Hablar de la Corta Atalaya de Minas de Riotinto no es nada fácil. A nadie se le escapa que, desde tiempos inmemoriales, es la mejor carta de presentación de la Cuenca Minera, además de todo un símbolo de la provincia de Huelva. Siendo la mina a cielo abierto más grande de Europa y la segunda más destacada del mundo, son muchos los artículos y reportajes que han venido a desgranar las peculiaridades de este espacio de gran belleza, que ha sido escenario de cine en más de una ocasión.
Pero era obligado iniciar esta sección destinada a recorrer los rincones más singulares de la comarca minera haciendo una visita a la Corta, una auténtica joya de carácter único. Y es que la Corta Atalaya es uno de los paisajes más singulares, no sólo de la Península Ibérica, sino también del resto del continente europeo.
Un enclave que desde el 18 de enero de 2005 es espacio protegido por la Junta de Andalucía al formar parte del Paisaje Protegido de los tramos alto y medio del río Tinto y su entorno, una franja de 57 kilómetros que se extiende a lo largo de once municipios de las provincias de Huelva y Sevilla, como son Berrocal, El Campillo, La Palma del Condado, Minas de Río Tinto, Nerva, Niebla, Paterna del Campo, Valverde del Camino, Villarrasa y Zalamea la Real, en la provincia de Huelva, y El Madroño, en la provincia de Sevilla.
Dedicada principalmente a la explotación de cobre, sus dimensiones son de 1.200 metros de largo, 900 metros de ancho y 350 metros de profundidad. Además, su círculo central tiene más de 2.000 metros cuadrados. Todo ello le confiere una belleza que sobrecoge a los visitantes y turistas que acuden a la zona.
Un enclave que, además de su belleza e importancia económica, también tiene un componente histórico de enorme interés. No en vano, esta mina fue explotada desde los tartessos y, sobre todo, por los romanos, si bien es cierto que todos recordamos su etapa más reciente, cuando fue adquirida por la Rio Tinto Company Limited desde el último tercio del siglo XIX.
En concreto, fue a principios del siglo XX cuando se descubrieron en esta mina a cielo abierto una serie de pozos y galerías mineras de época romana, que intensificaron este sistema de explotación, comenzando en la Corta Filón Sur ya empezada por los ingenieros españoles, pero sobre todo a partir de 1907 en la Corta Atalaya, de la masa San Dionisio, explotada hasta entonces por minería interior. Tanto que llegó a ser un modelo revolucionario de explotación minera que albergó a más de 12000 obreros en sus labores de arranque, carga y transporte de minerales.
La masa San Dionisio, a la cual pertenecen la Corta Atalaya y Pozo Alfredo, se localiza en el flanco sur del anticlinal de Riotinto, asociado a un pliegue menor (sinclinal) de dicho flanco.
Un escenario de cine
Su paisaje inquietante ha provocado, además, que el cine se haya fijado en este espacio como el mejor escenario para el séptimo arte. En concreto, en la Corta Atalaya se han rodado dos películas: El corazón de la tierra, de Antonio Cuadri, basada en la novela de Juan Cobos Wilkins, y la cinta de ciencia-ficción Próxima, de Carlos Atanes.
El Corazón de la Tierra es, sin duda, la más recordada. No en vano, nominada a los Premios Goya y elegida Mejor Película en el Festival de Cine de Miami, hablar de la película de ‘El Corazón de la Tierra’ es quedarse con la historia de Huelva. No sólo porque esta cinta de 2007 estuviera dirigida por el triguereño Antonio Cuadri y basada en la novela homónima del escritor riotinteño Juan Cobos Wilkins. Sino porque esta película recuerda un episodio clave de la etapa contemporánea onubense: la huelga del ‘Año de los Tiros’ y las relaciones creadas en la Cuenca Minera entre los trabajadores de las minas y la Riotinto Company Limited, S. A.
En concreto, la película cuenta cómo en la España de finales del siglo XIX una poderosa compañía inglesa obtiene una concesión para explotar durante más de 30 años las milenarias minas de Riotinto, en Huelva. Blanca Bosco, una niña de 9 años, y su inseparable amiga inglesa Kathleen, sobrina del director británico, son testigos de las miserables condiciones de vida de los trabajadores, entre los que abundan niños, y de la terrible contaminación atmosférica y la lluvia ácida que asola toda la comarca. Cosechas, ganado, árboles. ríos, pero sobre todo la población, desde Sevilla hasta el sur de Portugal, sufren la agresión de los humos tóxicos.
En el reparto, además, encontramos actores de la talla de Catalina Sandino Moreno, Bernard Hill, Joaquim de Almeida, Sienna Guillory, Philip Winchester, Jorge Perugorría, Ana Fernández, Fernando Ramallo, Juan Fernández o Mercedes Hoyos.
Con todo ello, la Corta Atalaya es un lugar de obligada visita en cualquier época del año, ya sea por los mismos vecinos de la zona como por cualquier persona de fuera, que quedará admirado por la belleza y singularidad de esta mina. Una invitación a conocer y valorar nuestro patrimonio económico y natural.