Manuel Palomo Mora es el único costalero de la Virgen del Rosario de Minas de Riotinto que, durante las fiestas que acaban de terminar, ha cumplido 25 años portando a la Patrona de la localidad, por lo que la hermandad le hizo un justo reconocimiento durante el último día de la Novena, de lo que Tinto Noticias -el periódico digital de la Cuenca Minera de Riotinto- se hizo eco a través de esta información sobre el desarrollo de la fiesta. Por este motivo, este periódico ha querido ir más allá y, al igual que hiciese con la primera mujer costalera de la Virgen, Laura López, a través de esta entrevista, y con la nueva incorporación de este año, Agustín Ruiz, a través de ésta otra, ha querido entrevistar a una voz experimentada como Manuel Palomo para recoger sus impresiones sobre las Fiestas de la Virgen del Rosario de Riotinto.

– Acaba de cumplir 25 años como costalero de la Virgen del Rosario de Riotinto. ¿Cómo se siente por ello?

– Ufff… Es difícil de explicar, como casi todo lo que rodea a estas fiestas. Me siento agradecido, muy agradecido por el detalle de nuestra hermandad y su junta de gobierno. Agradecido a aquellos que fueron los primeros en comenzar a caminar con la Virgen del Rosario en sus hombros. Ellos nos mostraron el camino a los que nos quisimos unir en ese caminar.

– Precisamente por este motivo, ha recibido el agradecimiento y reconocimiento por parte de la hermandad en estas últimas fiestas que acaban de terminar. ¿Cómo vivió ese momento? ¿Qué sintió?

– Fue un momento de los que se guardan en el corazón. Al recibir los recordatorios de esta fecha sentí lo que siempre denomino como ‘la presencia de las ausencias’. En breves segundos recordé a todos y cada uno de aquellos con los que compartí alegrías, esfuerzo y lágrimas a lo largo de estos años. Especialmente recordé y sentí muy cerca al Amigo y Hermano; a nuestro Ángel Costalero… Lo cierto es que estaba tan emocionado que no me atreví a dirigirme a los asistentes para dar las gracias.

– Suponemos que, por este motivo, estas fiestas han sido especiales para usted. ¿No es así?

– ¡Por supuesto! Pero he de decirte que por uno u otro motivo cada año es especial, cada año es igual pero distinto, diferente pero igual.

– ¿Cómo ha vivido las fiestas este año? Si tuviese que quedarse con algún momento especial de los muchos que ha vivido, ¿con cuál se quedaría? ¿Por qué?

– Por motivos laborales no he podido acompañar a La Esquila como hubiese querido y como acostumbraba a hacerlo, es decir, todos los días de principio a fin, pero los escasos ratos en los que he estado han sido disfrutados, te lo aseguro. A pesar de ello, ha habido muchos momentos especiales, cada uno de ellos con su importancia para mí, y destacar alguno sería difícil. La Esquila en mi casa y mi pequeña conmigo escuchándola, el reencuentro con los amigos de siempre cuando vamos todos a una voz, el poder llevar a la Virgen junto a mis compañer@s, el poder hacerlo con mi hija en brazos, el coro cantando la salve…. Y ver a mi amigo Agustín Ruiz bajo ‘el palo’ con su camisa blanca, demostrándonos que no siempre la historia se repite, que la lucha también puede obtener recompensa… uuuufff. Siempre le agradeceré ésto a nuestra Madre del Rosario.

Ah, y también quiero destacar este año un hecho que, a buen seguro, va a marcar un antes y un después. Me refiero a la presencia e implicación de nuestro nuevo párroco, don Jesús, que con un soplo de aire fresco y tras sorprender a propios y extraños se está ganando el corazón, el respeto y el cariño de muchas personas. Basta con ver la reacción del pueblo cuando en la misa del parque lanzó un mensaje en forma de agradecimiento que emocionó a muchas personas. Vi lágrimas que se mezclaban con palabras de elogio y con un sentimiento de positividad de mucha gente. Tiene una ardua tarea por delante, pero mi humilde opinión es que la ha emprendido con muy buen pie. Que la Virgen del Rosario le ayude en esta tarea.

– ¿Qué le ha parecido el homenaje que habéis recibido con la denominación de una calle como Calle de los Costaleros?

– Un hermoso y bonito detalle que agradezco por partida triple, pues, a ser costalero de la Virgen del Rosario, le añado el llevar a Santa Bárbara y el meterme bajo el paso de nuestro Padre Jesús Cautivo cuando mi espalda me lo permite.

– En su conjunto, ¿cómo han sido este año las Fiestas? ¿Qué balance realiza de las mismas? ¿Qué es lo que más le ha gustado? ¿Y lo que menos?

– No me atrevo a dar un balance o una opinión sobre este año, pues como dije anteriormente no lo he podido vivir como otros años. En esta ocasión no me siento una voz autorizada, disculpadme tú y tus lectores.

– ¿Qué significado tienen las Fiestas de la Virgen del Rosario para usted y para el conjunto del pueblo?

– Esta sí que es difícil, ¿eh?. Creo que existen tantos sentimientos y significados como personas que lo experimentan. Cada uno experimenta emociones y sensaciones distintas pero que al final resultan ser idénticas y nos unen en un mismo punto. Me voy a tomar la libertad de recordar unas palabras que me impresionaron hace tiempo y que considero que son una verdad como la Corta Atalaya de grande. Las publicó don Francisco Gil Delgado, el Padre Gil, en ABC, el 2 de Septiembre de 1994, y creo resume la respuesta a tu pregunta. Decía el Padre Gil:

«El ser de Riotinto ha consistido siempre en ser y dejar de ser, para ser de otra manera. Pero ha tenido siempre una vértebra espiritual que lo ha cohesionado: la Virgen del Rosario con su Esquila…»
«Pero todos los riotinteños, por muy dispersos que estén, tienen conciencia de que La Esquila de la Virgen del Rosario los acuna, los mantiene y los amortaja. Siempre ha ordenado ellas las cosas».

– En los muchos años que lleva viviendo las Fiestas de la Virgen del Rosario, ¿han cambiado las Fiestas? ¿son ahora diferentes a las de antes? ¿En qué han cambiado?

– En lo referente a La Esquila, ha cambiado como la noche al día, es más, continúa cambiando. Pero eso mejor que lo conteste una voz más autorizada que la mía. Respecto a lo demás, esto es como todo, la gente acude a lo que le gusta, a lo que siente, a lo que le llama. Personalmente me gustaría ver el mismo numero de gente cantando y tocando al final de cada noche de esquila, pero ante las obligaciones de trabajo o estudios nada se puede hacer. Y me encantaría ver savia nueva en el grupo de costaleros, por supuesto. Centrándome en la experiencia en estos años te diría que podrán cambiar las calles, podrán cambiar las caras, podrán doler las ausencias, pero lo que no cambia es que ELLA está presente en el camino.

– Una vez que ya han terminado, ¿realizaría alguna recomendación para el año que viene? ¿Qué mensaje trasladaría a la hermandad y al conjunto de los riotinteños y riotinteñas?

– Para el año que viene pedir que al menos sea como éste. Animar a la gente a participar en cada acto que se organiza.
Pero no quiero dejar pasar esta oportunidad que me brindas para volver a hacer una reflexión, la misma que realicé en mi pregón en el año 2009:

Debería de fomentarse en los colegios, dentro de su asignatura de música, en las asociaciones, e incluso a nivel familiar, la enseñanza musical de los instrumentos propios de La Esquila. No nos engañemos, son pocos los nuevos esquileros que aparecen cada año. Ellos son nuestro futuro y, como tal, debemos apoyarlos y animarlos, mimarles y enseñarles.

Pero no sólo debemos cuidar el futuro, debemos afianzar y consolidar el presente. Cada uno de nosotros sale en la Esquila por diferentes motivos, cada uno de ellos propios y personales. Se es esquilero en la medida de las posibilidades de cada cual, pero no caigamos en una trampa similar a la trampa de la voluntariedad, pues todo acto, por muy voluntario o altruista que sea, conlleva un compromiso que ha de ser serio y consecuente. En este caso que nos ocupa, el compromiso es con la historia, con la tradición, con los sentimientos y, cómo no, con la Virgen del Rosario.

Muchas Gracias