Trabajadora social especializada en cuestiones como el Mindfulness, ha desarrollado una intensa vida profesional y recientemente ha publicado el libro ‘Click’ e impulsado esta red, una iniciativa que está teniendo una gran acogida
Marta Martín Gómez es una trabajadora social natural de Minas de Riotinto que, desde el año 2000, realiza su labor profesional por cuenta ajena, trabajando en diversas asociaciones en áreas muy diversas, desde la gestión de proyectos sociales públicos y privados a la atención e intervención a niños, sin olvidar el ámbito de la atención a personas con diversidad funcional.
Una labor para la que cuenta con una amplia formación académica, puesto que, tras acabar el Grado de Trabajo Social, ha realizado otros estudios, como un Máster en Economía Social y Desarrollo Territorial; Máster en Responsabilidad Social Corporativa; Experta Universitaria en Coaching para el Desarrollo Personal y Organizacional; y cursos como Intérprete de Lengua de Signos, Gestión Emocional asistida con caballos o Mindfulness, entre otros.
En el año 2011, Marta inició una nueva etapa en su vida profesional, al iniciar su trabajo como freelance, ofreciendo sus servicios de manera privada, especializándose en Mindfulness y habilidades personales en diferentes ámbitos. En la actualidad, esta riotinteña canaliza su trabajo para EisMethods, Investigación social aplicada, realizando trabajo social privado, Mindfulness y planes de igualdad, además de desarrollar su faceta como formadora/facilitadora en entidades, tanto públicas como privadas.
Junto a todo ello, el pasado año 2018, Marta decidió impulsar la Primera Red Profesional de Mujeres bajo la denominación ‘Woments’, una iniciativa que ha creado junto a otras dos mujeres onubenses, la diseñadora y planificadora de eventos Covadonga Foncueva y la periodista y antropóloga Mari Ángeles Gómez. Esta propuesta ha surgido en la provincia de Huelva con una gran respuesta, al ser una idea pionera que realiza una interesante aportación a la igualdad real entre hombres y mujeres.
Se trata, según nos apunta, de “una iniciativa que tenía muchas ganas de realizar. Es toda una apuesta por visibilizar el talento femenino. Y, como todo pasa en el momento más adecuado, así es como nace Woments, Red profesional de mujeres. Un espacio vivo para mujeres que pretende visibilizar el talento femenino. Es una iniciativa que comparto con mis dos compañeras de equipo: Covadonga Foncueva, diseñadora de eventos corporativos en @bodasweddingone y Mariángeles Gómez, asesorando la maternidad y paternidad consciente en @ecomami. Juntas hemos diseñado un espacio vivo de mujeres en el que crecer en lo personal y lo profesional y en el que las sinergias profesionales son el punto de encuentro. En cada uno de los eventos tenemos una formación de actualidad centrada en marca, liderazgo y estrategia profesional, un entorno que activa la inspiración y encuentros en los que conocer cada área de trabajo de los participantes”.
La asistencia a estos encuentros es por inscripción y los proyectos que desarrollan giran en torno al valor y a la confianza que depositan en las personas que ya conforman la Red Woments, con sus embajadoras y las nuevas incorporaciones. En la actualidad, trabajan en desayunos Woments con ponentes de referencia y temas de actualidad profesional, así como en paneles de experiencias. Por todo ello, considera que “está siendo un espacio muy bien acogido, muy cuidado por nuestra parte y muy necesario, según estamos comprobando, pero, sobre todo, un espacio muy inspirador”.
A nivel personal, como riotinteña, para Marta, haber nacido y crecido en un pueblo como Riotinto es un privilegio. De su etapa de su niñez, esta minera nos escribe: “De madre y padre riotinteños, Amalia y Manuel, la niña del que hacía las puertas en esa nave grande al lado del colegio, que parece un inglés. El que trabajaba en ‘lavadoras’ que le decían ‘el coca cola’. Y es que en los pueblos nunca dejaré de ser aquella niña, o al menos su recuerdo, el inicio. No hay mejor lugar para crecer que en un pueblo como Riotinto rodeado de naturaleza, gente sencilla y la historia del color de su tierra abierta por cada punto que pasas. Las sensaciones de crecer en familia, vecindad, amigos, libertad, aire puro, olor a tierra y a barreno, comida casera, el olor a cocina de mi abuela que inundaba la calle, juego libre, el color del cielo, el contraste de los espacios, el olor de las estaciones… han marcado mi vida de una manera muy especial abriéndome al aprendizaje, la creatividad y la constancia como valores esenciales”.
Tras esta etapa de niñez y juventud feliz en su localidad natal, Marta se marchó de Riotinto a punto de cumplir los 18 años para estudiar Trabajo Social. Una carrera que, según nos cuenta, eligió porque “los valores que me acercan al conocimiento de las personas en contextos personales y sociales hicieron que mi vocación fuera por lo social y así inicié mis estudios de Trabajo social. Siempre inquieta por aprender y conocer la realidad social estudié y trabajé como monitora con niños y aprendí Lengua de Signos como un regalo de la vida. Fueron mis primeras experiencias de trabajo antes de terminar la carrera. Una vez terminada la carrera pasé años trabajando para diferentes asociaciones en atención a familias, atención directa, diseño y gestión de subvenciones y coordinación de jornadas”.
Como decimos, un punto de inflexión en su carrera se produjo tras nacer sus dos hijas, cuando comprueba que “el valor del tiempo es otro y, sobre todo, que algo no estaba funcionando a través de tanta burocracia laboral. Fue cuando entendí que la necesidad de las personas pasa por el Trabajo Social como profesional cercano y privado. Y así fue como me inicié siendo artesana social. El trabajo social privado es poco conocido y hay muchos tópicos acerca de lo que pueda hacer o no un trabajador social. Ahí está la artesanía. Los trabajadores sociales somos conocedores de la realidad social y del necesario cambio social. Para ello, somos agentes de cambio. En mi caso, me especialicé en dos áreas: Formación para el desarrollo de habilidades personales y profesionales: inteligencia emocional, Mindfulness y habilidades sociales. Y Responsabilidad social corporativa: como miembro de un equipo interdisciplinar en el que acompañamos a empresas para mejorar su engagement, su RSC y medimos el impacto social y económico de su actividad. Y así es como en 2011 inicié Evoluziona Social y mi camino como trabajadora social en ejercicio libre”.
Siendo así, nos cuenta que, “en la actualidad, centro gran parte de mi energía laboral en los programas de Mindfulness en los que llevo trabajando 4 años atendiendo a niños, adolescentes, familias y docentes. Creé el Programa de Mindfulness para niños de Héroes con Talento y cada vez se desarrolla mejor. Mindfulness o atención plena (traducción al español)”.
Pero, ¿qué es el mindfulness? Martín nos explica que, según define Vicente Simón (2006), es ‘una capacidad humana universal y básica, que consiste en la posibilidad de ser conscientes de los contenidos de la mente momento a momento’. Porque, “en muchas ocasiones vivimos lo cotidiano con inmediatez, rehenes de una prisa que parece haberse instalado en nuestras vidas como valor en alza, mientras ‘vivimos’ irremediablemente 24 horas, cada día. ¿cómo las vives? . No podemos detener los cambios, son la única constante. Pero vivir en un continuo estado de estrés puede ser el inicio de hábitos poco saludables y transformarse en estados que hacen la salud se vuelva frágil. Este estado de estrés, de continua tensión emocional y física sucede en todas las etapas de la vida, desde los niños a los adultos. Aprender a desarrollar la atención plena potenciará tu calma física y mental, y a regular las emociones”, nos cuenta.
Fruto de este trabajo nació su libro ‘Click’, un álbum ilustrado por Adrié Tejero y editado este año 2019 por Pábilo, que es una herramienta psicoeducativa que pretende introducir al niño, adolescente y al adulto en uno de los viajes más impresionantes que solemos hacer de manera casi inevitable, el de descubrirnos a nosotros mismos para aprendernos, con la práctica de Mindfulness. Tiene un uso individual, familiar y colectivo dentro de los colegios.