‘La paciencia de la araña’, que revela hechos casi desconocidos de la guerra civil, será presentada el próximo 1 de febrero en la Sociedad Centro Cultural de Nerva

La novela del escritor e investigador nervense Juan Carlos Rodríguez Centeno, ‘La paciencia de la araña’, será finalmente presentada en Nerva el próximo 1 de febrero. La cita es en la Sociedad Centro Cultural de la localidad, donde los asistentes que adquieran la obra podrán no solo disfrutar de la lectura de esta novela que revela hechos hasta ahora poco conocidos de la guerra civil española, sino también ayudar a los damnificados por la reciente riada de Nerva, ya que el autor ha decidido destinar a los afectados toda la recaudación que se obtenga ese día.

El acto, que tendrá lugar a las 19.00 horas, contará con la participación de la periodista nervense y consejera delegada (CEO) de Malacate Comunicación, Vanesa Navarro, y del presidente de la Sociedad Centro Cultural de Nerva, Francisco José Vázquez Domínguez, además del propio autor y director del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.

Tal y como ya informó TINTO NOTICIAS -El periódico de la Cuenca Minera de Riotinto-, la publicación está ambientada en los primeros meses de la guerra civil y tiene como escenario principal a Sevilla, si bien también recrea acontecimientos acaecidos en otros lugares como la Sierra de Huelva, Madrid y Salamanca.

Todo lo relatado en la obra se basa en acontecimientos reales que posteriormente son ficcionados por el autor. La novela arranca con un hecho poco conocido pero real: un comando falangista se reúne en Sevilla para organizar una operación de rescate a José Antonio Primo de Rivera, preso en Alicante, tras lo que, mientras se planifica la operación, el protagonista es testigo de la vida en la ciudad y de los acontecimientos, anécdotas y sucesos que se producen en la misma.

Por la novela desfilan personajes reales como el Duque de Alba, el banquero Juan March, el general Queipo de Llano, el terrible jefe de la represión Manuel Criado, artistas flamencos como Manuel Vallejo o la Niña de la Puebla, toreros como El Algabeño o el cardenal Ilundáin, entre otros, así como personajes ficticios: ganaderos, jerarcas nazis, combatientes italianos, nobles, buscavidas, etc. Y todo ello mientras las tropas de Franco se aproximan a Madrid y todos piensan que la guerra terminará pronto con una fácil victoria.

Además de la exposición de acontecimientos reales acaecidos durante la guerra civil, a Juan Carlos Rodríguez Centeno le ha interesado especialmente “narrar la doble vida de la ciudad”, por un lado “alegre, festiva, eufórica y luminosa”, pero por otra parte “terrible”, con “asesinatos, fusilamientos, represión, cárcel, venganzas, etc”, destacó el propio autor en declaraciones a este periódico.

‘La paciencia de la araña’ es la primera novela de Juan Carlos Rodríguez Centeno, que cuenta con más de 30 publicaciones académicas entre libros, artículos o ponencias, todo un ejemplo de la amplia trayectoria investigadora de este nervense que nació en Minas de Riotinto en 1968 y pasó toda su infancia y adolescencia en Nerva, hasta los 18 años, cuando se trasladó a Madrid. Allí estudió Ciencias de la Información en la rama Publicidad, tras lo que marchó a Sevilla, donde se doctoró y es profesor de la Facultad de Comunicación desde 1995.

Juan Carlos Rodríguez Centeno es hijo de los nervenses Carlos Rodríguez y Carmela Centeno. Su abuelo materno, Felipe Centeno, procedía de Riotinto y fue un industrial de cierta relevancia en Nerva, donde tuvo varios negocios, como una fábrica de aguardientes, anises y gaseosas, un estanco y hasta una banca privada, algo muy usual por entonces en lugares alejados de las capitales, mientras que su abuela materna, Carmen Hinojosa, procedía de El Campillo, donde fue Miss Salvochea, y es descendiente directa del bandolero José María El Tempranillo.

Por su parte, la familia de su padre era de procedencia obrera. Sus abuelos paternos, Claudio Rodríguez y Eloína Domínguez, procedían de Linares de la Sierra, desde donde se trasladaron a Nerva. Él era minero y trabajó toda su vida en la Fundición, al igual que su hijo, Carlos Rodríguez, que empezó a trabajar en Explosivos Riotinto con 14 años, tras lo que estudió peritaje de Minas y, hasta su jubilación, trabajó siempre en la misma empresa.

Juan Carlos Rodríguez Centeno guarda grandes recuerdos de su infancia en su pueblo. “Al poco de yo nacer, mi padre fue trasladado a Huelva, pero nuestra vinculación con Nerva era continua. Mis abuelos continuaron allí y nuestras visitas al pueblo eran asiduas: fines de semana, fiestas de san Bartolomé, La Villa, etc. Tengo muchos recuerdos de mi infancia en el paseo y otros lugares de Nerva”, señala.

A continuación, cuando se fue a estudiar a Madrid, con 18 años, “empecé a perder vinculación con la Cuenca”, comenta Rodríguez Centeno, pero esta se recupera hace tres años, cuando “mi madre compra una casa en Nerva”, por lo que “actualmente paso fines de semana y festivos en el pueblo y sus alrededores”, concluye.