Tras estudiar Magisterio de Educación Física y ejercer como maestra en diferentes localidades, como El Campillo, lleva desde 2007 trabajando con los adultos en este centro penitenciario, en el que accedía a la dirección en 2017

La vida de Marta Naranjo Ramos permanece unida a la docencia desde siempre. De hecho, mientras estudiaba Magisterio de Educación Física en Sevilla, esta riotinteña de 38 años comenzó a trabajar como monitora de patinaje en línea con el Club de Patinadores de Sevilla entre los años 2001 y 2002, un empleo que le permitió conseguir un poco de dinero para sacarse el carnet de conducir. Un primer contacto con el mundo laboral que un año después, una vez finalizado sus estudios -y mientras se preparaba las oposiciones de Maestros-, le llevó a trabajar como monitora deportiva en el Polideportivo Municipal de Minas de Riotinto.

Ese mismo año logró sacarse su plaza de Maestra en la especialidad de Educación Física, iniciando su andadura como docente hasta lograr su destino actual en el año 2007: el Centro de Adultos del Centro Penitenciario de Sevilla. En total, Marta lleva ya 17 años como docente, un tiempo a lo largo del cual también ha ejercido un curso en El Campillo, dos cursos en Sevilla capital y otro en Pedrera (Sevilla).

Ahora, desde su residencia en la localidad Sevillana de Gerena, esta minera hace balance de su trayectoria y evoca su relación con su tierra, la Cuenca Minera.

-Marta, ¿cómo surge tu interés por la educación?

-Pues la verdad es que vocación como tal por la educación no tenía. Me interesaba mucho lo relacionado con el deporte y mi objetivo era entrar en el INEF, pero, al no superar las pruebas de acceso, decidí meterme por Magisterio de Educación Física con la intención de volver a intentar acceder al INEF al año siguiente. Pero, al comenzar la carrera, me empezó a gustar y ya tomé la decisión de terminarla. En concreto, mi interés surge, sobre todo, cuando empiezo a realizar las prácticas con niños. Es ahí donde me empieza a gustar más la educación. Un interés que aumenta cuando comienzo a trabajar con adultos privados de libertad en el Centro Penitenciario.

-Un Centro de Adultos del Centro Penitenciario de Sevilla en el que eres directora…

-Como directora ejerzo desde 2017. Entonces fue cuando el director anterior cambió de centro y me propuso asumir la dirección durante el curso en el que él se iba. Luego, al curso siguiente, presenté mi candidatura para ser la directora del centro a través del proceso de selección que se realiza en Andalucía para acceder a la dirección, donde tienes que entregar y defender un Proyecto de Dirección ante una comisión de selección, la cual establece, una vez terminado el proceso, que sea yo la candidata a ostentar la dirección del centro.

-¿Cómo surge la oportunidad de marcharte de Huelva?

-Pues surge cuando cumplo los 18 años y me voy fuera del pueblo a estudiar la carrera que había elegido. Me gustaba mucho Sevilla y decidí irme allí a cursar mis estudios

-En total, llevas 20 años fuera. ¿Qué balance haces de este tiempo?

-Hago un balance muy positivo, ya que desde que estuve estudiando tenía claro que quería hacer mi vida en Sevilla, donde viví durante 6 años en la capital y, desde el 2008, en Gerena, pueblo en el que hago mi vida, he formado una familia y me encuentro muy integrada y feliz.

-Eres una enamorada de tu trabajo.

-Totalmente. El año que comencé a trabajar en el Centro Penitenciario, no llevaba ni 3 meses, cuando me di cuenta que mi vocación como maestra estaba ahí, en enseñar y educar a personas privadas de libertad. Es un trabajo muy gratificante, donde la labor docente está muy valorada y reconocida y donde nuestro trabajo cobra mucho sentido. Hacemos una gran labor social y educativa y con un alto porcentaje de internos asistiendo a clase y aprovechando el tiempo que tienen que pasar entre rejas. Tuve que perder mi especialidad, ya que en la enseñanza de adultos no existe la materia de Educación Física y reciclarme en materias como Lengua, Matemáticas, Sociales, Naturales, Historia. Pero no me supuso mucho esfuerzo, ya que cada día me gustaba más el trabajo y era motivación suficiente como para ponerme al día en esas materias, para dar lo mejor de mí como docente a mi alumnado.

-¿Tienes previsto algún otro proyecto?

-De momento, no. Ahora con la dirección del centro tengo más que suficiente. Son 4 años desde el año 2018 y con posibilidad de renovar otros 4. Me encuentro volcada en ello ahora mismo y no pienso en ningún otro proyecto. Además, ahora he aumentado la familia y el tiempo que no trabajo, me lo ocupa todo la maternidad, con dos hijos, ¡qué mejor proyecto que ese!

-¿Sueles venir mucho a la Cuenca Minera?

-Sí, suelo ir entre 1 o 2 veces al mes. El pueblo donde vivo está relativamente cerca de Riotinto, a unos escasos 45 minutos. Allí viven mis padres, primas y mis amigas; así que suelo ir bastante y también es una forma que mis hijos conozcan sus raíces y disfruten del pueblo.

-¿Qué recuerdos tienes de Huelva?

-¿Recuerdos? Pues todos. Nací, me crie, crecí y pasé mi adolescencia allí. La mitad de mi vida, la viví íntegramente allí y, como suelo ir mucho, es como que lo vivo muy en presente, no solo en recuerdos. Allí está la mayor parte de mi familia y amistades y, además, he estado siempre muy ligada a las tradiciones del pueblo, como carnavales, Coral, romería y demás fiestas y eventos culturales. Y me gusta seguir formando parte de ellos, en la medida que mi trabajo y familia me permite.

-¿Algún mensaje al final a los mineros?

-Como suelo ir mucho, pues no me da tiempo a tener añoranza y suelo encontrarme con bastantes paisanos cada vez que voy, así que, a los que viven fuera, decirles que aprovechen cualquier oportunidad que puedan para volver a su pueblo y disfrutar de los pequeños e importantes momentos que nos da la tierra que nos vio nacer.