Con 17 años de experiencia en el sector de la hostelería, siendo sumiller y cortadora de jamón, esta amante de su pueblo ha decidido montar su propio negocio en Ayamonte, una pastelería-panadería en la que ofrece productos artesanos y que está teniendo una gran acogida

La riqueza gastronómica y los buenos productos de la Cuenca Minera y la Sierra de Huelva llegan a la Costa de Huelva de la mano de la campillera María del Rocío Gil Román, que, a sus 35 años, después de llevar bastante tiempo afincada en Ayamonte, no ha dudado en mostrar las delicias del norte de la provincia a los ayamontinos y demás vecinos de la Costa onubense.

Y lo ha hecho montando su propio establecimiento, una confitería-panadería que abría sus puertas el pasado verano bajo el nombre de ‘Dulce Vita’. Un nombre muy sugerente, con el que está triunfando, gracias a los productos serranos y otros alimentos artesanos, como el pan, los dulces, las tabletas de chocolate, las mermeladas o los frutos secos, entre otros. Todo ello, con el sabor de lo realizado de forma artesanal y natural.

En concreto, sus productos estrella son las milhojas de merengue y crema, las palmeras, la crema tostada y los borrachitos, entre otras delicias.

Según nos cuenta a Tinto Noticias, la idea de poner en marcha este proyecto surgió porque “llevo muchos años trabajando en la hostelería, trabajando en hoteles. Así que un día pensé que era el momento de abrir mi propio negocio. Fue así cómo el pasado mes de abril comencé a trabajar en su puesta en marcha, hasta que pudimos abrirlo en agosto de este año”.

Y no es extraño que se decidiera por esta nueva aventura. Porque Rocío, además, es cortadora de jamón y sumiller, lo que le ha permitido trabajar en la hostelería durante 17 años. Así que cuenta con una gran experiencia en un sector en el que, afirma, “hacía falta un negocio de este tipo, por lo que hemos venido a cubrir un hueco en Ayamonte”.

Además, la campillera ha elegido para su negocio una ubicación de lo más idónea, al encontrarse situada en pleno centro comercial del municipio ayamontino, justo frente al Teatro Cardenio y al lado del Mercado de Abasto.

Por el momento, su pastelería-panadería está teniendo muy buena acogida, puesto que nos dice que, “aunque la gente nos está conociendo poco a poco, lo que está claro es que todo el que prueba, repite”.

Con todo ello, para terminar, Rocío Gil Román quiere dejar unas palabras para la Cuenca Minera, puesto que tiene claro que, por encima de todo, “soy campillera cien por cien. Tuve un bar tres años y medio en El Campillo, presento los Carnavales desde hace seis años en la localidad y la verdad es que voy todos los fines de semana. O, al menos, siempre que puedo y el trabajo me lo permite”.