A pesar de haber pasado ya 130 años de aquel acontecimiento, el Año de los Tiros sigue siendo una incógnita. No hay que olvidar que esta huelga ocurrida en Riotinto el 4 de febrero de 1888 supuso un antes y un después para las relaciones laborales planteadas en la Cuenca Minera de Huelva debido a su trágico final, aunque el número de muertes nunca se ha determinado con exactitud. En concreto, la huelga del Año de los Tiros comenzó el 1 de febrero y culminó el día 4 con una marcha que partió desde Zalamea con la participación de unas 12.000 personas, entre obreros, agricultores, mujeres y niños procedentes de toda la comarca.

Una protesta que, hasta ahora, se pensaba que su origen estuvo en las teleras de calcinación al aire libre –conocidas popularmente como ‘los humos’-, una forma de fundición del mineral que provocaba emanaciones sulfurosas a la atmósfera.

Sin embargo, el investigador Alfredo Moreno Bolaños ha podido realizar varias revelaciones que desmienten algunas de las ideas que, hasta ahora, se tenían sobre este episodio histórico. Y lo ha hecho a través del libro Génesis del Anarquismo en Minas de Río Tinto, una obra editada por el Ayuntamiento de Minas de Riotinto que trata sobre estos acontecimientos de 1888. Presentado el pasado año 2017 en el propio Consistorio y en el Museo de Huelva, la obra prácticamente ya ha agotado su primera edición, por lo que no se descarta que pronto vea la luz una segunda tirada.

En concreto, según explica Alfredo Moreno a Tinto Noticias, este libro realiza una gran aportación, puesto que introduce una nueva fuente hemerográfica, hasta ahora desconocida, como son los artículos escritos por el sindicalista Maximiliano Tornet en el periódico ‘El Productor’, páginas a las que el autor ha tenido acceso en PDF, dado que esta gaceta sólo se conserva en el International Institute of Social History de Amsterdam.

“Con este libro, he conseguido salir de la versión oficial que existe sobre el Año de los Tiros, sin repetir nada de lo que ya han hecho otros investigadores anteriormente, como pudieron hacer Dolores Ferrero Blanco o Rafael Moreno, en forma de novela. En este caso, aporto datos y reflexiones inéditas hasta ahora, puesto que me he basado en los artículos escritos por Maximiliano Tornet entre 1887 y 1893 en el periódico anarquista ‘El Productor”, nos aclara Moreno Bolaños.

A través de estas fuentes, este investigador riotinteño ha podido comprobar cómo la figura de Tornet sufrió un giro ideológico a lo largo de su vida, puesto que, lejos de lo que se piensa hasta ahora, este sindicalista no fue una figura fundamental a la hora de convocar a los trabajadores en la manifestación, sino que fue el defensor de los intereses de los caciques de Zalamea, especialmente interesados en que se acabaran las teleras de las minas porque afectaban a sus tierras. No en vano, sólo el 2% de los zalameños trabajaban entonces en las minas, por lo que era lógico que defendieran sus intereses agrícolas en contra de las grandes empresas mineras.

Como asegura este escritor, “Maximiliano Tornet no fue cabecilla de los trabajadores, en todo caso sólo lo fue de su departamento de la fundición, que suponía el 7% de la plantilla, además de que no era anarquista, sino que se abrazó a esta ideología a partir de escribir en el semanario ‘Libre Pensamiento’, periódico que él distribuía por la Cuenca Minera. Es más, cuando nace su hijo en Minas de Riotinto, le puso el nombre del fundador del periódico. Fue así cómo Tornet se hizo anarquista a partir de 1887. Luego, cuando salió de la cárcel en enero se une de forma descarada a los caciques de Zalamea, llevando con él, incluso, a menores de tan sólo 15 o 16 años”.

Una cuestión que para este autor confirma que el Año de los Tiros no fue, en ningún caso, una manifestación ecológica, como se ha querido demostrar en los últimos años, sino que fue una protesta instigada por los caciques zalameños. Es más, “para mí la efeméride debería conmemorarse el 10 de enero de 1880 y no el 4 de febrero de 1888, porque fue entonces cuando se produce la primera protesta contra los humos, una manifestación celebrada en Huelva, pero que no llegó a tener mucha repercusión debido a cuestiones políticas”.

Para Moreno Bolaños, los datos erróneos que han llegado hasta nuestros días se deben a la manipulación periodística que primó en aquellos días de finales del siglo XIX, puesto que “si normalmente se habla del diario ‘La Provincia’ como el portavoz de la Compañía minera de Riotinto, otros rotativos se dedicaban a dar datos falsos por ser proclives a la Liga Antihumista”.

Otro de los puntos de interés del libro ‘Génesis del anarquismo en Minas de Río Tinto. Maximiliano Tornet como paradigma y su papel en el Año de los Tiros’ es su aportación sobre el número de detenidos y fallecidos en aquel trágico episodio. Para Alfredo Moreno, las consecuencias de la represión fueron mucho más allá de la cifra de 13 fallecidos oficiales, porque “he tenido acceso a una hoja en la que se relata cómo se transportaron fallecidos desde la Plaza de la Constitución de Riotinto durante la noche del 4 de febrero, mientras que los muertos oficiales se enterraron al día siguiente, el día 5 de febrero. Es decir, que hubo muchos más muertos de los que se habla”. Datos que este investigador encontró mientras realizaba un estudio sobre los deportes británicos en la Cuenca Minera, un documento cuyo autor reconocía ser el sobrino del maquinista que, en la noche del 4 al 5 de febrero de 1888, transportó los cadáveres de los muertos no oficiales en una batea.

Unos fallecidos no oficiales, que según adelantó Moreno Bolaños, junto a Manuel Pérez López, en un artículo publicado en la revista ‘Narvae’, pudieron haber sido enterrados de forma masiva utilizando como tapadera el futuro cementerio de La Naya, que actualmente no existe. Unos hechos que ha podido comprobar gracias a un libro que le fue cedido por Julio Macías, concejal de Turismo en el Ayuntamiento de Mina de Riotinto en 2015.

Más escalofriante puede ser el hecho de que parece certificado que aquellos fallecidos en la manifestación del Año de los Tiros fueron transportados en el que llamaron ‘El tren de la muerte’, tirado por una máquina conocida como ‘La Maldita’, la número 51, que hoy se encuentra de reserva en el Tren Turístico de Riotinto. Una cuestión confirmada por el campillero Uberto Hernández Vallecillo, al que se lo contó su suegra, que vivió en primera persona aquellos acontecimientos de 1888. Un detalle que era vox populi en la Cuenca Minera.

Con todo ello, este investigador, ex trabajador de la mina ya jubilado, lo único que pretende es que “se conozca la verdad sobre lo que pasó aquel 4 de febrero de 1888. Me gusta la historia y, por eso, me he propuesto difundir lo que verdaderamente sucedió en Minas de Riotinto”. Unos hechos que Moreno Bolaños considera que también se trata de un episodio de Memoria Histórica, que, además, estuvo relacionado con las protestas a nivel mundial del 1 de mayo. En cualquier caso, asegura que “nunca ha existido una represión tan dura como sucedió durante el Año de los Tiros”.

Por este motivo, este aficionado a la historia continúa trabajando en esta línea, para poder conocer más detalles de este acontecimiento y, de hecho, tiene previsto trasladarse a Segovia para consultar los archivos militares y recabar más datos de aquellos hechos. Trabajos que espera que sean una herramienta muy útil para otros investigadores, para que continúen indagando en aquella mítica huelga del 4 de febrero de 1888.

Sobre el autor

Alfredo Moreno Bolaños nació en Naya (Minas de Riotinto) el 29 de marzo de 1957. En 1972 se trasladó al Alto de la Mesa. Tras realizar sus estudios en 1976 comenzó a trabajar en Rio Tinto Minera en el Departamento de Topografía, pasando por otros Departamentos como Planificación hasta la finalización de su período profesional en 2002.

Desde 2004 viene desarrollando una labor de investigación sobre diversos temas relacionados con Riotinto, desde los deportes británicos, pasando por el estudio de la presencia de los técnicos extranjeros en Riotinto hasta la producción minera de las minas que nos ocupan. Fruto de estas investigaciones son doce capítulos de libro, cinco artículos en revistas especializadas, la coautoría de un libro y su primer libro en solitario que será presentado en breve. Además de varios trabajos que abarcan desde la tauromaquia a aspectos concretos del desarrollo de la actividad minera que esperan pronto ser puestos blanco sobre negro. Actualmente junto a Gilberto Hernández está digitalizando e investigando en el Archivo Municipal de Minas de Riotinto aspectos concretos de la historia del pueblo.

Sobre la calidad del trabajo realizado por Alfredo Moreno da cuenta el Premio Nacional Francisco Javier Ayala en 2011 otorgado por la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero al mejor artículo publicado sobre esa temática. En 2012 recibió una mención honorífica de la Real Academia de la Historia por su trabajo sobre el Mineral Extraído en Riotinto entre 1725-2002 y cuenta con un artículo publicado sobre la Minería de Hierro en Riotinto en la revista científica más antigua de España y más prestigiosa sobre temas mineros el Boletín Geológico Minero de España.