Francisco Acosta, autor de una exposición que puede visitarse actualmente en homenaje al escritor y artista nervense, aborda su figura en una entrevista concedida a Tinto Noticias

Acaba de cumplirse un año del triste fallecimiento del artista y escritor nervense Antonio Perejil Delay y TINTO NOTICIAS -El periódico de la Cuenca Minera de Riotinto- ha querido rendirle homenaje con una entrevista al también artista de Nerva Francisco Acosta, autor de la exposición patrocinada por Insersa con la que se rinde tributo al propio Perejil y que puede visitarse en el Museo Vázquez Díaz de la localidad nervense hasta el 7 de marzo.

Nacido en Nerva en 1961, Francisco Acosta Delgado es hijo y nieto de mineros. Con la emigración de los años 60 es llevado a Barcelona, donde cursa estudios universitarios y se especializa en Fotografía Técnica. Además, es técnico de reproducción en AAGG y Master en Dirección y Gestión Empresarial por la Escuela Europea de Altas Finanzas.

Medalla al Mérito profesional en 1999 por Publicaciones de Comercio Exterior y empresario, ha desarrollado la actividad de fotógrafo industrial y publicitario durante más de 30 años, compaginando esa actividad profesional con la fotografía creativa. Entre otras muchas exposiciones, expuso en el Ayuntamiento de Nerva en 1979 y en el Museo Vázquez Díaz en el año 2000. Actualmente se dedica a la Consultoría Financiera y tiene residencia en Sevilla.

– Pregunta: Hoy es un día especialmente triste porque, con motivo del primer aniversario de su fallecimiento, tenemos más presente aún que Antonio Perejil Delay ya no está entre nosotros, pero también es un día para celebrar lo que él hizo durante su vida, la huella que dejó…

– Respuesta: Efectivamente, es día triste cuando pensamos que ya hace un año que nos dejó, aunque parezca que aún permanece entre nosotros por la cantidad de recuerdos y de cosas que hizo en el tiempo que estuvo entre nosotros. Fue sin duda una persona singular y creo que nadie que lo conociera y tratara durante su vida puede pensar de su figura de otro modo. Nos dejó un verdadero reguero de recuerdos y de obras difíciles de olvidar.

– P: Como amigo suyo que fue, si tuviese que resumir en unas líneas la trayectoria vital de Antonio y realizar una valoración sobre su forma de ser y cualidades humanas, ¿qué diría?

– R: Fue una persona especial, arraigado a su tierra, a su gente y a su historia y con una especial sensibilidad hacia la creación en distintos campos, además de un claro ejemplo de superación autodidacta. También hay que destacar en él su claro compromiso social con todo lo que hacía, siempre desde una perspectiva crítica desde un punto de vista ideológico que le hacía estar siempre del lado de los menos afortunados. Siempre estaba dispuesto a luchar en las causas en las que creía y eso también le granjeó algunas enemistades, aunque creo sinceramente que más simpatías que rechazos. La prueba está en lo sentida que sigue siendo su ausencia incluso un año después de su fallecimiento.

– P: ¿Cuáles son los momentos o anécdotas que principalmente recuerda de Antonio?

– R: En Antonio Perejil Delay todo era una anécdota, de todo hacía un chascarrillo, un chiste, con su sentido del humor ácido y con ese vozarrón inmenso que tenía y que atronaba cada vez que elevaba la voz. Son muchas, tantas y tan vívidas que ni el tiempo consigue borrar incluso las más antiguas. Recuerdo entre otras, por lo singular de la situación, la canción que cantó en la Iglesia de San Bartolomé de Nerva en el funeral de su amiga Mari Carmen Lobo, fallecida prematuramente. Debía ser el año 1977 y le escribió una canción tan sentida y entonada con tal fuerza que literalmente atronó la Iglesia. La sensación fue como si los enormes muros vibraran del grito de desgarro con el que arrancó aquel homenaje cantado. Creo que nadie de los que estuvimos allí lo habrá olvidado, y así es como lo hacía todo, con una pasión que nace de creer con convicción en todo cuanto haces. La pasión que puso en editar sus libros también es digna de reseñar por lo incansable al desánimo que fue, hasta conseguir hacerse un hueco como autor y ver sus obras editadas, que era su mayor ilusión de juventud.

– P: Hemos hablado del lado personal de Antonio Perejil Delay. Hablemos ahora de su faceta artística y como escritor. ¿Cómo definiría su obra y el legado que dejó?

– R: Antonio tenía muchas facetas, era, como yo solía decirle, un hombre del Renacimiento, porque era capaz de llevar adelante varias manifestaciones artísticas a la vez: cantaba, componía música, escribía poesía y prosa, novelaba, investigaba, incluso su faceta como fotógrafo fue relevante. En mi opinión existen dos partes claramente diferenciadas en la obra escrita de Antonio, aunque las dos tienen un mismo hilo conductor, que era la pasión por su tierra. Por un lado tenemos la obra escrita creativa, compuesta de poemas y escritos casi siempre centrados en las minas y en el Río Tinto, en sus raíces y su propia historia como hijo de minero -la más creativa y de autor. Y por otro lado, pero con la misma temática, la relativa al proceso de investigación sobre temas mineros que dio lugar a varias obras de divulgación histórica sobre aspectos distintos y específicos de la minería en Huelva, sus ferrocarriles, sus poblaciones desaparecidas, incluso otros temas de investigación distintos apoyados siempre en una labor investigadora digna de mención a través de todas las fuentes documentales a su alcance. El Antonio poeta y el Antonio escritor, su faceta investigadora y el material que dejó editado estoy seguro de que servirán de guía para otros creadores que a buen seguro nos dará el tiempo y que seguirán profundizando en la historia de nuestras minas.

– P: Actualmente puede visitarse una exposición suya sobre Antonio Perejil en el Museo Vázquez Díaz de Nerva. ¿Qué podemos ver en en esa muestra?

– R: La exposición es un homenaje a su figura que, como el propio eslogan de la exposición indica, nace con años. Se trata de un conjunto de imágenes de la mina que desarrollé entre 1977 y 1978 acompañado en todo momento de Antonio, como colaborador imprescindible y profundo conocedor de aquel territorio para mí entonces aún desconocido, recorriendo los parajes mineros. Aquellos reportajes cristalizaron en un trabajo llamado Fisonomía Minera que en su día adquirió la Riotinto Patiño junto a sus negativos y del que nunca más se supo, perdiéndose para siempre. Antonio mantuvo una copia en papel que yo realicé expresamente para él y le regalé en agradecimiento a su colaboración en todo aquel proceso y que ha conservado durante todos estos años en un álbum, como el primer día. Eran copias en blanco y negro en tamaño 13X18 centímetros de cada una de las imágenes de aquel trabajo, siendo lo único que quedó de todo aquello. Esas antiguas copias, convertidas hoy en originales, y el propio álbum pueden también contemplarse en la exposición junto a las cámaras que utilizamos en aquella aventura.

– P: ¿Cómo surgió la idea de poner en marcha esa exposición?

– R: Cuando se produce su trágica pedida, pensé que la mejor manera de rendir homenaje a su persona y a su figura como hombre interesado en la historia de las minas era reproducir aquel trabajo, actualizarlo con las técnicas más recientes y completarlo con estrofas de sus poemas para recuperar una obra histórica que sin su colaboración no hubiera existido nunca. Para ello conté con la inestimable colaboración de su viuda, Jacoba Sánchez, que desde el momento en que conoció la idea se sumó a ella y sin la que tampoco hubiera sido posible rescatar el material de partida para completar el proyecto. En este punto merece una especial mención a INSERSA, que se sumó inmediatamente al proyecto y con cuya financiación se ha podido materializar la obra tal y como se concibió, con copias grandes y de mucha calidad en sus soportes, que es lo que podemos ver actualmente expuesto en el Museo.

P: ¿Qué es lo que más destacaría de esa exposición y por qué cree que debe ser visitada por los nervenses?

– R: Vemos un retrato de las minas de entonces, de hace más de 40 años, convertido a través del color con las técnicas más actuales y de los versos de Antonio en un homenaje a su tierra y a su figura, es un poema gráfico. Puede visitarse en el Museo Vázquez Diaz hasta el 7 de marzo. Espero que sea visitada por nervenses y amantes en general de nuestra historia y también espero sinceramente que esta aportación contribuya a mantener vivo su recuerdo y su aportación a nuestra historia.