El alcalde de La Granada de Riotinto, José Justo Martín, se ha pronunciado sobre la polémica batida masiva de ciervos y muflones que se llevó a cabo el pasado 30 de diciembre en la finca de El Jarrama para propiciar la regeneración ambiental de este monte público afectado por el incendio del pasado mes de septiembre. El regidor de este municipio de la Cuenca Minera de Riotinto ha defendido tanto la postura de la Junta de Andalucía, al considerar que la batida se llevó a cabo por “criterios técnicos”, como la de quienes se han opuesto a la medida, al asegurar que entiende que organizaciones como Pacma inicien medidas legales contra esta actuación, si bien ha advertido de que las posibles alternativas a las batidas de gestión, como puede ser el traslado de los animales, suponen “un alto coste” y tienen una “gran complejidad”, ya que requieren mucha documentación e incluso medidas preventivas para evitar contagios, tal y como ha declarado a Europa Press.
Desde la Junta de Andalucía, tal y como se hizo eco Tinto Noticias, defendieron que la batida de gestión forma parte del Plan Integrado de Caza elaborado por la Dirección General del Medio Natural con el objetivo de propiciar la regeneración ambiental del espacio incendiado, pues, de lo contrario, los ciervos y muflones acabarían con la vegetación que comienza a florecer, lo que a su vez no sólo impediría la regeneración ambiental de la zona, sino también la supervivencia de los animales, al quedarse sin sustento, según indicaron a este periódico desde la Delegación Territorial de Medio Ambiente.
Las mismas fuentes señalaron que, según el criterio científico de los técnicos que han elaborado el plan, es necesario reducir a unos 40 el número de ciervos y muflones existentes en la zona, donde había unos 300 y, tras la batida realizada, se ha reducido aproximadamente a la mitad, por lo que la Dirección General del Medio Natural evalúa el resultado de la misma para decidir si se encarga una nueva.
Reacciones
La medida fue criticada por varias organizaciones sociales y políticas de la provincia, como Asnuci, Asisti Cuenca Minera, Ecologistas en Acción o Izquierda Unida, que se opusieron a esta actuación. Por un lado, desde Asnuci (Asociación de Nuevos Ciudadanos por la Interculturalidad) se pusieron en contacto con tintonoticias.com para denunciar lo que calificaron como una “carnicería y salvajada”, pues entienden que tal medida puede provocar la lectura “muy peligrosa” de que, “tras un incendio, puede disfrutarse la oportunidad de una gran cacería”.
En la misma línea se manifestó Asisti (Asociación por la Solidaridad, Igualdad, Sostenibilidad y Trabajo Integral) de la Cuenca Minera, que, en declaraciones a este periódico, defendió “soluciones más respetuosas con la vida animal”.
Por su parte, desde Ecologistas en Acción calificaron la actuación como “exterminio” y consideraron que “no es la respuesta que necesitan nuestros montes públicos”. Frente a ello, la organización ecologista propuso otras medidas como, por un lado, la retirada de la malla cinegética para posibilitar la dispersión de los ciervos y muflones, evitar la “masacre” y conservar la regeneración, o por otro, “la captura selectiva, respetando siempre las crías y las madres”.
También Izquierda Unida se opuso a la medida, al tiempo que exigió a la Delegación Provincial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía que dé “explicaciones detalladas” de lo que calificaron como una “matanza masiva de muflones, ciervos y hasta jabalíes”. El coordinador provincial de IU en Huelva, Rafael Sánchez Rufo, indicó que, al tratarse de una zona recientemente afectada por un grave incendio que devastó unas 4.000 hectáreas de terreno forestal, la Junta de Andalucía “debe actuar con mucha más sensiblidad de la que ha demostrado y, si no se han adoptado otras medidas alternativas, como puede ser el traslado de los ejemplares a otras ubicaciones donde puedan seguir viviendo, explicar justificadamente por qué no lo han hecho”.
La medida sí cuenta con el apoyo firme del colectivo de cazadores de Andalucía. La Federación Andaluza de Caza (FAC) arremetió duramente contra Ecologistas en Acción, organización a la que le que acusan de “poner en peligro la regeneración del espacio” al pedir que no se realicen más batidas. A juicio de los cazadores, éstas son necesarias por “criterios técnicos”, pues “las 1.239 hectáreas quemadas de la ‘Dehesa Jarrama’ no tienen capacidad para soportar una superpoblación de ungulados de unos 418 ciervos, cuya alimentación provocaría que los recursos vegetales de este monte público no se regeneraran”, añaden desde la FAC.