Tras marcharse a Barcelona con tan sólo 7 años, cuando sus padres emigraron para buscar un futuro mejor, no olvida la tierra en que nació

Nacida en La Dehesa, en Minas de Riotinto, Lola Romero Vázquez es una minera que, como les sucedió a muchas otras personas de la comarca, emigró siendo una niña, cuando sus padres se marcharon a Barcelona. “Mis padres emigraron a Barcelona, siendo mi hermana y yo muy pequeñas. Ella tenía 4 añitos y yo 7. Entonces mis padres decidieron marchar por darnos un porvenir mejor”, nos comenta Lola.

Una vez en Barcelona, esta riotinteña estudió Técnicas Mercantiles y Secretariado, lo que le permitió encontrar trabajo en el departamento de Administración de una empresa constructora. Sin embargo, Lola quería seguir formándose, por lo que compaginó el empleo con el estudio de Bachillerato por las noches, a lo que le siguió dos años de francés en la Escuela Idiomas ‘Ynlingua’. Una formación que le permitió conseguir otro cargo de mayor responsabilidad en su trabajo.

Así fue hasta que se casó, a lo que se unió el cierre de su empresa. Tras su matrimonio con un catalán, al que le encanta Andalucía, tuvo dos hijas, a los 22 y 27 años de edad. Según nos cuenta, “son dos hijas maravillosas”. Su lugar de residencia es Hospitalet de Llobregat (Barcelona).

En el ámbito laboral, Romero ha tenido una vida intensa, puesto que ha trabajado en numerosos establecimientos, como sucedió en el Hotel Fairmont Rey Juan Carlos I, su último empleo, en el que estuvo trabajando desde 1997 hasta el 2016. Un empleo que, reconoce, “tuve que dejarlo por motivos de salud. Tengo Parkinson, una larga enfermedad, aunque lo llevo bien. Poco a poco. Realmente, en todo este tiempo, mi familia y mi trabajo han sido muy importantes en mi vida. El sector de la hostelería es muy bonito, pero se sufre mucho estrés. Así que ahora no trabajo, por lo que tengo más tiempo para dedicarle a mi familia, a mi hermana y a mis padres, que tienen 88 años”.

Además, a sus 63 años, Lola también tiene dos nietas de su hija mayor, de 7 y 2 años, familia que pronto se incrementará porque su hija menor, Lorena, espera un bebé que tendrá en noviembre. Una noticia que ha llenado de alegría a la familia.

Por su parte, su hermana se casó con un sevillano y tiene dos hijos, un niño y una niña, de la que tiene un nieto.

Como se puede comprobar, toda una vida en Barcelona, a pesar de lo cual no olvida sus raíces, puesto que suele venir mucho al sur de España, tanto que ha recorrido casi toda Andalucía. Su balance de todo este tiempo es claro: “Ha habido de todo. Años malos y muchísimos buenos”. Por eso, ahora trata de vivir y disfrutar de la familia y amigos, porque su objetivo es ser feliz, disfrutando de las pequeñas cosas.

En general, Lola afirma que no suele venir mucho a la Cuenca Minera, aunque cada vez que tiene oportunidad pasa por su tierra. Una tierra en la que sigue conservando algunos familiares, aunque muchos se marcharon a Huelva y Sevilla. Eso sí, no tiene muchos amigos aquí debido a que se fue muy pequeña. “Me fui muy pequeña, pero tengo una tía que tiene casa allí. Es hermana de mi padre”, afirma.

De la Cuenca Minera echa de menos “todo lo que me decía mi padre y lo que yo misma experimento cuando piso el suelo donde nací, pero no crecí. Amo mi tierra, porque en ella nací y amo Barcelona porque es dónde crecí. Una va ligada con la otra”.

Por ello, para despedirse, Lola Romero nos deja este mensaje: “Quiero mis raíces. Lo llevo en la sangre. Viva HUELVA. Y a mis paisanos decirles que no dejen esa alegría”.