Quiero sacar la rabia que me oprime aquí en mi pecho. Quiero contarte algo que llevo aquí muy dentro. Quiero decirte Laura que estoy contigo, que aunque te doblo la edad y podrías ser mi hija, comparto tus ideas, que todos tenemos cabida, hombres y mujeres, para convivir en un mundo justo donde las mujeres tengamos los mismos derechos, donde no impere el hombre por encima de la mujer, donde salgamos a la calle sin miedo…

Viviste poco tiempo en este mi pueblo, pero te aseguro Laura que, si siguieras en él, te encantaría su gente hospitalaria y amable. Te aseguro que te hubieran gustado nuestras costumbres y fiestas. Te gustarían, te lo aseguro que te gustarían y que volverías. Eso te lo aseguro, seguro que volverías…

Pero no ha podido ser así. El monstruo ese que rondaba las calles de mi pueblo, ese al que nadie o casi nadie había visto, te acechaba y acabó con tu vida, con esa bonita vida que te quedaba por vivir y con tantos sueños que se quedaron por el camino.

Miro al cielo y quiero pensar… Y veo un hermoso mar azul donde un pequeño pescaito nada feliz, bajo la atenta mirada de unos ojos oscuros y risueños de nuestra Diana, donde tus lápices de colores pintan nubes blancas, donde Mari Luz y Marta sonríen sin parar, donde todo es alegría y calma.

Eso quiero imaginar mi querida Laura…. Donde tu oportunidad eres tu.

Eugenia Díaz Ruiz, presidenta de la Asociación de Mujeres Progresistas Athenea