Los paisajes mineros están llenos de rincones maravillosos, que nos sorprenden por sus curiosas formaciones y por el colorido que imprimen a esta comarca de Huelva. Uno de esos espacios, quizás un tanto desconocido aún, es la Montera de Gossan de Nerva. Enclavado en la Mina Peña de Hierro, este cerro es una antigua corta minera de una hectárea de la que se extraían sulfuros.

En concreto, la Montera de Gossan es una formación geológica que llama la atención por su color de óxido rojo, tan característico de la zona, color que le otorga tanto el gossan -roca formada por óxidos e hidróxidos de hierro, solos o mezclados con otras rocas, y que, directa o indirectamente, proceden de la meteorización de yacimientos de sulfuros-, como las lavas gossanizadas, es decir, las formaciones rocosas de color rojizo, que se encuentran en la superficie de este tipo de minas.

Minerales rojos, que ya llamaron la atención de los romanos cuando llegaron a la provincia de Huelva en busca de plata y oro. Minas que desde finales del siglo XIX y principios del XX se centraron en la extracción de sulfuros metálicos.

Es cierto que hoy esa actividad económica prácticamente ha desaparecido en la zona, pero no cabe duda de que el patrimonio minero sigue marcando el paisaje que podemos observar en esta área, siendo, además, un lugar recomendado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, junto a enclaves tan atractivos como el Museo Minero, el Ferrocarril Minero o la Vía Verde de Río Tinto.

No en vano, la Montera de Gossan fue declarada Monumento Natural por la Junta de Andalucía en 2009 y se encuentra incluida en el Bien de Interés Cultural (BIC), Sitio Histórico, Zona Minera de Riotinto-Nerva.

Un monumento natural que llama mucho la atención por su carácter divulgativo y didáctico, puesto que permite al visitante conocer los recursos mineros, las rocas y los minerales de la Cuenca Minera.

Por este motivo, la mejor forma de finalizar nuestro artículo no puede ser otra que invitarles a todos a que se acerquen a esta Montera de Nerva. Su belleza y singularidad lo merecen. Es, por tanto, un lugar más para descubrir del patrimonio minero onubense, en este caso desde el punto de vista natural.