Licenciada en Periodismo, con un Máster en Comunicación Empresarial e Institucional por la Universidad de Sevilla, su afán por difundir la cultura nervense le ha llevado a ser reconocida en diversas ocasiones, como en 2012, cuando obtuvo la ‘Torre de Nerva’ por elección popular, o en 2016, cuando logró el Premio a la Mujer Nervense del año en Cultura, reconocimientos a una amante de su tierra que no para de idear proyectos y que, de hecho, espera sacar un nuevo libro pronto
El nombre de Carmen Alcázar Domínguez no necesita presentación en su Nerva natal. A sus 35 años, esta periodista y escritora se encuentra afincada en Sevilla desde 2001, donde se marchó a estudiar Periodismo en la Facultad de Comunicación, carrera que terminó en 2005. Después completó su formación en la misma Facultad con el Master de Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional.
Su trayectoria profesional comenzó en el verano de tercero de carrera, cuando, en 2004, hizo sus primeras prácticas en Huelva Información, diario en el que asegura que tuvo su “primera toma de contacto con el mundo real del profesional de la comunicación y, por eso, las tengo guardadas con gran cariño, junto con todo lo mucho que aprendí de los compañeros con los que coincidí entonces”. Las siguientes prácticas serían al verano siguiente en Canal Sur Radio, etapa que también la recuerda con mucho cariño.
«Una vez licenciada, realicé otras prácticas y colaboraciones para irme afianzando en la profesión, aunque lo compaginé con otros trabajos para poder pagármelo, como el de camarera en Burger King, el cual recuerdo siempre como una experiencia enriquecedora para aprender y crecer mucho y para reafirmarme en la idea de seguir luchando por, como se suele decir, “trabajar en lo mío”, -aunque más tarde probaría suerte en otro ámbito bien distinto, la difícil tarea de opositar para ser profesora de Lengua y Literatura (2011)-«, según recuerda.
Su trabajo como periodista llegó en 2007, año desde el que trabaja en la empresa Seguimedia (antes Ceimagen- Seguired), dedicada al dossier de medios-clipping, en la que, tal y como nos cuenta, “me mantengo al día de toda la actualidad y en la que tengo la suerte de formar parte de un gran equipo de profesionales que trabajamos muy duro y desde horas intempestivas para ofrecerle a nuestros clientes toda la información que necesitan a primerísima hora de la mañana”.
Una profesión que compagina con su amor hacia la literatura, puesto que, en sus ratos libres, siempre “intento escribir y escribir, ya sea en versos o prosa, además de colaborar con y para la cultura de Nerva de manera constante, ya sea siguiendo la actualidad y promocionando mi tierra desde mis blogs, colaborando con la revista Nervae desde 2011 o asistiendo y participando en muchos de los diferentes actos que allí se organizan”, según nos dice.
Una labor de la difusión de la cultura de Nerva que se ha visto reconocida en numerosas ocasiones, como sucedió en el año 2012, cuando recibió el galardón ‘Torre de Nerva’ por elección popular, en la que los nervenses la eligieron por mayoría y vía facebook, mail y teléfono para este premio. Además, cuatro años más tarde, en 2016, obtuvo el Premio a la Mujer Nervense del año en Cultura.
Otro de los momentos más entrañables de su trayectoria fue cuando publicó su primer libro en el año 2013. Se trató de Mirada Azul, un poemario ilustrado por jóvenes artistas de su tierra natal, que vio la luz gracias a una edición conjunta de la Diputación de Huelva y el Ayuntamiento de Nerva. Mirada Azul es un poemario en el que se deja impreso en cada verso la particular mirada de su autora sobre el mundo que le rodea. Una profesional que nos cuenta sus proyectos, ilusiones e inquietudes en esta entrevista.
-Carmen, ¿cómo surge tu interés por el periodismo?
-Porque me gustaba escribir desde siempre. Supongo que esta es una respuesta típica entre muchos de nuestros colegas, pero es que, realmente, es así. Y, luego, esa vocación infantil y mi sueño de ser escritora desembocaría en la decisión firme de quererme dedicar a escribir, así que pensé que estudiar Periodismo era la carrera que podría darme la oportunidad de conseguirlo. Reconozco que en aquellos años de tomar decisiones de futuro, influyeron y mucho, algunos profesores de instituto que me animaban a seguir escribiendo; sobre todo las charlas sobre Periodismo con el profesor de Lengua y Literatura José Enrique Santana, con quien compartía en clase ese sueño de ser periodista y por el que colaboré de manera constante con la revista del centro de entonces, Titiritaina, de cuando escribí mi novela corta (inédita) La estrella del amor para el concurso de Narrativa del instituto o mi tímida participación en la Radioescuela de Onda Minera RTVN, en la que tuve un papel relevante en la creación, redacción e interpretación de una radionovela, ‘Corazón Minero’, segundo premio del concurso del 99-2000. Ya ha llovido, pero creo que sigo conservando esa esencia periodística y literaria, de estar donde hay cosas que contar y escribirlas a mi manera siempre.
-¿Cuáles son las actividades de las que te sientes más orgullosa?
-Me es sumamente difícil contestar a esto. Tal vez porque en cada proyecto me he dejado la piel y lo he afrontado con entusiasmo e intensidad. Creo que aquí debo hablar en clave poética de ‘Mirada azul’ y de otros trabajos poéticos que han supuesto para mí una satisfacción y un orgullo sacarlos adelante. Es típico tópico aquello de “escribir un libro”, plantar un árbol y tener un hijo… Puedo marcar estas acciones como hecho, aunque espero replantar alguno en Peña de Hierro tras el maldito incendio… A lo que voy, el topicazo lleva a algo sencillo, a que todo suma, crear algo tuyo, de ti, para sentirte viva … Y mi primer libro, es mío de principio a fin, desde la portada a la contra, y tiene todo de mí, me retrato adentro, desnuda y a mi manera. Tengo que agradecer aquí a los que hicieron posible su publicación, Diputación y Ayuntamiento de Nerva; claro que sí, pero, sobre todo, por dejarme en libertad plena toda la edición del mismo: portada, letra, contra, las ilustraciones de los poemas, la elección de los ilustradores y prologuistas, todos paisanos y jóvenes artistas… Supusieron dos años trabajando en la publicación, de idas y venidas a Huelva, de retoques de versos, de esperar y animar a mis colaboradores. Y después, presentarlo en sociedad, entre los míos, cuidando la presentación para que todo saliera redondo, desde la música, el recital o las imágenes proyectadas en lo que hablaba… Lo viví tan intensamente todo y me sentí profundamente yo misma en todo el tiempo y en todas partes.
Tras ‘lo azul’, como me gusta llamarlo, con la misma intensidad sentí el exponer mis versos ilustrando los cuadros de Martín Gálvez (Antología, 2012) o las fotografías mineras de Antonio Romero (Rotilio, poema visual) o la pinturas de mujeres contra la violencia de género (Colectiva 20 miradas sin miedo y una pluma despiadada), en los que creé poemas nuevos para tales ocasiones y creo que he conseguido empatizar al 100% con el artista en cuestión y la manera de expresarse, para hacer de sus pinturas y mis poemas un todo para llegar directos a quien se acerque a ellas.
-Todo ello ha permitido que seas muy conocida como escritora, no sólo como periodista.
-Como he comentado, creo que desde siempre me ha gustado esto de escribir: recuerdo que cuando era pequeña me gustaba subirme a la azotea y, entre juegos, inventar historietas y cuentos, poemas y versos que después dibujaba en mi libreta siempre bajo ese ‘Atardecer minero’, que daría título a mi primer poema y con el que recibí el I Premio de Poesía Juvenil ‘José María Morón’ en Nerva.
Ese, al menos yo lo marco así, como el comienzo de todo. De hecho, ese poema está sobreimpreso tras la amapola de la portada de mi libro de poemas Mirada Azul, con un guiño a esas raíces que llevo por bandera más allá de las palabras que escribo. Sobre esas raíces, mi pueblo, su historia, su gente, es precisamente para lo que creé varios blogs (casi desde los años de facultad en los que tímidamente nos acercábamos a lo digital…). Son espacios en el que difundir mi tierra y desarrollar mi pasión por escribir. ‘Yo Periodista’ es donde doy voz a aquello cuanto acontece en el entorno próximo de mi Nerva natal, con noticias, reportajes o entrevistas relacionadas con mis “tierras rojas” y sus hermosos paisajes en los que predomina el cobre, así como también a los pensamientos y reflexiones más mías, y siempre muy a mi manera, – lo que yo llamo retales-.
En la línea más local, además, soy administradora de otro blog, ‘La Factoria’, dedicado a la historia de la Cuenca Minera de Riotinto y, sobre todo, al ferrocarril minero y sus raíces; en él hago equipo con mi padre, un enamorado de la comarca y el ferrocarril, la verdadera alma del blog, así como con colaboraciones de escritores, ingenieros y enamorados de la tierra, que marca el éxito del mismo, muy seguido dentro y fuera de las fronteras mineras onubenses.
Asimismo, tras los versos de Mirada Azul dejo impresas mis nuevas creaciones poéticas en lo que defino como “libreto de poemas medidos y desmedidos” en el blog ‘Hacia lo etéreo’, y, además, por si fuera poco, hago labores de “gabinete de prensa” para todo aquel que me pide ayuda para la difusión, sobre todo para eventos culturales de Nerva y la Cuenca, en el blog C.A.D Comunicación. Escritora y bloguera empedernida, podríamos llamarme… (risas).
-¿Estás trabajando en alguna nueva publicación?
-Sí, ahí ando, con algo entre manos siempre, luchando contra el papel en blanco, como se suele decir… Claro que soy consciente de que mis circunstancias de madre trabajadora de dos niños pequeños no me permiten que esos proyectos vean la luz, aunque sea a corto plazo, o al menos tan inmediato como yo quisiera. Pero sí, rotundamente sí, estoy deseando sacar otro libro de poemas, de relatos cortos o cuentos infantiles, qué más da. Quiero y necesito escribir para sentirme viva. Sencillamente eso…Y, en esta línea, te avanzo que, pese al poco tiempo del que dispongo por aquello de la conciliación familiar, ando en tres proyectos de poemarios que espero lleguen a buen puerto en un tiempo, cuando quiera que sea. Se trata de poemas que voy escribiendo a ratos sobre lo que me toca de cerca y siguiendo una frase que hoy he leído precisamente en una entrevista a García Montero: «La poesía tiene que estar pegada a la piel de la vida». Y así es la mía, con sus luces y sus sombras, a veces a color, otras en blanco y negro; versos de desahogo, de aires nuevos que ansío para volver a escribir y ser yo; y también se trata de otros llenos de amor, el más grande, único e incondicional que cada día me regala la maternidad de la que intento disfrutar plenamente.
-A nivel personal, ¿qué ha supuesto para ti ser madre?
-Sinceramente y sin exagerar ni un ápice: lo es todo. Y lo será para toda la vida. Porque mis pequeños me dan vida cada día y en la línea de García Montero y como mi tierra, ellos también influyen en lo que escribo, desde que hace cuatro años nació Alejandro y, ahora, con el pequeño Leo, con los que voy creciendo y aprendiendo. Será por aquello que muchas veces digo: porque no hay amor más grande, y claro eso tiene que impregnar cada verso, cada párrafo y cada proyecto en el que me embarque.
-¿Es fácil compaginar la vida profesional con la familiar?
-No, rotundamente no. La llamada conciliación familiar no existe y es muy muy difícil en los días que corren ser madre trabajadora, porque la mujer de hoy lleva para delante demasiado, al menos así lo veo yo: el trabajo, los niños, la casa…, te absorbe tanto que el tiempo que queda para ti casi ni existe, sobre todo porque, además, se suma que la familia está a más de una hora y no queda otra que tirar de todo como buenamente se pueda. Seguro que muchas madres de mi edad me entienden y se ven identificadas con lo que hablo, porque compartimos el instinto que nos da y nos quita tanto, pero aún se pone más cuesta arriba si encima tienes alguna inquietud literaria o cultural… La verdad es que a mí este aspecto me agobia bastante, ya que realmente tengo una necesidad imperiosa por escribir y desahogarme de alguna manera de mi misma, pero bueno, ahí ando, intentando compaginarlo todo como puedo y me dejan, eso sí, sin dejar de disfrutar de mis hijos, de crecer con ellos… Fácil, no, no lo es. Y nadie dijo que lo fuera, pero espero al menos “no morir en el intento” (risas).
-¿Te ha influido de algún modo tu tierra en tu forma de crear?
-Por supuesto. Vengo del aire y de Nerva, tierra de artistas… (risas) El ambiente cultural de mi pueblo, lleno de actividades relacionadas con el arte, gente muy aficionada a la pintura, grandes generaciones de pintores, de músicos, de escritores… Eso, al final, aflora por algún lado, influye en lo que cada uno haga en mayor o menor medida. En esta idea, creo que los años que estuve en la Escuela Municipal de Pintura de Nerva fueron cruciales para ello, un punto de inflexión determinante a la hora de escribir. Fueron una etapa vital clave. Crecí y maduré entre pinceles cada tarde, con las enseñanzas de arte y vida de Antonio León y Pepe Delgado, quienes supieron transmitirme su pasión para desarrollar mi manera propia de mirar y trasladarlo al papel con una tiza, una sanguina, con óleo o en una simple servilleta. Recuerdo aquellos años, nostálgica y sobre todo agradecida de todo lo que tanto los profesores y los alumnos y compañeros pudieron aportarme.
En la actualidad, la pintura la tengo aparcada y a la espera de poder retomarla, de ese tiempo que me pisa los talones para todo; eso sí, resiste en mis poemas, en mis escritos. Pensándolo bien, puede que justo de ahí, tal vez, provenga el aspecto más pictórico de mis versos, con la presencia imborrable de los colores de la tierra minera e, incluso, pudiendo surgir de una imagen o un dibujo que yo misma boceto en mente antes de lanzarme a escribirlo. De ahí que Mirada Azul sea un poemario ilustrado y de ahí que muchos de los últimos proyectos hayan sido ilustrar con versos cuadros o fotografías de autores locales sobre todo… Definitivamente, sí, mi tierra me influye, me cala hasta los huesos, y permanece viva en todo lo que hago…
-¿Qué es lo que más echas de menos de la Cuenca cuando estás fuera?
-Sencillamente estar allí, vivir allí, sentirla cerca, con mi gente, arropada con toda mi familia, asomándome cada mañana desde el balcón de mi casa a esos paisajes únicos, con ese olor a mina, a sudor y sangre de los nuestros que lucharon por nuestra tierra… Precisamente, en la presente edición de la revista Nervae de este agosto he publicado un poema que trata de eso, de querer volver a mi Nerva, y dedicarme a ella por muchos kilómetros que me separen… y dejar mi “exilio” en la hermosa Sevilla en la que vivo desde hace 17 años. Comparto con vosotros los versos finales porque creo que contesta a esta pregunta… ‘Cuando vuelva’ es su título:
(…)
En cuanto vuelva a Nerva,
-que así sea-,
me quedaré para siempre, vestida
de tierra roja,
de azufres y de malvas;
seré tu agua agria
que orilla la mina que grita
cuando duele por dentro,
que sangra por olvido,
y por los orgullos que se resisten,
– los tuyos,
y los míos-,
donde las vías muertas,
donde el tiempo se vuela,
tan cobarde
que hasta mi alma se pierde
tan humeante,
cuando ya de lejos se escucha,
otro tren de ida
que se va de prisa, sin más esperas,
de vueltas a mí:
ese día que vuelva:
el día que yo sea.
-¿Algún mensaje a final?
-Como la vida va en serio, sencillamente vívela con entusiasmo haciendo lo que realmente te apasione.
Y, con todo lo que hemos hablado y explicado sobre mí, sólo quiero agradecer a todas esas personas que me siguen y me apoyan, que hacen posible y me animan a que cada día siga haciendo lo que realmente me apasiona; a mi familia siempre y a mi Nerva y a la Cuenca Minera de Riotinto por ser siempre la que me inspira y me mueve pese a mi exilio, a donde tengo que volver y a donde tengo que morir.