A sus 34 años, esta maestra y amante del deporte, que recientemente fue reconocida en su pueblo por su trayectoria deportiva, lleva toda la vida vinculada a diferentes disciplinas como el aeróbic, el step o el trail

Nacida en el Hospital de Riotinto, aunque en su DNI figure Zalamea la Real, el pueblo de su madre, al que le tiene mucho cariño, y criada en La Dehesa, Carolina González Murillo lleva en su ADN la Cuenca Minera de Huelva y es una apasionada del deporte que hoy hemos querido conocer en primera persona.

Sus padres, Román -soldador y mecánico, que siempre se ha buscado la vida haciendo de todo- y María Dolores, ama de casa, le enseñaron que todo lo que se consigue en la vida debe ser por méritos propios, respetando siempre a los demás y valorando la familia como pilar principal para ser feliz, unos valores que ha sabido mantener a lo largo de su vida, desde que era una niña muy feliz e independiente, puesto que siempre le ha gustado «la libertad», dice.

Y de hecho, para ella siempre ha sido importante su familia, tanto sus dos hermanas, Sandra, la mayor, enfermera de profesión, y Soraya, la pequeña, maestra de Educación Infantil, aunque trabaja en el sector de la hostelería, como su hermano, Román, de 20 años, que estudia Ingeniería Agrícola.

Luego, ella ha formado su propia familia con Alfonso, con quien empezó una relación en febrero de 2005 y, tras siete años juntos, tuvieron su primer hijo, Noel, que tiene seis años, y, en noviembre de 2016, nació Martín, su segundo hijo.

A nivel académico, Carolina estudió en el CEIP Virgen del Rosario de Minas de Riotinto, un centro del que, según nos cuenta, «recuerdo con mucho cariño aquellos años y mantengo una relación extraordinaria con todos mis compañeros y compañeras. A pesar de venir de La Dehesa, siempre me sentí muy acogida y querida entre ellos y jamás rechazada».

Posteriormente, se marchó a la Universidad de Huelva a estudiar Magisterio por la especialidad de Educación Física, promoción 2003-2006. «Como veréis, mi vinculación y entusiasmo se orientaba hacia el deporte. Durante el primer año realizaría el curso de socorrista acuático en Cruz Roja, una experiencia dura y verdaderamente gratificante que me aportaría una visión totalmente diferente de la vida y donde hice cosas que jamás hubiese pensado que sería capaz».

«Realizamos técnicas de salvamento centradas en rescates de playa y alta mar, pues se preparaba a las personas que impartíamos el curso para el socorrismo de playas, aunque yo siempre me limité al trabajo en piscinas», nos explica. Por este motivo, durante los años de Universidad, en verano, trabajaba como socorrista y monitora de natación para el Ayuntamiento de Minas de Riotinto y la Mancomunidad Cuenca Minera.

Tras acabar la carrera, comenzó a prepararse las oposiciones para maestra, compaginando los estudios con el trabajo como maestra de clases particulares y en una panadería para poder pagarse la academia.

Así fue hasta que, en 2008, empezó a trabajar en el Polideportivo Municipal de Riotinto como monitora deportiva, ampliando, además su formación con multitud de cursos promovidos por la Mancomunidad de Municipios de la Cuenca Minera sobre bádminton, pádel, tenis, etcétera. Una formación que, según nos explica, «realicé y me costeé íntegra y personalmente para dar respuesta a la demanda deportiva que en ese momento se necesitaba en el polideportivo municipal».

A través de estos cursos pudo percatarse de que lo que realmente le gustaba era el aeróbic y el step. Y, de hecho, en la actualidad, aunque no pertenece a la plantilla municipal, sigue ofreciendo clases de aeróbic y step para un grupo de mujeres que no le dejan que se desvincule del todo de estas disciplinas.

Al mismo tiempo, esta riotinteña continuó preparando las oposiciones de Magisterio y, a pesar de aprobarlas con muy buena nota, el proceso transitorio por el que se pasa durante esos años para el ingreso en el cuerpo de maestros no le permitió trabajar hasta marzo de 2013. Fue entonces cuando comenzó a ejercer como maestra interina, tal y como continúa en la actualidad, a sus 34 años.

-Carolina, ¿cuándo y cómo te adentraste en el mundo deportivo?

-Siempre me gustó mucho. De pequeña aprendí a montar en bici con la bicicleta de mi vecina. Cuando mi padre me regaló mi primera bici, tuve que demostrarle que ya sabía, pues se empeñó en montarme las ruedas para el equilibrio y a mí me parecía una tragedia. ¡Teníais que haberme visto llorar! Además, ¡me encantaba patinar! Aún sueño con patinar sobre hielo. Me hubiese encantado ser patinadora profesional… ¡Quién sabe! ¡Quizás algún día! Y a los 11 ó 12 años también formamos un equipo de voleibol en La Dehesa. Recuerdo que los monitores deportivos venían desde Riotinto para entrenarnos. Participamos durante unos años en ‘La Provincia en Juego’, pero aquello no llegó a nada más.

Durante mi adolescencia también corría con una de mis monitoras, pero recuerdo que la carrera continua no me gustaba mucho. A mí me llamaban la atención los deportes de equipo, en los que la dinámica fuese otra. Y así, participando en campeonatos de verano y saltando de unos deportes a otros, me matriculé en la carrera de Educación Física. Ahí terminé de descubrir que me encantaba el deporte, aunque he de reconocer que, a pesar de que le ponía mucho empeño, no llegué a despuntar nunca en nada, quizás porque nunca me especialicé ni entrené en algo particular, pero es que lo que me gustaba (y me gusta) era hacer lo que me apetecía cuando me apetecía.

-¿Por qué correr?

-La verdad que empecé a correr participando en las carreras del pueblo. Siempre me gusta colaborar, sea en lo que sea. Pero nunca había corrido en la modalidad trail. Solo en los veranos, cuando descansaba del aeróbic, me gustaba echar algunas carreras, pero se limitaban a la Vía Verde y los alrededores del pueblo. Hace apenas un año, una compañera de trabajo me pidió que me uniera a su Club ‘Los Tigres de Valverde’, que necesitaba mujeres. Y accedí, pero sin compromisos, pues tengo dos niños pequeños y yo solo quería tomarlo como una afición. Seguía practicando aeróbic y no quería dejarlo, pero le prometí que en los ratitos libres que tuviese saldría a correr. Así que le dije que yo me pondría la camiseta, pero que no le prometía nada.

La primera vez que la usé fue en el Trail de Riotinto, el año pasado. Recuerdo que me daba vergüenza correr representando a un club que no fuese de mi pueblo. Pero bueno, yo corrí con el sentimiento de mi pueblo, aunque con la camiseta de otro (risas). Y así, no sé si por la emoción de todo, quedé 2ª clasificada femenina absoluta de la ruta corta y 1ª clasificada fémina local.

-¿Cuáles son los títulos o éxitos conseguidos hasta ahora?

-Me parece muy osado hablar de títulos o éxitos, pues me considero una aficionada a este deporte y creo que hay que trabajar y prepararse mucho para ser una gran profesional. Participé en varias carreras de la Liga y de la Copa Onubense de Carreras por Montaña en 2018 y conseguí las siguientes posiciones: IV Trail La Sonrisa de Rafa: 6ª clasificada fémina absoluta en ruta corta; II Trail Villa de Zalamea: 4ª clasificada fémina absoluta en ruta corta; III Trail Minas de Riotinto: 2ª clasificada fémina absoluta en ruta corta; Trail Villa de Nerva: 2ª clasificada fémina absoluta en ruta corta; Trail La Zarza-Calañas: 3ª clasificada fémina absoluta en ruta corta; y CxM Almonaster la Real: 16ª clasificada fémina absoluta en ruta corta. También he conseguido ser campeona absoluta femenina en ruta corta en dos carreras en Valverde del Camino: II Trail Solidaria por la médula y VI CxM Ciudad de Valverde, y fui campeona absoluta fémina ruta larga en categoría senior en la Liga Transfronteriza: IV CxM Nocturna Sánlucar de Guadiana, una carrera preciosa y espectacular que, si puedo, volveré a repetir este año. Actualmente, participo en la Liga y Copa Onubense de Trail, posicionándome en el 1º puesto de la Copa y 2º ó 3º de la Liga.

-¿Qué momento es el que más recuerdas de todo este tiempo?

-La verdad que guardo momentos muy bonitos de todas las carreras. Sobre todo, porque en cada una de ellas tengo la suerte de compartir o coincidir con gente a la que ni siquiera conozco, momentos de risas y fatigas. Pero, quizás, el momento que más recuerdo es la primera vez que conseguí ser la primera. La emoción de saber que llegas, que has terminado, que gritan tu nombre y tus hijos te esperan para darte la mano. Para ellos eres una heroína. Esa carrera fue muy emocionante para mí, pues había alguien importante en nuestra familia que sufría recientemente las consecuencias de esa enfermedad, así que, por él, le puse más empeño. Pero, como todo en mi vida, tuvo su punto de humor. Al entregarme el trofeo, se me cayó y se hizo mil pedazos (risas). Creo que lo recuerdo yo y todo el mundo.

-¿El próximo reto?

-Tengo un amigo, Iván Cuesto, que no para de proponerme retos. Creo que apuesta demasiado por mí y me motiva a seguir y plantearme nuevos objetivos. He de reconocer que me encantan, pero mi situación actual, con dos niños tan pequeños, no me permite hacer todo lo que quisiera. Aun así, he accedido a uno: La Ultra Sanabria by Stages, una carrera en tres etapas por el Parque natural de Lago de Sanabria, en Zamora. Así que, si consigo prepararme bien y las circunstancias lo permiten, la haremos. Mientras tanto, seguiré participando en las carreras que pueda de la Liga Onubense.

-¿Cómo sueles prepararte?

-Como no tengo mucho tiempo, entre niños, trabajo, casa, oposiciones… intento mantenerme en forma con las clases de aeróbic y me propongo salir a correr un ratito los fines de semana, pero siempre cuando puedo, sin horarios ni entrenamientos específicos ni programados.

-También has recibido el cariño de su tierra. ¿Qué ha supuesto para ti?

-Es bonito que te halaguen y valoren tu esfuerzo y trabajo. Me siento muy agradecida con el reconocimiento que el Ayuntamiento de Minas de Riotinto tuvo conmigo para homenajearme en la Gala del Deporte de este último año y con todas aquellas personas que me elogian, alaban y me animan a seguir. Por supuesto, también con esta entrevista. Me ha costado mucho decidirme, por la vergüenza y por lo que ya he comentado anteriormente. Me considero una mera aficionada a la que le gusta el deporte y que, quizá, por mi espíritu persistente ante las cosas que quiero y deseo, he conseguido estos logros. Pero hay verdaderas personas profesionales y merecedoras de mucho más que yo. Así que, nuevamente, doy las gracias por hacerme esta entrevista y valorarme como persona. Gracias.

-¿A qué te dedicas profesionalmente?

-Soy maestra interina y trabajo para la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía desde hace seis años. Actualmente, mi destino es el CEIP José Romero Macías, en Aroche, donde he encontrado un equipo de profesionales maravillosos y trabajo muy ilusionada. Me apasiona esta profesión y quiero seguir mejorando y aprendiendo día a día. Estoy estudiando y preparándome para intentar conseguir aprobar las oposiciones que tendrán lugar este mes de junio.

-¿Algún proyecto de futuro?

-Mi mayor proyecto y deseo es conseguir la plaza definitiva de maestra. Y, cuando esto ocurra, me gustaría continuar formándome en el ámbito de la educación y el deporte. Soy una persona muy ambiciosa y me encanta marcarme objetivos continuamente. No creo que me conforme nunca. Me gusta aspirar y conseguir nuevas metas. Ojalá las circunstancias me lo permitan.

-¿Qué supone para ti la Cuenca Minera?

-Mis orígenes, mis raíces. Yo creo que todo. No soy una persona muy viajera, me dan miedo los aviones y sentirme fuera de casa, así que, cada vez que salgo o viajo, estoy deseando volver a casa. El llegar al pantano de Zalamea, Campofrío o Nerva en mis regresos, me produce una sensación de bienestar y tranquilidad inmensa. Me encanta correr por sus paisajes, observarlos y admirarlos, pero no disfruto más de ellos por el temor a salir y estar sola. Aun así, intento armarme de valor y escaparme a correr siempre que puedo.

-Para terminar: un mensaje a tus paisanos.

-Pues que disfruten de las maravillas de esta tierra realizando deporte en sus múltiples versiones. Tenemos un espacio único y espectacular para evadirnos y gozar del contraste mineral y vegetal. Que hagan deporte por salud y bienestar psíquico, más que por estética y físico; y que lo tengan como modelo y estilo de vida, como un hábito más, imprescindible y necesario. Mejora y estrecha las relaciones humanas y descarga las tensiones que acumulamos con el estrés de vida que llevamos. Y les animo a que participen en las distintas actividades que se organizan, cada persona en función de sus posibilidades. Veo muy poca cultura del deporte por la zona, sobre todo en mujeres, y me encantaría poder compartir esta afición con un gran grupo de mujeres y que fueran contagiándose y enganchándose en el deporte.

Por último, les mando un abrazo enorme a todas aquellas que durante tantos años me han acompañado en el aeróbic. Ha sido un continuo ir y venir de mujeres de todos los grupos de edad: amigas, conocidas, familiares… Ellas me han mantenido la ilusión y las ganas y, aunque en los últimos meses hemos sido muy poquitas y ya cerramos la temporada por mi situación personal, espero poder resurgir y volver el próximo año con las pilas cargadas.