La historia de Huelva permanece unida a la minería, una actividad económica que trajo consigo el desarrollo del ferrocarril en la provincia, al tratarse del principal medio de transporte del mineral. En este aspecto, una de las principales líneas de tren fue la que unía Huelva con Minas de Riotinto, trazado que, desde finales del siglo XIX y buena parte del XX, trasladaba el mineral desde la Cuenca Minera hasta la capital onubense.
La configuración de esta línea, que cruzaba buena parte de la provincia de norte a sur, obligó al diseño de varios túneles y puentes para salvar los obstáculos físicos del terreno. Puentes muchos de ellos emblemáticos y conocidos, como sucede, por ejemplo, con los situados en el término municipal de Berrocal, municipio en el que el antiguo ferrocarril minero nos ofrece hermosas estampas al recorrer espacios naturales de gran belleza, teniendo al río Tinto como protagonista.
No es extraño, teniendo en cuenta, tal y como han puesto de manifiesto investigadores como Emilio Romero Macías, que para el diseño del ferrocarril se aprovechó precisamente el trazado del río Tinto, lo que dio lugar a la construcción de hasta diez puentes, entre los que se encuentran, precisamente, el Puente Cachán sobre la Rivera Cachán, en Berrocal.
Diseñado en 1875 por el ingeniero británico George Bruce, este puente es una pasarela peatonal de hierro que se llevó a cabo, como decimos, para permitir el transporte en tren del mineral de la Riotinto Company Limited, así como para llevar viajeros y obreros de las minas. Una infraestructura de veinte metros de longitud y un diseño muy sencillo, que llama la atención porque mantiene su diseño original.
En concreto, este antiguo Puente Cachán cruza el río Tinto hasta la vía del ferrocarril, siendo hoy en día el único restaurado de todo el antiguo recorrido del tren, por lo que es un espacio habitual dentro de las rutas de senderismo que se organizan en la zona, debido a la belleza y posibilidades que ofrece el entorno.
Junto al de Cachán, también hay que citar otros dos puentes del antiguo ferrocarril ubicados en el término municipal berrocaleño, como sucede con el Puente Manzano, también construido sobre el río Tinto, así como el Puente Berrocal sobre la carretera Zalamea la Real-Berrocal.
El Puente Manzano, ubicado en el paraje conocido como ‘El Manzano’ del que toma su nombre, cuenta con 54 metros de longitud, conservándose como en la época de su construcción, siendo muy parecido al primitivo de Manantiales. Por último, el Puente Berrocal, de un sólo ojo, es de unos ocho metros.
En definitiva, se trata de infraestructuras de otro tiempo que, aunque no se encuentren en uso, debemos valorarlas por las enormes posibilidades patrimoniales y turísticas que nos ofrecen en el presente y de cara al futuro. Espacios que recorren bellos rincones de la provincia de Huelva, algunos bastante desconocidos, por lo que atraen la atención de todos aquellos que lo visitan.
Una forma muy especial de mirar con otros ojos el río Tinto, de ahí que sean muchas las voces que demandan su puesta en valor como una alternativa económica más en la Cuenca Minera.