El cineasta campillero David Salvochea continúa con sus proyectos audiovisuales tras ‘Planeta Azúcar’

Después del éxito que tuvo su cortometraje protagonizado por Antonio Dechent, Luis Zahera y Paco Tous titulado ‘Amateur’, que llegó hasta el Festival de Cine de Málaga, el cineasta campillero David Rodríguez (El Campillo, 1979) continúa desarrollando nuevos proyectos audiovisuales de relevancia, algunos de los cuales pronto verán la luz, una prueba de la importante actividad profesional realizada por este cineasta, cuyo último trabajo ha sido la dirección de la producción ‘Planeta Azúcar’.

Un cortometraje con el que David Rodríguez, -conocido en el mundo audiovisual como David Salvochea, al haber tomado como apellido el nombre de El Campillo durante la Segunda República-, ha querido concienciar sobre los problemas de salud derivados de la ingesta del azúcar a través de los productos procesados. Un vídeo enmarcado dentro de la campaña ‘25 Gramos’, dirigida al control de la venta y publicidad del azúcar.

En este film, de nuevo protagonizado por Antonio Dechent y Luis Zahera, se narra la historia de Luis, una persona con una vida aparentemente normal hasta que una mañana en una cafetería recibe una inesperada visita de alguien que hasta entonces resultaba ser invisible y que ya le acompañará el resto de su vida: su azúcar. Un problema que, como irá percibiendo, no viene solo.

Un trabajo, encargado a David por la ONG Justicia Alimentaria Global, con la financiación de la Consejería de Servicios Sociales y Cooperación del Gobierno Balear, en el que se muestra en tono de comedia un problema muy habitual en nuestra sociedad. Una interesante lección, plasmada en 12 minutos, que puede verse en el siguiente enlace en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=RKSwzvEQk7w

‘Planeta Azúcar’ ha visitado, además, numerosos festivales, como sucedió en octubre del pasado año 2017, cuando estuvo presente en la 7ª Edición de Ecofilm Festival, celebrado en México, y en la II Patagonia Internacional Eco Film Festival de Argentina, entre otros. Un recorrido a lo largo del cual ha ganado diversos reconocimientos, como el Premio del Público en la II Edición de ‘Gateando’, Festival Internacional de Cine Rural y Medioambiental-Sierra de Gata, de Cáceres, además de ser Finalista a la Mejor Interpretación en la X Edición del Certamen de Cortometrajes de Bujaraloz, Zaragoza.

Hay que recordar que, con su anterior cortometraje, ‘Amateur’, este campillero ya logró ser reconocido en diversos certámenes, al obtener el Premio al Mejor Guión en el NOFI de Los Ángeles, en EE. UU., además de visitar citas tan conocidas como el Curtmiratges en Barcelona o el Festival de Cine de Zaragoza, en Madrid.

‘Amateur’ (2013) fue un cortometraje autoproducido por el propio David, aunque su trabajo más conocido hasta la fecha es ‘Dos tomates y dos destinos’ (2012), una comedia de concienciación ecológica, interpretada por Joaquín Reyes y Carlos Areces, realizado con la organización ‘Veterinarios sin Fronteras’, que trabaja la soberanía alimentaria. También son reseñables sus primeros cortometrajes, interpretados por personas con discapacidad intelectual, ‘Una historia normal’ y ‘Ser o no ser’, que se llevaron a cabo dentro de un proyecto educativo.

Trayectoria de un joven amante del séptimo arte

David Salvochea comenzó su formación de guión y realización en la Asociación ‘El templo de Medea’, dirigida por René Palacios, en Córdoba, para más tarde estudiar Realización Audiovisual en la Escuela Profesional de Artes Audiovisuales ‘Metrópolis C.E’ de Madrid. De hecho, este cineasta se marchó de El Campillo hace más de quince años cuando se fue a Córdoba a estudiar veterinaria.

Es más, además de su formación en realización y guion, es licenciado en Veterinaria por la Universidad de Córdoba. En la actualidad, compagina su trabajo en el ámbito audiovisual con la docencia en Educación Secundaria. Su residencia habitual es Valdepeñas (Ciudad Real).

Todo ello le ha valido a este campillero el haber recibido la Medalla de la Villa de El Campillo en el año 2014, en la categoría de Cultura. Y es que, a pesar de haberse marchado del municipio, reconoce que viene a casa siempre que puede, puesto que afirma que «El Campillo tiene algo especial. Allí ves cosas que en otros lugares serían impensables. La alegría que hay en ese pueblo por metro cuadrado no es normal».

El Puente Cachán de Berrocal, una ruta para no perderse

La historia de Huelva permanece unida a la minería, una actividad económica que trajo consigo el desarrollo del ferrocarril en la provincia, al tratarse del principal medio de transporte del mineral. En este aspecto, una de las principales líneas de tren fue la que unía Huelva con Minas de Riotinto, trazado que, desde finales del siglo XIX y buena parte del XX, trasladaba el mineral desde la Cuenca Minera hasta la capital onubense.

La configuración de esta línea, que cruzaba buena parte de la provincia de norte a sur, obligó al diseño de varios túneles y puentes para salvar los obstáculos físicos del terreno. Puentes muchos de ellos emblemáticos y conocidos, como sucede, por ejemplo, con los situados en el término municipal de Berrocal, municipio en el que el antiguo ferrocarril minero nos ofrece hermosas estampas al recorrer espacios naturales de gran belleza, teniendo al río Tinto como protagonista.

No es extraño, teniendo en cuenta, tal y como han puesto de manifiesto investigadores como Emilio Romero Macías, que para el diseño del ferrocarril se aprovechó precisamente el trazado del río Tinto, lo que dio lugar a la construcción de hasta diez puentes, entre los que se encuentran, precisamente, el Puente Cachán sobre la Rivera Cachán, en Berrocal.

Diseñado en 1875 por el ingeniero británico George Bruce, este puente es una pasarela peatonal de hierro que se llevó a cabo, como decimos, para permitir el transporte en tren del mineral de la Riotinto Company Limited, así como para llevar viajeros y obreros de las minas. Una infraestructura de veinte metros de longitud y un diseño muy sencillo, que llama la atención porque mantiene su diseño original.

En concreto, este antiguo Puente Cachán cruza el río Tinto hasta la vía del ferrocarril, siendo hoy en día el único restaurado de todo el antiguo recorrido del tren, por lo que es un espacio habitual dentro de las rutas de senderismo que se organizan en la zona, debido a la belleza y posibilidades que ofrece el entorno.

Junto al de Cachán, también hay que citar otros dos puentes del antiguo ferrocarril ubicados en el término municipal berrocaleño, como sucede con el Puente Manzano, también construido sobre el río Tinto, así como el Puente Berrocal sobre la carretera Zalamea la Real-Berrocal.

El Puente Manzano, ubicado en el paraje conocido como ‘El Manzano’ del que toma su nombre, cuenta con 54 metros de longitud, conservándose como en la época de su construcción, siendo muy parecido al primitivo de Manantiales. Por último, el Puente Berrocal, de un sólo ojo, es de unos ocho metros.

En definitiva, se trata de infraestructuras de otro tiempo que, aunque no se encuentren en uso, debemos valorarlas por las enormes posibilidades patrimoniales y turísticas que nos ofrecen en el presente y de cara al futuro. Espacios que recorren bellos rincones de la provincia de Huelva, algunos bastante desconocidos, por lo que atraen la atención de todos aquellos que lo visitan.

Una forma muy especial de mirar con otros ojos el río Tinto, de ahí que sean muchas las voces que demandan su puesta en valor como una alternativa económica más en la Cuenca Minera.

Antonio Abad Díaz, cuando la solidaridad puede cambiar el mundo

La palabra solidaridad se define como el apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles. Un gesto muy valorado en estos días en los que prima el individualismo, en el marco de un mundo globalizado que agudiza las desigualdades. En este contexto, resulta llamativo el ejemplo de Antonio Abad Díaz Ortega, un riotinteño que lleva realizando tareas solidarias desde 2009, cuando comenzó a ofrecer ayuda humanitaria en tres zonas de Marruecos: el Medio Atlas (en la región de Khenifra, en el centro del país); el Alto Atlas (Tinhir, más al sur); y el desierto de Erg Chebbi (Merzouga, cerca de la frontera con Argelia), lugares en los que trabaja con la población rural, en su mayoría de etnia bereber.

Su llegada a este ámbito se produjo de un modo casi casual, puesto que, según nos cuenta, “me uní a un viaje solidario que realizaba un grupo de estudiantes universitarios de Málaga y, después de conocer la situación de la población en estas zonas, decidí que merecía la pena dedicar parte de mi tiempo a realizar este tipo de acciones. Desde entonces, he intentado contagiar a otras personas en la necesidad, que para mí se fue convirtiendo en casi una obligación, de actuar como individuos responsables para tratar de conseguir un mundo más igualitario”.

Una filosofía que ha marcado su forma de vida desde entonces hasta ahora, a pesar de que este tipo de actuaciones suele disponer de pocos recursos económicos, materiales y personales, lo que ha motivado que la ayuda se dirija, sobre todo, a mujeres y niños. La asistencia se concreta en la aportación a las personas necesitadas de ropa de abrigo, zapatos, mantas, juguetes, material sanitario, de higiene personal y medicamentos, material escolar, alimentos básicos y herramientas, llegando en algunos momentos a actuar junto a la población afectada para mejorar sus pésimas condiciones en el acondicionamiento de viviendas, atención sanitaria, talleres de concienciación medioambiental y sanitaria, de artes plásticas y juegos con niños o instalación de bombas de agua, apostando con ello por la implicación directa de los beneficiarios.

Hay que tener en cuenta, como explica Antonio Abad, que “a lo largo de estas actuaciones hemos intentado mantener una relación directa e igualitaria con la población, poniendo especial énfasis en esa convivencia. Hemos procurado compartir sus condiciones de vida durante nuestra estancia con ellos, comiendo juntos, durmiendo en sus hogares y participando de su día a día, teniendo en cuenta siempre las diferencias culturales e ideológicas, actuando con el máximo respeto por la cultura local”. En todas estas tareas solidarias, este riotinteño ha trabajando en ocasiones en solitario, mientras que otras veces ha contado con la colaboración de asociaciones, tanto españolas como marroquíes, entre las que destaca Manos Solidarias de Tetuán.

Desde 2014, otra línea solidaria de Antonio se ha centrado en la dramática situación que viven las personas migrantes de origen subsahariano que se encuentran en territorio marroquí, intentando cruzar por las vallas de Ceuta y Melilla. Para Díaz Ortega, “la situación de estas personas en la fronteriza varía según la presión migratoria, de forma que han llegado a convertirse en una moneda de cambio, viéndose sometidas a un continuo acoso. Desde que conocí sobre el terreno la situación de desamparo y las violaciones de los derechos fundamentales del ser humano que está sufriendo este sector de población, he realizado cuatro campañas, dos de ellas con la autorización del gobierno marroquí, en colaboración con Manos Solidarias y la Asociación Marroquí de Málaga, que actúa también en Marruecos”. Campañas con las que este onubense ha proporcionado atención médica, medicamentos, ropa, calzado, mantas, alimentos y asesoramiento a estas personas en una zona forestal cercana a las poblaciones marroquíes de Fnideq y Bel Younech.

Este afán por acabar con las desigualdades sociales también le llevó en marzo de 2016 a crear la Asociación Solidaridad Igualdad y Sostenibilidad Trabajo Integral Cuenca Minera (Asisti Cuenca Minera), a través de la cual gestiona y organiza eventos solidarios dirigidos a conseguir financiación para ejecutar proyectos, consciente de que “se podrían realizar acciones mucho más efectivas formando un colectivo de personas concienciadas en unos objetivos comunes, como luchar por la igualdad de todos los seres humanos sea cual sea su nacionalidad, procedencia, sexo, edad o condición social”.

En Asisti Cuenca Minera ha podido contar con personas sensibilizadas en este tipo de cuestiones, fomentando el trabajo en red, al tiempo que ha creado nexos con otras organizaciones que ayudan a las personas migrantes, como sucede con la Asociación Asnuci (Lepe-Huelva), que trabaja con subsaharianos que llegan a la Península e intentan sobrevivir con unas duras condiciones de vida en esta zona agrícola onubense, donde residen en asentamientos chabolistas y trabajan de forma ilegal.

Es más, en la actualidad, Asisti y Asnuci trabajan en un proyecto para erradicar el chabolismo en Lepe, hasta el punto de que Antonio se ha trasladado al albergue lepero, donde reside junto a un grupo de unos cincuenta subsaharianos en forma de okupación del edificio, “que se encuentra en estado de abandono por parte de la administración municipal y estamos reclamando la cesión de las instalaciones para su puesta en uso ante los graves problemas de vivienda que tiene la zona”, según nos comenta.

A raíz de otra colaboración, esta vez con el colectivo ciudadano Primavera Solidaria de Llerena (Badajoz), llevaron a cabo un proyecto conjunto en noviembre de 2016 para mostrar a la población las graves situaciones de vulneración de derechos humanos.

Con todo ello, Antonio Abad ha seguido desarrollando proyectos solidarios, al tiempo que ha abordado metas más ambiciosas en el ámbito de la cooperación, que le han llevado, por ejemplo, a Siria en julio de 2017, para conocer en primera persona la grave problemática generada por la guerra y su posterior movimiento migratorio, a raíz de lo cual llevó a cabo una llamativa acción en la isla griega de Lesvos, en colaboración con la ONG ProemAid, en la que pudo entregar ayuda humanitaria y realizar rescates marítimos en la costa.

En definitiva, Antonio Abad Díaz es todo un ejemplo a seguir cuando se habla de solidaridad y de ayudar sin pedir nada a cambio. Una actividad admirable a favor de los derechos humanos que no cesa, como sucedía el pasado sábado, 3 de febrero, cuando organizaba un viaje a Ceuta para participar en la V Marcha por la Dignidad en protesta por las muertes que se produjeron en la playa del Tarahal en febrero de 2014, al tiempo que visitaba la zona de conflicto en territorio marroquí para entregar ayuda.

Del mismo modo, podemos adelantar que el 10 de junio de este año tendrá lugar en Minas de Riotinto la Gala Solidaria ‘Flamenco y África’, que vivirá su segunda edición con el objetivo de recaudar fondos que permitan la financiación de sus actuaciones solidarias. Sin olvidar que está preparando una campaña de captación de socios que aporten una pequeña cuota mensual. Por último, según nos adelanta, “estamos trabajando también en un proyecto de autogestión y sostenibilidad con el que tratamos de recuperar y rehabilitar una huerta rural en Minas de Riotinto y potenciar así una alternativa de vida más igualitaria y justa, a la vez que generamos en este lugar un espacio de acogida para personas en situación de necesidad”.

Proyectos marcados por la solidaridad, donde también es fundamental concienciar a la población sobre la necesidad de su implicación en las situaciones de desigualdad. Una cuestión que lleva a cabo a través de diferentes páginas web dirigidas a divulgar sus actuaciones, entre las que se encuentran su blog de Carpintería Artesanal Diseño y Reciclaje, en el apartado solidaridad, (http://carpinteria-artesanal-anabad.blogspot.com.es/); su página de Facebook personal (https://www.facebook.com/anabad07), así como el grupo de Facebook ‘Un Riotinteño Solidario con Aldeas de Marruecos’ (https://www.facebook.com/groups/146073448827750/).

La nervense Sherezade Jurado participa en recitales en Ámsterdam tras ganar el Concurso de Flauta de Holanda

Después de obtener el primer premio del Concurso Internacional de Flauta de Holanda, en la categoría de Máster, la nervense Sherezade Jurado Navarro continúa viviendo en Ámsterdam, donde ofrece recitales por todo el país, al tiempo que sigue formándose. Una experiencia que ha querido contarnos en Tinto Noticias.

Y es que esta joven comenzó en la música con tan sólo 7 años, cuando entró en la Escuela de Música de Nerva, su localidad natal. Lo hizo de la mano de su padre, Julio A. Jurado, a su vez, director de la banda de música nervense. Un año después, se inició en el Conservatorio Elemental de Música ‘Antonio Garrido Gamonoso’ de Valverde del Camino, finalizando los cuatro cursos de grado elemental en tan solo 2 años, lo que le llevó a continuar sus estudios de Grado Profesional en el Conservatorio Profesional de Música ‘Javier Perianes’ de Huelva, con la profesora Mª Carmen Flores Núñez.

A los 16 años empezó a estudiar el Grado Superior en el Conservatorio Superior de Música ‘Manuel Castillo’ de Sevilla, obteniendo Matrícula de Honor en su especialidad en el primer curso. Finalmente, con 20 años, la joven obtuvo el título en 2013, bajo la tutela de Luis Orden Ciero. A partir de aquí, decidió continuar con su formación haciendo un curso de posgrado en el Conservatorio Superior de Música ‘Bonifacio Gil’ de Badajoz, con las profesoras Clara Andrada y Silvia Careddu.

Un punto de inflexión en su trayectoria se produjo en el año 2014, cuando accedió a la bolsa de la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST), con la que trabaja de forma periódica desde entonces. Una ocupación que viene a sumarse a otras agrupaciones de las que ha formado parte, como ha sucedido con la Orquesta Joven de Andalucía (OJA), actuando como solista, junto a la Orquesta de Cámara ‘Sviatoslav Richter’ de Moscú, durante el Festival Eurorchestries en Punta Umbría, Festival de Orquestas Jóvenes de Europa, en el año 2009. Una actividad artística que a lo largo de su vida ha venido acompañada de numerosos reconocimientos.

A todo ello hay que añadir que, recientemente, Sherezade ha finalizado el Máster en el Conservatorio de Ámsterdam, bajo la tutela de Marieke Schneemann, recibiendo clases también de Vincent Cortvrint y Kersten McCall, solistas de la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. A su vez, durante el periodo 2016-17, ha formado parte de la Academia de la Nederlands Philharmonisch Orkest (NedPhO).

En la actualidad, esta nervense continúa formando parte de la bolsa de trabajo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST), junto a la Nederlands Philharmonisch Orkest (NedPhO). De todo ello, nos habla en esta entrevista.

-Sherezade, en 2016 ganaste el Concurso Internacional de Flauta de Holanda. Pero no ha sido tu único reconocimiento en este tiempo…

-Efectivamente, del 13 al 15 de abril de 2016, tuvo lugar en Ittervoort (Limburg), el Concurso Internacional de Flauta de Holanda (Dutch International Flute Competition), en el cual obtuve el primer premio en la categoría de Master. Luego, en octubre de ese año recibí una invitación para interpretar, junto al pianista Vital Stahievitch, la obra ‘Huithrothroy’, escrita por el compositor brasileño Igor Coelho A. S. Marques en el Concurso de Composición ‘Alba Rosa Viëtor’ (Utrecht), la cual obtuvo el segundo premio.

-¿Qué supuso para ti este galardón? ¿Fue muy difícil?

-El premio que obtuve en el Concurso Internacional de Flauta de Holanda consistió en un cheque para emplearlo en el centro de música Adams (Adams Muziekcentrale) y un recital dentro del festival de música clásica Grachtenfestival, uno de los más importantes del país. También fui becada por el Forum International Asbl, para participar en la 28 edición del prestigioso curso de verano Forum International para flauta y piano de Diekirch (Luxembourg, 2016). Considero que el nivel del concurso fue muy alto. Presentarse a un concurso internacional de tal categoría conlleva muchísimas horas de estudio, por lo que cada participante ofrece lo mejor de sí mismo. Sabía que sería muy difícil ganar, porque éramos muchos concursantes y de muchas nacionalidades distintas, pero iba muy segura del trabajo que había hecho durante los últimos meses, y esperaba sentirme satisfecha con el resultado.

-¿Cómo te sentiste al ganar el premio?

-Obtener el primer premio fue muy emocionante. Me dio muchos ánimos para seguir trabajando y llevando a cabo futuros proyectos, pruebas y concursos.

-¿Qué estás haciendo en estos momentos?

-En junio de 2017 finalicé mis estudios de Máster en el Conservatorio de Ámsterdam, con la profesora Marieke Schneemann. Ha sido un periodo muy enriquecedor en el que no he parado de aprender cada día, gracias a todos mis profesores y a mis compañeros. Pero a pesar de haber acabado entonces mis estudios oficiales, no quise dar por terminada mi etapa en los Países Bajos. Así que, actualmente, sigo viviendo y trabajando en Ámsterdam, donde formo parte de la plantilla de profesores del proyecto SuperSymphonics (Leerorkest), en el instituto OSB de Ámsterdam. Además, trabajo periódicamente con la Nederlands Philharmonisch Orkest (NedPhO) y con la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST). También me mantengo activa ofreciendo recitales a lo largo del país, así como conciertos de música de cámara con diferentes grupos, entre los que destaca Het Grachten Trio, el trio de flauta, viola y arpa del que soy miembro.

-Por tanto, por ahora, continuarás en Ámsterdam…

-Sí. Al finalizar mi Máster, decidí quedarme en la ciudad para barajar todas las posibilidades de trabajo que pueda ofrecerme el país. De momento, mi estancia aquí es algo indefinido. Ámsterdam es una ciudad que ofrece mucha cultura y de un nivel muy alto. Esto hace que uno no deje de crecer y de reinventarse como músico, como artista. Así que, aun tengo trabajo que hacer por aquí. Como ya dije alguna vez, los músicos podemos ser incansables, así que durante los próximos meses estaré ocupada con diferentes conciertos, pruebas para orquestas profesionales y futuros proyectos propios, que espero que salgan a la luz pronto.

-¿Cómo te estás sintiendo en Ámsterdam?

-Ámsterdam es una ciudad que enamora a la mayoría de la gente que viene a visitarla. Así que, como no podía ser de otra forma, tras acabar mis estudios, sentí que aún me quedaba mucho que hacer y por aprender en esta ciudad. Y, hoy por hoy, tengo el placer de seguir disfrutándola. Pero esto no significa que todo sea fácil: vivir en el extranjero conlleva mucha fortaleza y adaptación a lo nuevo, y, por consiguiente, un crecimiento personal muy grande. Esto último, junto a la cultura y cómo se vive la música aquí, son las razones principales que me mantienen en esta ciudad.

-¿Dónde te gustaría trabajar en el futuro?

-Mi sueño es formar parte de una Orquesta Sinfónica. Es algo que tengo claro desde hace muchos años. Y, desde que trabajo con la Orquesta Sinfónica de Tenerife y a la que hoy puedo sumar la Nederlands Philharmonisch Orkest, este deseo se ha confirmado aún más. Tengo en cuenta que es un camino muy difícil y que somos muchos músicos los que aspiramos a una plaza en una orquesta. Pero, aun así, seguiré trabajando y formando parte de futuras pruebas que me acerquen un poco más a mi objetivo.

-¿Algún mensaje final para terminar?

-La música me ha dado mucho a lo largo de mi vida. Gracias a esta carrera hay muchos valores que hoy forman parte de mí misma, como el compañerismo, la humildad a la hora de ganar o de no ganar, el respeto hacia los demás, y un largo etcétera. Pero, quizá, uno de los aprendizajes más importantes que me llevo es el valor de un trabajo constante y paciente, que realmente nunca termina. Es una profesión en la que hay que trabajar mucho para poder conseguir nuestros propios objetivos. Hay muchas horas de estudio y dedicación detrás de cada concierto y cada meta conseguida. Algo que no podría haber logrado sin el apoyo incondicional de mi familia y el sacrificio que esto nos supone a todos. Gracias a ellos hoy tengo la oportunidad de seguir estudiando, trabajando y creciendo como músico.

Fotos: 1, 3, 7 y 9 (Alice Allegri); 2 (Concurso Internacional de Flauta de Holanda); 4 y 8 (Bekkers); 5 y 6 (P. Saarloos)

La Plaza de Toros de Campofrío, más de tres siglos del coso taurino más antiguo de España

Hablar de Campofrío es sinónimo de patrimonio, especialmente cuando nos referimos a la tauromaquia, dado que el municipio minero cuenta, como es sabido, con la Plaza de Toros más antigua de las que se conservan en España. Un coso taurino construido en el año 1716, aunque inaugurada dos años después, en 1718, por lo que recientemente ha conmemorado tres siglos de historia. Y lo hacía, además, con una noticia muy esperada, como era su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Monumento, al considerarse que es un “hito monumental y cultural de la tauromaquia”.

Una construcción impulsada por la cofradía de Santiago Apóstol para la lidia de toros, de ahí que se la conozca también como Plaza de Santiago, enmarcada dentro de la edificación de diversas plazas de toros que se produjeron en la zona desde finales del siglo XVI, como sucedió con la Plaza de Toros de la Ermita de San Mamés en Rosal de la Frontera (1599), la primera en España, seguida de la Plaza de Toros de la Ermita de Santa Eulalia en Almonaster la Real (1608), precedentes de la de Campofrío, donde hay constancia de la celebración de corridas de toros incluso antes de la edificación de este coso. Este hecho pone de manifiesto el arraigo de la tauromaquia en la Cuenca Minera y la Sierra onubense.

En cuanto a sus características urbanísticas, la plaza se configura como un hito y un elemento de la arquitectura simbólica de Campofrío, siendo muy llamativo el hecho de que se construyera a las afueras del municipio, lo que permitió un enorme desarrollo de la localidad a su alrededor, al ser un punto de referencia. Una prueba de ello es que, en la actualidad, está inserto en uno de los extremos del casco urbano. No en vano, aparece hasta en el escudo municipal, donde se incluyen dos estoques en aspa.

A nivel arquitectónico, la plaza tiene un diámetro total de 60 metros, de los que 52 corresponden al ruedo. Con un aforo de 1.500 localidades, al exterior expresa su forma redonda con el único añadido del conjunto rectangular de los toriles. Su altura es escasa y no se eleva del terreno más de 2,5 metros, salvo en esta edificación aneja y en la portada. Otra singularidad destacada, que contrasta con la sencillez del conjunto, es la distribución irregular de los burladeros y de los accesos a las gradas.

La organización del recinto es muy elemental, reducida a dos muros concéntricos que se unen en el palco de acceso y con un graderío que arranca del terreno natural. Su portada principal, que se remata de forma triangular sugiriendo un frontón, cuenta en el interior con un pequeño porche que constituye la única zona cubierta junto con los toriles. La plaza está construida con mampostería, enfoscada y encalada en todas sus caras. En rojo están pintados los burladeros de madera y las puertas de acceso.

A esa calidad arquitectónica, caracterizada por la máxima sencillez y funcionalidad, se añade el valor paisajístico de su ubicación entre el caserío y la dehesa, así como el valor etnológico de haber sido durante siglos lugar de reunión, fiestas, ceremonias y eventos. Y que es este coso no sólo ha acogido corridas de toros, sino también es el escenario de todo tipo de eventos, de ahí que se considere una seña de identidad de la zona, al haber adquirido un enorme valor cultural. Y, de hecho, el decreto de la Consejería de Cultura incluye la protección no sólo de este monumento, sino también de todo su entorno, tanto del suelo urbano como de rústico, así como la dehesa donde se encuentra inmerso.

Libro conmemorativo

Con motivo del 300 aniversario de esta plaza de toros, siete escritores locales, coordinados por el exalcalde del municipio y exsenador Antonio García Correa, se unían para realizar una publicación sobre este histórico coso. Un libro que veía la luz tras más de un año de trabajo bajo la edición de la Diputación de Huelva.

Un trabajo de investigación ilustrado por el pintor local José Delgado López y el artista ya fallecido José María Franco, autor de la portada, además de contar con la colaboración del fotógrafo José Juan Palomares y el compositor Rafael Prado, sin olvidar a diversas personas que facilitaban fotografías y carteles de toros. Todo ello permitió incluir un destacado material gráfico en sus páginas. Por su parte, los autores de los artículos fueron el periodista Antonio Reyes, los arquitectos Pilar López y Carlos Vázquez y los investigadores Carlos Palomares, Manuel Castilla y Francis Dorado.

En total, la obra ‘Campofrío, la plaza de toros más antigua de España’ consta de cuatro capítulos en los que se desgrana la historia, las características arquitectónicas y las reformas que ha tenido el edificio a lo largo de la historia, así como los espectáculos más significativos celebrados en el mismo o los cosos taurinos que se construyeron en el siglo XVIII.

Con todo ello, la documentación incluida en esta publicación acreditaba que la Plaza de Toros de Campofrío es la más antigua de España, dejando a un lado las posibles dudas que pudieran existir al respecto, demostrando que es anterior a otros emplazamientos tan conocidos como los de Sevilla, Zaragoza, Lima y Ronda. Un dato muy atractivo para poner en valor, puesto que cuenta con un enorme atractivo turístico que debemos potenciar.

Por último, entre otras curiosidades, debemos recordar que la Lotería Nacional tuvo un reconocimiento hacia plaza de toros de Campofrío al ser recogida en su sorteo del 18 de marzo de 1971. En definitiva, la Plaza de Toros de Campofrío es un punto clave del patrimonio de la Cuenca Minera. Un lugar para conocer y visitar.

Vázquez Lazo prepara un estudio sobre la emancipación de Zalamea del señorío de Sevilla

El proceso de emancipación de Zalamea la Real del Arzobispado de Sevilla y su anexión a la Corona es uno de los acontecimientos históricos que más interés generan en esta localidad onubense, dado que fue muy significativo que fueran los propios zalameños los que compraron su libertad, después de que una bula del Papa Gregorio XIII permitiera al rey tomar algunos bienes en poder de la Iglesia.

Así sucedió en este municipio de la Cuenca Minera, que, tras diversas vicisitudes, en 1592, dejaba de llamarse Zalamea del Arzobispo para adquirir su denominación actual de Zalamea la Real, tal y como se recoge en un documento firmado por el rey Felipe II. Un acontecimiento con el que la localidad ponía fin a una etapa y se incorporaba con pleno derecho a la Edad Moderna.

Un evento trascendental para el devenir de Zalamea que ha sido estudiado en diversas ocasiones, pero del que todavía hay muchas lagunas por descubrir. Por este motivo, el historiador zalameño José Manuel Vázquez Lazo se ha propuesto desvelar todos los detalles de este proceso de emancipación a través del estudio de ese expediente de separación, así como de la Carta de Privilegios en la que el monarca otorga al pueblo una serie de derechos con respecto a la administración del mismo.

Un trabajo bastante arduo que viene desarrollando desde hace dos años y que todavía no tiene fecha de finalización prevista, aunque le gustaría tenerlo listo lo antes posible. De hecho, a este investigador le hubiera gustado tenerlo preparado el pasado año 2017, cuando se cumplía el 425 Aniversario de la emancipación, al ser una fecha idónea. Sin embargo, le fue imposible terminarlo, una prueba de la dificultad que entraña adentrarse en estas páginas, donde la letra utilizada, a veces, es algo ilegible.

Por el momento, José Manuel resalta que “me ha llamado la atención que mucho de lo que se conoce de este proceso no es del todo cierto, además de que estoy teniendo la oportunidad de sacar a la luz muchas novedades totalmente desconocidas sobre este hecho. Eso sí, todavía no me atrevo a dar ninguna conclusión definitiva, porque me queda mucha documentación por estudiar».

«No cabe duda de que estamos hablando de un proceso bastante interesante, puesto que surge en un momento de coyuntura política importante, con una crisis estatal y entre el Estado y el papado, con prerrogativas que permitían que la Corona se emancipara de la Iglesia. Lo que sí podemos decir es que lo que sucede en Zalamea fue bastante peculiar en Andalucía Occidental, porque en 1592 se emancipan tanto Zalamea como Almonaster, dado que debían hacerlo dos localizaciones juntas, de ahí que ambos municipios onubenses se llamen ‘La Real’, al pasar a pertenecer a Felipe II», concreta José Manuel.

Un estudio, como se puede comprobar, de enorme interés al tratar numerosas cuestiones de la intrahistoria local, de ahí que haya mucha expectación de ver el resultado del trabajo de este archivero e investigador. No en vano, a Vázquez Lazo le gustaría poder publicar el estudio, una vez que lo concluya, para darle difusión a las revelaciones realizadas a lo largo de estos años.

Para este historiador, «este tema es importante, dado que hablamos de historia y de patrimonio, de ahí que sea necesario recuperarlo. No podemos dejarlo atrás, para evitar perder la visión de nuestro pasado. Sólo así podemos apostar por el futuro».

Una destacada trayectoria dedicada a la investigación

José Manuel Vázquez Lazo es Licenciado en Historia por la Universidad de Huelva. Tiene en su haber varias publicaciones, destacando Zalamea Republicana (Diputación de Huelva, 2003); El Campillo. De la independencia a la democracia (Universidad de Huelva, 2007, junto a María Dolores Ferrero Blanco y Cristóbal García García); y La provincia de Huelva. Historia de sus villas y ciudades: Zalamea la Real (Diputación de Huelva, 2014). Además de todo ello, tiene varios artículos historiográficos en prensa y en revistas especializadas. Periódicamente publica artículos sobre la historia local de Zalamea la Real en su blog www.conelrabillodelojo.blogspot.com.

Ha impartido numerosas conferencias en diferentes foros. Ha sido documentalista del Departamento de Historia II de la Universidad de Huelva, en el proyecto de investigación ‘El Tribunal de Responsabilidades Políticas en Huelva (1936-1945)’, dentro del plan de Recuperación de la Memoria Histórica de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía.

Su experiencia laboral ha estado siempre ligada al mundo de la Historia. Actualmente ejerce como Archivero del Archivo Municipal de Zalamea la Real.

Conchi Lillo, una riotinteña doctora en Neurociencias que trabaja como profesora titular en la Universidad de Salamanca

Tras estudiar Bachillerato y COU en el IES Cuenca Minera de Minas de Riotinto, Mª Concepción Lillo Delgado, Conchi Lillo, se marchó a Salamanca a estudiar Biología, licenciatura que finalizó en 1996. Una formación que esta riotinteña completó con el Doctorado en Neurociencias por esta misma Universidad en 2001, obteniendo el Premio Extraordinario de Doctorado. Un postgrado que le permitió llevar a cabo diversas estancias de investigación en el extranjero, como sucedió en la Universidad de Lund, en Suecia, en la Universidad de Tübingen, en Alemania y en el Kelloggs Eye Center, de Michigan, USA. Una formación muy destacada que esta científica onubense completó en Estados Unidos, en The Scripps Research Institute en La Jolla, California, donde estuvo desde 2002 hasta 2006.

A lo largo de su trayectoria, Conchi Lillo ha escrito más de 50 artículos científicos, algunos de ellos publicados en revistas de reconocido prestigio internacional, tales como Nature, Science, Neuron, PNAS, Journal of Clinical Investigation o Nature Genetics, entre otras.

Conchi Lillo, junto a su equipo

Todo ello le permitió reincorporarse al Departamento de Biología Celular y Patología de la Universidad de Salamanca en julio de 2006, gracias a un contrato Ramón y Cajal. En la actualidad, Conchi es profesora titular del área de Biología Celular en la Facultad de Biología de Salamanca, puesto que ocupa desde 2011.

Con este excelente bagaje, esta bióloga onubense acude este sábado, 27 de enero, a Minas de Riotinto a la jornada Ciencia es Femenino, un evento organizado por la Asociación Cultural ‘El Doblao’ y coordinado por fieldworkRIOTINTO en colaboración con la Diputación Provincial de Huelva. Una propuesta que nos adelanta en esta entrevista ofrecida a Tinto Noticias.

Conchi, este fin de semana vienes a la Cuenca Minera. ¿Con qué fin?

-Lo hago con mucha ilusión, porque, a pesar de que estoy implicada en muchas actividades de divulgación de la ciencia, nunca había venido a mi tierra con ese fin. La gente de la Asociación ‘El Doblao’, junto con Fieldwork Riotinto, han organizado una jornada preciosa en la que quieren acercar la ciencia a su pueblo de la mano de mujeres científicas que se criaron en él. Una jornada que han titulado Ciencia es femenino. Me parece una actividad muy interesante, porque aborda dos temas de actualidad: promover la visibilidad de la mujer en la ciencia, ya que siguen faltando mujeres en puestos de este tipo, y el acercamiento de la cultura científica al entorno rural, muy necesario hoy en día, sobre todo, para alimentar la motivación de los jóvenes y el interés por estos temas.

Universidad de Salamanca

Durante la mañana de este sábado, 27 de enero, participaré en unos talleres para escolares que tendrán lugar en el Cine Teatro ‘Juan Cobos Wilkins’ de Riotinto, junto con otras científicas riotinteñas. Mi intención es pasar un buen rato acercándoles el conocimiento que tenemos sobre la percepción visual mediante juegos con las ilusiones ópticas. Por la tarde, a partir de las 18.30 horas, estaré en el bar La Soleá, también junto a otras científicas, y en mi charla hablaré sobre neurociencias y los mitos que hay sobre el cerebro de una forma distendida, y espero, que amena. Creo que pasaremos un buen rato. Yo estoy encantada de participar y muy agradecida por la invitación.

¿En qué estás trabajando en estos momentos?

-Como profesora de la Facultad de Biología de la Universidad de Salamanca, imparto docencia de grado en las Facultades de Biología y de Farmacia y en el Máster de Trastornos de la Comunicación. Tengo mi propia línea de investigación en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) y trabajo en el área de la Neurobiología de la Visión. Además, estoy adscrita al Instituto de Investigaciones Biosanitarias de Salamanca (IBSAL). Y, desde el año pasado, soy directora del Servicio de Microscopía de Nucleus.

En el Laboratorio, estamos investigando los mecanismos celulares y moleculares involucrados en algunos trastornos degenerativos del sistema visual, como las cegueras, y también hacemos estudios en el resto del sistema nervioso central.

El dedicarte a este tipo de proyectos es el sueño de muchos investigadores. ¿Cómo te han ido surgiendo estas oportunidades?

-Si pienso en cómo he llegado hasta donde estoy ahora, me doy cuenta de que nada ha surgido de forma espontánea. Todo lo que he ido alcanzando a lo largo de estos años se debe a mucho esfuerzo, mucho trabajo, tanto a la hora de mi formación en la Universidad, como en la obtención del Doctorado en Salamanca y mi trabajo en Estados Unidos, en el que no dejé de aprender. Gracias a los resultados que obtuve tras cuatro años de trabajo en Estados Unidos, pude regresar a España con un contrato Ramón y Cajal y, tras cinco años de mucho trabajo, pude opositar para una plaza de Profesora Titular de Universidad. La investigación, además, siempre me atrajo, desde que estaba en el instituto. Y he tenido la inmensa suerte de poder dedicarme a lo que me gusta, tanto la docencia como la investigación, después de mucho esfuerzo. Lo que estamos desarrollando en la actualidad en el laboratorio, junto con mi grupo de investigación, me satisface mucho.

¿Tienes algún proyecto de cara al futuro?

-De momento, poder seguir investigando en lo que me gusta y me apasiona. Hoy en día, no es fácil, ya que la financiación pública de la investigación básica, que es a la que me dedico, es bastante escasa. El día a día en un laboratorio es bonito e ilusionante, pero se hace muy duro por la escasez de fondos para llevarlo adelante. En el futuro próximo, espero poder seguir dedicándome a la investigación, que tanto me llena.

¿Algo que te gustaría conseguir?

-Me gustaría poder aportar con nuestras investigaciones algo de luz y esperanza a las personas afectadas por ceguera. También me gustaría que mis alumnos de la Universidad de Salamanca consigan alcanzar las metas que se propusieron cuando entraron en la Universidad y que me recuerden como una buena docente que les ayudó a ello. Eso me encantaría.

A nivel personal, ¿se echa mucho de menos Huelva?

-Se echa de menos a la gente, por supuesto. Pero tengo la suerte de tener mucha familia en Riotinto, aunque ahora mismo ya falten personas muy importantes en mi vida. Volver cuando tengo vacaciones y visitar a mi familia me hace regresar a casa con una sonrisa. Y, siempre que lo hago, intento disfrutar al máximo de mi tierra y los míos.

¿Qué es lo que más recuerdas de tu tierra?

-Echo de menos a mi familia, el no poder ver crecer a mi sobrina día a día y…, ¡ah! Y la buena temperatura, ya que el invierno en Salamanca es largo y muy duro.

¿Algún mensaje a los mineros para terminar?

-Mi mensaje a los mineros es que nunca dejen de luchar. Ha habido momentos muy malos que se han superado con esfuerzo. Los sigue habiendo, pero salir adelante se consigue con un trabajo conjunto y esfuerzo por parte de todos.

Por mi experiencia, y lo que veo desde fuera de la gente joven de Riotinto, puedo decir que hay mucha gente que se esfuerza día a día para sacar proyectos adelante. A los jóvenes les diría que hay que seguir formándose, aprendiendo y superándose cada día. No se consigue nada sin esfuerzo. Mucho ánimo y adelante.

La Montera de Gossan de Nerva, un monumento natural único

Los paisajes mineros están llenos de rincones maravillosos, que nos sorprenden por sus curiosas formaciones y por el colorido que imprimen a esta comarca de Huelva. Uno de esos espacios, quizás un tanto desconocido aún, es la Montera de Gossan de Nerva. Enclavado en la Mina Peña de Hierro, este cerro es una antigua corta minera de una hectárea de la que se extraían sulfuros.

En concreto, la Montera de Gossan es una formación geológica que llama la atención por su color de óxido rojo, tan característico de la zona, color que le otorga tanto el gossan -roca formada por óxidos e hidróxidos de hierro, solos o mezclados con otras rocas, y que, directa o indirectamente, proceden de la meteorización de yacimientos de sulfuros-, como las lavas gossanizadas, es decir, las formaciones rocosas de color rojizo, que se encuentran en la superficie de este tipo de minas.

Minerales rojos, que ya llamaron la atención de los romanos cuando llegaron a la provincia de Huelva en busca de plata y oro. Minas que desde finales del siglo XIX y principios del XX se centraron en la extracción de sulfuros metálicos.

Es cierto que hoy esa actividad económica prácticamente ha desaparecido en la zona, pero no cabe duda de que el patrimonio minero sigue marcando el paisaje que podemos observar en esta área, siendo, además, un lugar recomendado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, junto a enclaves tan atractivos como el Museo Minero, el Ferrocarril Minero o la Vía Verde de Río Tinto.

No en vano, la Montera de Gossan fue declarada Monumento Natural por la Junta de Andalucía en 2009 y se encuentra incluida en el Bien de Interés Cultural (BIC), Sitio Histórico, Zona Minera de Riotinto-Nerva.

Un monumento natural que llama mucho la atención por su carácter divulgativo y didáctico, puesto que permite al visitante conocer los recursos mineros, las rocas y los minerales de la Cuenca Minera.

Por este motivo, la mejor forma de finalizar nuestro artículo no puede ser otra que invitarles a todos a que se acerquen a esta Montera de Nerva. Su belleza y singularidad lo merecen. Es, por tanto, un lugar más para descubrir del patrimonio minero onubense, en este caso desde el punto de vista natural.

La riotinteña Catalina Nieves nos cuenta desde Madrid sus imborrables recuerdos de su tierra

Catalina Nieves Muñoz es una onubense que nació hace 62 años en Minas de Riotinto, su localidad natal, en la que se desarrolló su niñez y juventud. Su madre, de La Dehesa de Riotinto, se llamaba María Muñoz González, mientras que su padre, Silverio Nieves Domínguez, era de Minas de Riotinto. Un matrimonio que tuvo cuatro hijos, siendo Catalina la más pequeña.

Su padre trabajaba en las oficinas de las minas, pero, poco a poco, la empresa se fue quedando sin trabajo, hasta que su familia decidió marcharse a vivir a Madrid, después de que a su padre le ofrecieran un empleo en la sede que Explosivos Río Tinto tenía en el Paseo de la Castellana de la capital. Fue así cómo, hace 45 años, Catalina dejó la Cuenca Minera para convertirse en una madrileña de adopción, dado que se instaló con sus padres y sus hermanos en Móstoles, donde continúan viviendo, tanto ella como dos de sus hermanos, ya que el tercero falleció.

De sus inicios en Madrid, esta riotinteña recuerda que “al principio lo pasamos muy mal, porque fue un cambio muy grande para todos. Es verdad que en Huelva no teníamos de nada, pero éramos felices. Tanto era así que mi padre siempre hablaba de jubilarse y marcharse de regreso a Huelva. Tenía mucha nostalgia de su tierra”.

Sin embargo, su padre falleció muy pronto -no descarta que esa nostalgia también le influyera- y nunca pudo hacer realidad su sueño. Y lo cierto es que a ella le está pasando exactamente igual. Es más, asegura que, a medida se hace más mayor, más se acuerda de la provincia de Huelva y, en particular, de la Cuenca.

“Mis dos hermanos tenían la carrera de Maestro, por lo que Madrid parecía un destino mucho más atractivo que Huelva para que encontraran trabajo. Poco a poco, nos fuimos adaptando a Madrid, pero aquí las cosas tampoco son tan fáciles como se pueda pensar”, nos cuenta Nieves Muñoz, que, a pesar de todo, reconoce que “Madrid es un lugar muy acogedor con la gente de fuera. Eso sí, la alegría de Huelva no se ve por aquí”.

Catalina también hizo su vida en Madrid, donde se casó, -aunque, en la actualidad, está divorciada-, y tuvo un hijo, llamado Nazario Fernández Nieves, que le ha dado dos nietos. Una familia que no ha querido perder sus raíces, tanto que su hijo ha venido en varias ocasiones a la Cuenca Minera, una zona que le gusta mucho, y donde ha visitado a sus familiares.

Sin embargo, esta riotinteña suele venir poco a Huelva, pero, nos cuenta, “ahora mi hijo me ha hecho un perfil en Facebook y esto me permite estar en contacto con toda mi gente de allí, además de enterarme de todo lo que pasa en Huelva, así que estoy encantada con la labor que hacen las redes sociales. Porque me gusta todo lo que sea de Huelva y, sobre todo, de la Cuenca Minera. Sólo de pensarlo se me pone la carne de gallina”.

Junto a las redes sociales, Catalina mantiene un contacto directo con sus primas, especialmente con Fidela Quirós Nieves, que tiene dos hijas y que sigue viviendo en Huelva, así como otra prima que vive en Sevilla.

Además, “tengo una muy buena amiga en La Dehesa. Se llama María de las Mercedes Alonso Ramírez y es buenísima para mí. Es más que una hermana, porque, aunque es más joven que yo, nos hemos criado juntas. Nos conocemos de toda la vida. Es buenísima”, afirma.

Con todo ello, por su experiencia, Catalina Nieves aconseja a todos los onubenses que “no se vayan nunca de Huelva, porque es una tierra maravillosa y luego se van a arrepentir. Soy consciente de que allí hay poco trabajo, pero, a veces, podemos tener muchas cosas materiales, aunque lo verdaderamente importante podemos dejarlo lejos”.

En cualquier caso, esta riotinteña, madrileña de adopción, se muestra muy contenta de poder dirigirse a todos sus paisanos, “porque lo que más feliz me hace es hablar y que me hablen de Huelva”.

El IES Vázquez Díaz de Nerva cuenta con el único alumno de Huelva reconocido con el Premio Extraordinario de ESO

La Dirección General de Ordenación Educativa de la Junta de Andalucía ha decidido conceder el Premio Extraordinario de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), correspondiente al curso académico 2016-2017. Un reconocimiento que, en esta ocasión, obtenía un solo alumno en toda la provincia de Huelva, tras alcanzar la excelencia en sus calificaciones y concluir con el mejor expediente. Su nombre es Juan Silvanio Tirado Illescas, alumno del IES Vázquez Díaz de Nerva.

Con tan sólo 16 años, este joven nervense continúa estudiando en el IES Vázquez Díaz, donde se encuentra cursando Primero de Bachillerato de Ciencias Tecnológicas. Una rama que ha elegido, porque le gustaría hacer alguna ingeniería o similar, aunque todavía no lo tiene muy claro.

Juan, tras ser reconocido con el galardón, afirma que “lo cierto es que me sorprendió lo del premio, porque vi que mi nota era un 10, pero no sabía que había un premio por ello, así que no me lo esperaba”. Y, ahora, tras conseguir el galardón asegura que “cualquiera puede hacerlo. Sólo es cuestión de dedicarle horas al estudio”.

Por su parte, su familia y amigos también lo han felicitado. Por ello, Juan Silvanio anima “a los jóvenes nervenses a que estudien. Porque sacar buenas notas sólo depende de nosotros mismos. La clave está en estudiar y dedicarle tiempo”.

Un reconocimiento, sin duda, muy especial, dado que este Premio Extraordinario de ESO se entrega a jóvenes que han destacado por su esfuerzo y dedicación. Enhorabuena.