El sindicato CSIF ha denunciado que ha tenido constancia que que en tres centros hospitalarios de la provincia de Huelva se han usado mascarillas FFP2 del fabricante ‘Garry Galaxy’ modelo N95, cuya retirada fue ordenada el pasado viernes por el Ministerio de Sanidad al no reunir las condiciones de protección necesarias ni cumplir con la normativa europea.

En concreto, según los datos que ha podido recabar la central sindical, entre los tres hospitales afectados se han utilizado 730 mascarillas defectuosas, 500 en el Hospital Juan Ramón Jiménez, 200 en el de Minas de Riotinto y 30 en el Infanta Elena, si bien «los positivos de los trabajadores empezarán a conocerse esta semana ya que los test han empezado a realizarse este lunes, aunque sólo en el Juan Ramón Jiménez», han señalado.

Las cifras que maneja el sindicato, que asegura que las gerencias de los hospitales no han ofrecido información al respecto por el momento, señalan que en el hospital Juan Ramón Jiménez habrían sido 500 las mascarillas utilizadas y 300 los trabajadores que han usado este material: todo el personal de Urgencias, UCI, de las plantas con pacientes con Covid-19, todos los celadores y los trabajadores que realizan los test. En total, llegaron 5.000 mascarillas.

En el Infanta Elena la cifra es menor, en torno a la treintena (todas las mascarillas han sido entregadas y devueltas), de las 2.000 que llegaron, mientras que en el hospital de Riotinto se recibieron 500 mascarillas, de las que 300 se han retirado y 200 se han podido usar por los trabajadores, según han explicado desde el CSIF.

«Todas estas cifras las ha obtenido el sindicato CSIF, ya que las gerencias de los hospitales no facilitan ningún tipo de información desde el pasado viernes, cuando saltó la alarma», continúan desde la central sindical, que denuncia por ello el “oscurantismo y falta de transparencia» que a su juicio se produce «no sólo en estos momentos, por el caos de las mascarillas defectuosas, sino desde el comienzo de la crisis sanitaria».

El sector de Sanidad de CSIF asegura que está reclamando información a todas las gerencias de los hospitales donde «se tiene conocimiento» del uso de este material defectuoso y exige además la realización de pruebas diagnósticas a todos los profesionales del sistema sanitario que hayan podido usarlas, así como un seguimiento exhaustivo de su entorno profesional y familiar. El sindicato pide además que se convoquen con urgencia y de manera excepcional los comités de seguridad y salud para abordar este asunto.

Para la central sindical, “es escandaloso que la Administración haya enviado a los profesionales que están en primera línea de lucha frente a la pandemia un material que no garantiza su protección y la de las personas a las que atienden”. En este sentido, el sindicato exige que se realice un “exhaustivo seguimiento de la trazabilidad de todos los productos sanitarios que les lleguen a los y las profesionales para su uso”, sea cual sea su procedencia.

En su escrito a las gerencias de los hospitales, CSIF pide datos sobre el número de mascarillas FFP2 modelo N95 Garry Galaxy (verde) y el modelo N95, del fabricante Garry Galaxy, así como el número de las mismas que han sido retiradas en los servicios y/o centros de salud. El sindicato se interesa además por el destino de dicho material una vez retirado, así como por el número de profesionales que las han usado con desglose de servicio y categoría.

Del mismo modo, CSIF reclama información, desglosada por centros, servicios y categoría, sobre los profesionales a los que se les ha realizado el estudio diagnóstico y están aislados por esta causa, así como datos sobre sus contactos dentro del servicio o del centro en cuestión. De igual manera, se requiere información sobre la necesidad de realización de pruebas en el entorno familiar de dichos trabajadores. CSIF Andalucía reclama además apoyo psicológico a todos los profesionales afectados por esta «negligencia».

Por último, CSIF critica la «falta de previsión», así como la «improvisación» de las autoridades sanitarias, que «vuelven a retirar material de protección por no cumplir éste con los estándares de calidad», señalan desde el sindicato, para el que «este error supone un doble perjuicio: el que sufrirán de nuevo las arcas públicas por la compra de un material inservible y sobre todo el que sufren los trabajadores que han estado usando unas mascarillas que no realizaban su función de protección frente al Covid-19».

Ante ello, el director gerente del Área de Gestión Sanitaria Norte de Huelva (Agsnh), a la que pertenece el Hospital de Riotinto, Rafael Perea, ha negado que exista «falta de transparencia y oscurantismo». «Personalmente en la Junta de Personal de esta mañana (por ayer) informé con pelos y señales de las mascarillas defectuosas y del plan a realizar sobre los trabajadores afectados, así que no se diga que las gerencias no han informado de nada», ha destacado.