Pues sí. Tendremos que VOTARos otra vez. Y no uso el término «tendremos» porque lo vea una pesadez. Nada de eso. VOTAR puede llegar a ser el acto más noble que jamás haga el ser humano, si se hace, claro está, para contribuir a la construcción de un mundo más solidario. Como también puede llegar a ser, dicho sea de paso, el acto más ruin y cruel, cuando se hace, por el contrario, pensando única y exclusivamente en salvaguardar los intereses personales de uno mismo, en detrimento de los demás.

Uso el término «tendremos» porque, una vez más, tendremos que ser nosotros, ciudadanos y ciudadanas, hombres y mujeres comprometidos con unos determinados valores, los que asumamos el compromiso que vosotros no habéis querido asumir. Sí, el compromiso por la construcción de ese mundo, un mundo mejor que habéis tirado a la basura porque habéis preferido anteponer vuestros propios intereses.

¿Acaso habéis pensado alguna vez en las personas más necesitadas a la hora de llegar a un acuerdo para la conformación de un Gobierno? No, ¿verdad? Habéis pensado únicamente en de qué manera hacemos esto ahora para sacar tajada electoral cuatro años después.

¿No es verdad señor Sánchez que ustedes querían gobernar con el apoyo regalado de Unidas Podemos para recuperar los votos de esos millones de históricos votantes socialistas que os abandonaron en las Elecciones de 2011 -las primeras que ganó el PP de Rajoy- y que aún permanecen fieles a la nueva formación liderada por Pablo Iglesias?

¿No es verdad señor Iglesias que ustedes estaban deseando que Pedro Sánchez fuese investido presidente con el apoyo de Ciudadanos (Cs) para así poder seguir ‘quitándole’ votos al PSOE o al menos frenar la vuelta de vuestros votantes a su antiguo partido que se inició en las pasadas elecciones de abril, justo después de darles vosotros la Presidencia en aquella moción de censura?

Pero no os preocupéis. Tendremos que VOTARos otra vez. No por vosotros. Ya no sois líderes de las capas sociales progresistas a las que se supone debéis representar. Lo haremos por nuestro compromiso con ese mundo mejor, ese mundo que nosotros sabemos defender mejor que vosotros, ese mundo que habéis tirado, de momento, a la basura.

Así que no os preocupéis. Tampoco vamos a defender que no se vote. Eso de que ya está bien. Nuestro compromiso social es mucho más fuerte que este hartazgo en el que nos habéis sumido y más fuerte que vuestro propio compromiso social, aunque lamentablemente sois vosotros quienes tenéis los instrumentos para desarrollarlo. Porque, por suerte, aún existe la POLÍTICA, el mejor arma que tiene la sociedad para transformar la realidad y construir un mundo mejor.