El Ayuntamiento de Minas de Riotinto ha aprobado este jueves en Pleno por unanimidad una declaración institucional, propuesta por la alcaldesa del municipio, Rosa Caballero, en la que se rechaza con rotundidad la declaración del 4 de febrero -día del ‘Año de los Tiros’- como Día Mundial del Ecologismo, tal y como históricamente se ha defendido en el conjunto de la Cuenca Minera y de la provincia de Huelva y como en los últimos días, coincidiendo con la conmemoración del 130 aniversario de esa efemérides, han reclamado instituciones y organizaciones como la Junta de Andalucía o Mesa de la Ría, convencidas de que una declaración de ese tipo puede contribuir a difundir en todo el mundo la historia de la comarca minera onubense.
El Consistorio riotinteño, a través de esta declaración institucional, muestra oficialmente su disconformidad con la tesis en la que siempre se ha basado esa petición dirigida a la Organización de Naciones Unidas (ONU): que la movilización social que se produjo el 4 de febrero de 1888 en el antiguo pueblo de Riotinto, aunque tuvo principalmente una motivación de tipo laboral, también contó con manifestantes, principalmente ganaderos y agricultores, que reclamaban el fin de las llamadas ‘teleras’, el sistema de calcinación del mineral al aire libre que empleaba la compañía que por entonces explotaba las minas de Riotinto (Riotinto Company Limited) y al que se atribuían daños en las cosechas y la salud de las personas, un hecho por el que se ha interpretado que aquella manifestación fue la primera de la historia con resultado de muertes en la que se defendía alguna reivindicación de tipo medioambiental.
Por el contrario, la declaración institucional propuesta por la alcaldesa y aprobada en Pleno descarta la posibilidad de que aquellos hechos tuviesen relación alguna con el medio ambiente, para lo que Rosa Caballero se basa en lo que califica como “hechos demostrados” por documentos “contrastables”, por lo que deja claro que “ni apoyamos ni admitimos que el motivo de la manifestación que acabó en masacre fuera otro que el de la reivindicación pacífica y la lucha obrera legítima por mejorar sus vidas y las de los suyos, así como sus condiciones de trabajo”.
La posible motivación medioambiental que tuviera aquella manifestación es atribuida por Rosa Caballero a causas ajenas a los promotores de aquella movilización, concretamente, a una utilización “sibilina” de la misma por parte de los “hacendados y terratenientes” de la provincia “para hacer prevalecer su estatus y sus privilegios”, para lo que, añade, “utilizaron en su propio beneficio una manifestación minera pacífica organizada por los mineros de Riotinto”.
Por todo ello, el Ayuntamiento de la localidad también ha declarado oficialmente la fecha del 4 de febrero como ‘Día de la lucha obrera en Riotinto’, que es otro de los principales aspectos que se recoge en la declaración institucional aprobada en el Pleno extraordinario de este jueves. Asimismo, tal y como también se contempla en la propuesta de la alcaldesa, el Consistorio pide “la suma a este manifiesto de todas las instituciones pertinentes y de todos los ayuntamientos de la Cuenca Minera de Riotinto para defender nuestro pasado común y para evitar que nadie pretenda arrebatárnoslo sin ningún derecho”, al tiempo que reclama “encarecidamente” una “reflexión profunda” a los promotores, colaboradores y seguidores de la declaración del 4 de febrero como Día Mundial del Ecologismo.
Por lo demás, el documento defiende que, aunque una declaración de tipo ecologista o medioambiental por parte de la Unesco pudiera tener “posibles beneficios” para la Cuenca Minera de Riotinto, “la honestidad está en la verdad y la verdad no fue esa”, por lo que “preferimos sentirnos orgullosos de las vidas sacrificadas antes que utilizarlas de ninguna otra manera que no sea desde el respeto absoluto y desde la admiración por los asesinados por una causa justa, a manos de traidores”.
Se da la paradoja de que los defensores de una y otra tesis no difieren apenas sobre la interpretación histórica de los hechos acaecidos en la Cuenca Minera de Riotinto aquel fatídico 4 de febrero de 1888, sino en la idoneidad de aprovechar o no aquel suceso para difundir en todo el mundo lo sucedido ese día en la Cuenca Minera a través de una determinada estrategia como la declaración del 4 de febrero como Día Mundial del Ecologismo, una declaración que podría ser la única posible, toda vez que la ONU ya rechazó designar esa fecha como Día del Medio Ambiente y toda vez que la fecha del Día Mundial del Trabajo, el 1 de mayo, obedece a una revuelta social producida en Estados Unidos anteriormente a la de Minas de Riotinto.
La declaración institucional completa, a la que ha tenido acceso Tinto Noticias -el periódico digital de la Cuenca Minera de Riotinto- es la siguiente:
Ante la manipulación interesada de nuestra Historia que algunas personas e instituciones están pretendiendo. Ante el uso indebido y deshonesto de la misma, sesgándola y falseándola según convenga a sus propios intereses. Ante la falta de rigor y el patente desconocimiento de nuestro pasado por parte de aquellos que ahora pretenden enarbolarlo. Ante la falta de consideración y de respeto hacia la misma y hacia el propio pueblo de Minas de Riotinto y de toda la su Cuenca Minera, al no haber sido ni siquiera consultado o pedido opinión sobre sus pretensiones, el Ayuntamiento de Minas de Riotinto manifiesta que:
PRIMERO:
Declaramos de manera oficial la fecha del 4 de febrero de 1888 como «DÍA DE LA LUCHA OBRERA EN RIOTINTO».
SEGUNDO:
Ni apoyamos ni admitimos, basándonos en los hechos demostrados, en vista de los documentos contrastables y accesibles a todo aquél que quiera, que el motivo de la manifestación que acabó en masacre fuera otro que el de la reivindicación pacífica y la lucha obrera legítima por mejorar sus vidas y las de los suyos, así como sus condiciones de trabajo. Sus derechos como personas y su espacio en el mundo. El enorme movimiento social promovido por los mineros de la Cuenca Minera de Riotinto fue hábilmente aprovechado por los hacendados y terratenientes de la provincia para hacer prevalecer su estatus y sus privilegios. Se trataba de una lucha de poder, de preponderancia entre la mina y los hacendados y terratenientes, que estos últimos supieron utilizar de manera sibilina, utilizando en su propio beneficio una manifestación minera pacífica organizada por los mineros de Riotinto (los mineros fueron con sus esposas e hijos ¿Alguien haría eso si presintiera que habría violencia?) para conseguir sus fines.
TERCERO:
No apoyamos de manera alguna ninguna declaración oficial de tipo ecologista o medioambiental, aún a costa de los posibles beneficios para la Cuenca Minera de Riotinto que una declaración de esta índole, por parte de la UNESCO, pudiera prosperar sobre los hechos ocurridos en Riotinto el 4 de febrero de 1888. La honestidad está en la verdad y la verdad no fue esa. Preferimos sentirnos orgullosos de las vidas sacrificadas antes que utilizarlas de ninguna otra manera que no sea desde el respeto absoluto y desde la admiración por los asesinados por una causa justa, a manos de traidores. Por su ejemplo y por su memoria.
CUARTO:
Pedimos encarecidamente a los promotores, colaboradores y seguidores de esta iniciativa injusta por su manipulación y ausencia de veracidad, una reflexión profunda. La Historia no es un teatro. Por eso, insistimos: pedimos verdad en todos los casos, por encima de todo y de todos.
QUINTO:
Pediremos la suma a este manifiesto de todas las instituciones pertinentes y de todos los Ayuntamientos de la Cuenca Minera de Riotinto para defender nuestro pasado común y para evitar que nadie pretenda arrebatárnoslo sin ningún derecho. La Historia de la Cuenca Minera de Riotinto es una historia común a todos los pueblos que la conformamos y nos pertenece a todos por igual.