Un día tal como hoy, hace 132 años, muchos vecinos de la cuenca minera de Riotinto se organizaban para una manifestación multitudinaria en defensa de sus derechos laborales frente a la todopoderosa Riotinto Company Limited. Ninguno sospechaba el trágico desenlace que tendría lugar al día siguiente. Ninguno sabía cuántos morirían.

Pero lo más triste y doloroso es que hoy, 132 años después, seguimos sin saber cuántos murieron, ni tan siquiera sabemos dónde están sus cuerpos. Y este silencio se convierte en un grito entre los cerros cárdenos de la cuenca minera. Porque seguir sin saber nada, es como seguir muriendo.

Fotografía: Antonio Perejil Delay. Un hombre que llevaba la mina dentro