El historiador y arqueólogo aracenense estudia los orígenes de la localidad y su devoción por Santiago Apóstol

Tras la aparición de unas pinturas murales durante la restauración de la Iglesia San Miguel Arcángel de Campofrío, el Ayuntamiento de la localidad ha querido dar un paso más para poner en valor este importante descubrimiento relativo al patrimonio cultural del municipio. Una inquietud que está siendo resuelta a través del trabajo que está llevando a cabo el historiador y arqueólogo Omar Romero de la Osa Fernández, que está traduciendo el Libro de Cofradías de Santiago Apóstol, una obra que indaga en los orígenes del municipio campofrieño y en su devoción hacia su patrón.

La investigación, cuyas conclusiones aún están por determinar, ha generado un enorme interés, dada su relevancia. No en vano, tal y como explicaba la alcaldesa de Campofrío, Mercedes López, se está llevando a cabo un estudio exhaustivo sobre la historia de la Cofradía de Santiago Apóstol a cargo de “Omar de la Osa, historiador fascinado por nuestra iglesia y por nuestro pueblo, tras conocer las pinturas que aparecieron en las Capillas de Santiago y de las Ánimas Benditas, tras la restauración de la Iglesia. Esto acaba de empezar, pues, gracias a él, descubriremos con detalle los orígenes de nuestro precioso pueblo, como se forjó y cuáles fueron sus etapas cruciales hasta el día de hoy”.

Por este motivo, Tinto Noticias ha querido entrevistar a este aracenense de 36 años, licenciado en Historia y doctor en Arqueología por la Universidad de Sevilla, que se declara un auténtico apasionado del patrimonio histórico y de su territorio. Una entrevista en la que Omar Romero de la Osa nos adelanta algunos de los detalles de su estudio, que, sin duda, llamará la atención a todos los habitantes de la Cuenca Minera.

– Omar, estás trabajando en una investigación sobre la iglesia de Campofrío. ¿En qué consiste este estudio?

– El Ayuntamiento de Campofrío está apostando por recuperar su pasado. Un conector en la actualidad de su historia es la Cofradía de Santiago y las fiestas en torno al toro. La construcción de la parroquia va ligada al patrón Santiago. De hecho, la Cofradía de Santiago tuvo mucho que ver en su financiación. La festividad de Santiago remite a las mentalidades y la organización social de Campofrío durante la Edad Moderna, pues, a la celebración religiosa y devocional, se unía la fiesta en torno al toro que reunía a los ganaderos de los alrededores en el Coso de Santiago.

En este sentido, me encuentro inmerso en la investigación de la cofradía a través de su primer libro de cuentas. Se trata de un documento de archivo en formato libro y cubiertas de pergamino donde se contiene la vida de la cofradía desde 1634 hasta 1745. Muestran sus primeras reglas de 1634 y los acuerdos de 1740 referente a la organización de los hermanos y de la actividad ganadera a la que iba asociada la cofradía. También recoge las cuentas de sus diferentes mayordomos y la lista de hermanos, datos fundamentales para elaborar el análisis histórico de la cofradía. El proyecto, por tanto, abarca la transcripción y edición del documento, así como de su posterior estudio histórico.

– ¿Cuál ha sido el hallazgo que se ha realizado en la iglesia durante las obras de restauración del templo?

– La historia es apasionante. En el trascurso de uno de mis trabajos en el patrimonio construido de la Sierra de Aracena, tuve la oportunidad de conocer las obras de adecentamiento de la Parroquia de San Miguel acompañado de Inmaculada López Carrión, teniente de alcalde del Ayuntamiento. Cuando los trabajadores se disponían al decapado de la pintura en mal estado de las capillas laterales del lado de la Epístola se abrió paso la pintura original. Se trata de la pintura mural que revestía al templo simulando elementos arquitectónicos. Estuvimos en el momento y el lugar justo.

Ante el hallazgo, en días posteriores elaboré junto al director del Museo de Riotinto, Aquilino Delgado Domínguez, un informe técnico donde se especificaba de forma primaria las características de las pinturas murales. Los restos que nos dan más pistas del tipo de pintura mural son los hallados en la cuarta capilla. Se trata de elementos tipo decorativos sencillos de líneas oscuras formando un rectángulo que sirve a modo de marco, se juega con el grosor de la línea para dar mayor profundidad. En la parte inferior se observa una decoración de roleos de color azul y motivos vegetales sobre fondo de color rojo/ocre.

Aunque predomina los colores azules y rojos en el marco, también se aprecia el beige y el negro para las líneas del marco. En el pilar derecho de la cuarta capilla existe además una serie de letras sobre fondo azul todavía ilegibles hasta su decapado total de la superficie.

– ¿Con qué hipótesis trabajas?

– Las pinturas murales de San Miguel Arcángel de Campofrío suponen una manifestación del diseño del edificio, de cómo se quiso mostrar el edificio a todos. Como tal, debemos considerarla como parte indisociable del edificio y caracterizarla como bien inmueble.

– ¿Qué relevancia tiene para Campofrío esta investigación?

– El estudio de la historia local se muestra muy importante como desarrollo social. La parroquia tiene dos planos: el material y el humano (feligresía). La restauración de las pinturas y la investigación histórica asociada persigue un doble proceso de recuperación de unas pinturas que son parte del diseño del edificio y del contexto histórico de las mismas que remiten a la iglesia como sociedad. La recuperación de las pinturas murales se torna muy interesante en el plano patrimonial, puesto que las iglesias durante los episodios epidémicos en el siglo XIX encalaron las paredes tapando el estado original de las iglesias. En este estado de conservación, si bien conocemos la recuperación de pintura mural medieval con las ermitas de San Mamés de Aroche, Santa Eulalia de Almonaster la Real y Santo Domingo de Aracena, no es tan común en la edificación barroca y tardobarroca, un buen ejemplo donde mirar es la iglesia inacabada del Castaño del Robledo. La recuperación de las pinturas de San Miguel aumentará el acervo cultural constructivo y artístico de un periodo aún desconocido en muchos aspectos.

– La iglesia es el principal monumento de la localidad…

– Efectivamente, la Parroquia del Arcángel San Miguel es el principal monumento de Campofrío. Se trata de un edificio construido a finales del siglo XVIII a partir de otro anterior de cuyo único vestigio queda en la actualidad el ábside hoy en funciones de sacristía. Precisamente de los restos del ábside, se puede conocer las trazas del templo originario, que sería del tipo de una sola nave y ábside diferenciado y avanzar en su cronología, pues su sistema de cubrición mediante arcos ojivales apeados sobre ménsulas remite a finales del siglo XVI.

El templo actual, levantado en la década de 1790 es un magnífico ejemplo de arquitectura tardo barroca de los arquitectos de la archidiócesis hispalense José Álvarez y Antonio de Figueroa. Éste modifica la disposición de su planta y construye un edificio de mayores dimensiones de una sola nave donde destaca la torre campanario anexa.

De todas formas, la parroquia nos remite a monumentalidad, pero, sobre todo, a la sociedad que sintió la necesidad de levantar un edificio de estas características de tal forma que es indisociable respecto al paisaje urbano donde se erige. Claramente, la parroquia de San Miguel es un catalizador cultural y económico en los siglos XVII y XVIII.

– No es la primera vez que estudias la historia y el patrimonio de la localidad…

– Mi acercamiento al patrimonio campofrieño se enmarca en mis estudios sobre las ermitas y, en concreto, tuve la oportunidad de caracterizar la ermita de la Santísima Trinidad de las Ventas de Arriba. Siempre me ha parecido muy interesante el estudio de la iglesia en sus diferentes elementos. A nivel constructivo, Campofrío muestra gran atractivo por el origen de la parroquia, como hemos comentado anteriormente, y por la presencia en sus inmediaciones de otras iglesias, como la de Nuestra Señora de la Granada en las inmediaciones del Odiel.

– ¿Qué importancia tiene el patrimonio de Campofrío?

– Campofrío presenta un rico patrimonio histórico, fruto de su importancia ganadera y minera a lo largo de la historia a caballo entre la Sierra y la Cuenca Minera. Por su importancia, han sido varios los estudios sobre Campofrío, de los cuales debemos destacar, en el plano arqueológico, el libro Explotaciones romanas de Campofrío, del profesor de la Universidad de Huelva Juan Aurelio Pérez Macías, el de la geografía en Campofrío. Una forma de vida entre la Sierra y la Mina, de Domingo Ávila Fernández, y, finalmente, la reciente monografía sobre su historia por Miguel Burguillos Peña. Los esfuerzos del Ayuntamiento se encaminan en continuar esta senda cultural incidiendo en aquellos aspectos menos conocidos, como es el caso del estudio de la Cofradía de Santiago.

– Para terminar, ¿qué mensaje le darías a los campofrieños?

– Apostar por el patrimonio cultural en una economía caracterizada por la tercerización supone apostar por el futuro de la población. Para ello, es necesario comenzar por la investigación histórica y puesta en valor que genere recursos diferenciadores donde mostrarse a los demás y conocerse a uno mismo. En el caso de Campofrío, es para sentirse orgulloso.

Trayectoria del investigador Omar Romero de la Osa Fernández (1984)

Natural de Aracena (Huelva), es doctor arqueólogo por la Universidad de Sevilla y un apasionado del patrimonio histórico y de su territorio. Es licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla (2007), DEA en Ideologías y movimientos políticos del siglo XX (Universidad de Sevilla), Master en Arqueología (Universidad de Sevilla), Master sobre la Monarquía católica y la Europa barroca (Universidad de Granada) y es doctor en Arqueología de la Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla en 2017.

Dentro de su campo, continúa formándose con diversos cursos de postgrado en archivística (UNED), así como de documentación del patrimonio cultural por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), además de realizar numerosas participaciones en congresos, jornadas y publicaciones especializadas. Finalmente acaba de publicar (diciembre 2018) su primer libro, Arquitectura religiosa en el espacio rural del Reino de Sevilla. Análisis edilicio, constructivo y estructural en la Sierra de Aracena durante los siglos XIII–XV, en la editorial internacional especializada en arqueología BAR Publishing, una monografía sobre la arquitectura religiosa medieval de la Sierra de Aracena.

En el ámbito laboral destaca su participación en las diferentes campañas arqueológicas realizadas en el Recinto Fortificado de Aracena desde 2007, así como en la dirección de intervenciones en la Parroquia de San Martín de Almonaster, Villanueva de los Castillejos, Sotiel Coronada, entre otras. Además, ha colaborado en proyectos arqueológicos en las Minas de Aljustrel (Beja, Portugal) bajo la dirección del Arqueólogo de la Universidad de Huelva Juan Aurelio Pérez Macías, o proyectos de documentación e intervención en patrimonio construido en el Muelle de Tharsis del Puerto de Huelva (Delegación Territorial de Cultura de Huelva, ETSAS) o en el estudio paramental y de diagnóstico de la escalera de acceso al Jardín del Cupreso, en el Palacio del Generalife, junto a la arquitecta María Carretero para el Patronato de la Alhambra y el Generalife.