejar claro que me dejo llevar por la vida, que prefiero que llamen a mi puerta a tener que ir detrás de nadie, que soy muy transparente y poco dada a la adulación gratuita”, afirma.
En este punto de su trayectoria, esta riotinteña asegura que, “de todo lo vivido literariamente, me quedo con el pregón y con ese monolito donde está labrado el poema que hice en homenaje a los costaleros. Todo un honor, por el que me siento muy agradecida”.
Rosario Santana asegura también que “es muy complicado mantenerse en este mundo literario, donde no siempre somos valorados como merecemos”, a lo que añade que “quizás suene a presunción lo que digo, pero no hablo sólo de mí, sino también de otras compañeras que creemos en nuestro trabajo y caminamos entre escollos”. A pesar de ello, Santana tiene claro que le apasiona escribir, por lo que “seguiré luchando contra todo, aunque la marea me arrastre mar adentro”.
Por último, para terminar, esta poetisa quiere dejar claro que “llevaré siempre a mi pueblo allá donde mi palabra vaya”. Por este motivo, agradece enormemente el apoyo que tiene de tantas personas “que compran mis libros y valoran mi trabajo”.