El Ayuntamiento desvela este jueves una placa con sus nombres en la fosa común de la localidad, donde se encuentran los cuerpos

Las 20 personas de Minas de Riotinto, Campofrío y Zufre que fueron asesinadas en La Granada de Riotinto por defender la libertad durante la Guerra Civil serán recordadas para siempre en la fosa común de este municipio, situada en el cementerio de la localidad, donde se encuentran los cuerpos.

El Ayuntamiento de La Granada ha elaborado para ello una placa en recuerdo de estas víctimas de la represión franquista, que será descubierta el próximo jueves, 14 de junio, a las 18.00 horas, en la fosa común.

El alcalde del municipio, José Justo Martín Pizarro, ha invitado al acto, que cuenta con la colaboración de la Consejería de Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática,  a los ayuntamientos de Campofrío, Riotinto y Zufre, así como a todas las personas que deseen asistir a este acto “en recuerdo de los que fueron asesinados por defender la libertad”.

En la placa se recogen los nombres de los 20 asesinados de Riotinto, Campofrío y Zufre que se encuentran en la fosa común de La Granada, que son los siguientes: Adolfo Garzón Martín, Alberto Domínguez Soto, Avelino Martín Esteban, Eduardo Ginés Silva, Esperileón Rodríguez, Esteban Romero Vázquez, Elías Martín Vázquez, Enrique Fernández Díaz, Francisco Martín García, Francisco Real López, Francisco Real Martín, José M. Castilla, José Pérez Vázquez, José Zapata Moreno, Juan Navarro Banda, Manuel Domínguez Martín, Manuel Domínguez Vázquez, Manuel Reyes Navarro, Manuel Rivero Morales y Segundo Martín Vázquez.

Son las personas que yacen en la fosa común de La Granada de Riotinto, que “no son un dato estadístico ni un número más”, sino “vidas sesgadas por la barbarie”, reza en la placa, dedicada “a la memoria de los que fueron asesinados por defender la libertad para que sus nombres no caigan en el olvido”.

Con esta actuación, que el Ayuntamiento de La Granada lleva a cabo a petición de familiares de las víctimas, este municipio da un paso más para la recuperación de la memoria democrática y la dignificación de las víctimas. El primer paso se produjo en los años ochenta del pasado siglo, cuando los cuerpos de los vecinos de ese municipio que fueron asesinados, que se encontraban en otras fosas comunes, fueron retirados de las mismas y enterrados en el cementerio del municipio.