Somos un grupo de vecinos de la Aldea La Juliana, sita en el término municipal de Almonaster La Real en Huelva.
Ya va para tres meses del devastador incendio de nuestra sierra, originado parece ser a pocos kilómetros de este precioso enclave. Aún nos recorre un escalofrío intenso cada vez que regresamos a ese rinconcito en el que, algunos de estos aldeanos que lo somos por cuna o por elección, hemos decidido forme parte del HOY.
Años de lucha nos avalan por conseguir que no se nos pierdan nuestros recuerdos allí vividos, la entidad propia que en el pasado tenía nuestra aldea como lugar de paso hacia un pueblo referente en la zona, Almonaster, con su escuela o su bar que en el camino ofrecía refugio y descanso hasta para los burros que servían como transporte en aquellos tiempos. Una lucha que nos cansa en ocasiones por conseguir mantener vivas nuestras raíces y nuestras herencias, contra viento y marea, e incluso contra algún que otro golpe recibido por aquellos que con dinero se creen mejores personas y los dueños de todo. Y hoy, bastantes días después del inicio de aquellos trágicos días, aún nos duele el corazón y no hemos conseguido limpiarlo del todo de cenizas y miedos.
No obstante hemos reflexionado bastante…y poco a poco se va abriendo camino el profundo agradecimiento que sentimos por todos aquellos que nos han estado apoyando en esos días. Sirva esta nota para poder agradecer a todos y cada uno de los que han estado a nuestro lado.
Vemos en Jacinto Vázquez, nuestro alcalde, que a pesar de la “herencia sobre nosotros” recibida con el cargo como ilustrísimo, nos brinda la oportunidad de conocernos, entendernos y luchar , de manera literal, contra ese animal feroz que es el fuego. Es difícil en los tiempos que corren ver a un político, del color que sea, tiznado de manera natural y literal por, para y con su pueblo. El día que logremos reabrir el
camino real que nos atraviesa hacia Almonaster, colocaremos un azulejo en su honor allá donde éste se inicia al filo de nuestras casas. Muchísimas gracias Don Jacinto. Y también a sus compañeros y compañeras de corporación que supieron acompañarlo y acompañarnos.
Agradecer desde aquí a aquellos guardias civiles que lograron no perder la compostura cuando algunos de nuestros vecinos si la perdía al ceñirse sobre nuestros hogares ese demonio voraz que es el fuego.
También nos gustaría nombrar a aquellos bomberos del Ayuntamiento de Huelva que, de forma voluntaria, se dejaron la piel frente a nuestras llamas o las de cualquier otro pueblo amenazado en esos terribles días. No olvidaremos vuestro saber hacer y gran corazón. Gracias, gracias por esa disponibilidad desinteresada que os marca a muchos de vosotros y que quizás pueda sonar en parte como herencia recibida de aquellos que compartían guardia en el antiguo parque de Cardeñas y que hoy os alumbran y protegen en cada una de vuestras salidas. GRACIAS.
Gracias también desde aquí a ti, bombero del Consorcio Provincial de Bomberos de Huelva. A Juanma, Adolfo y al resto de sus compañeros: gracias por no desfallecer y dejaros acompañar por quien llega fresco a pelear por lo suyo, a cambio del simple soborno que supone un bocata a deshora aunque recién hecho.
Gracias a nuestros amigos Juan Miche, Jose Antonio Baena y Miguel Lema, que hicieron suya nuestra angustia y aportaron lo que en su mano estaba. Gracias también a aquellos bomberos del Infoca, a los de a pie, que en sus todoterrenos recorren los rincones de nuestra
provincia guardando y defendiendo el legado de nuestros
niños.
Al casino de Valdelamusa, El Hogar del Productor, ofreciendo refugio y alimento para algunos de nosotros en aquellos intensos días. Eternamente agradecidos. No olvidar a todos los que de manera más anónima para nosotros vigilaron sin desfallecer esas llamas. Desde aquí gracias a los maquinistas ocupados de sofocar aquella caldera incesante al filo de nuestras casas y lindando ya con el camino real hacia Almonaster. O a los Agentes Forestales que hacen de su trabajo diario la vigilancia de nuestros montes. A los pilotos de avionetas, helicópteros y demás personal que intervinieron en apagar el fuego. Y a cualquier persona que colaboró de una u otra manera con los afectados por tan terrible incendio.
Y en este tiempo tan atípico que nos está tocando vivir en el que a diario la tristeza nos inunda por cada noticia vertida en los medios acerca de la pandemia, cuando parece que esa maldita curva de contagiados por Covid-19 no para de subir y subir en las últimas semanas. Cuando parece que se pierde en muchas ocasiones la confianza en las personas por no cumplir con las medidas necesarias para detener a este virus, se nos hace más necesario aún si cabe sacar a relucir la buena fe de las personas. Cuando oímos más de lo deseado críticas destructivas hacia el otro, ahí va nuestro rayo de luz que queremos logre despertar nuevamente lo mejor de nosotros…….¿y si la verdadera esencia del ser humano es la que nace de las situaciones de crisis?
No perdamos la fe en el vecino, en el que nos cuida o en el que nos protege. Y aportemos cada uno lo que esté en nuestra mano. Hagamos en esta lucha un frente común. Como nos pasó a nosotros cuando el incendio…..la buena gente sabrá qué hacer . Y entre todos, lograremos doblegar esta maldita curva.
Y para terminar, nuevamente, GRACIAS.
FDO. Los vecinos de la aldea La Juliana
Almonaster La Real, Huelva