Tras la buena acogida de su primera novela, ‘Cuando sangra el cobre’, el escritor riotinteño está preparando la segunda edición de una publicación que escribió en memoria de su padre

Aunque sus padres vivían en Minas de Riotinto, Alfonso Pedro Domínguez nació en Huelva en junio de 1961, debido a que el parto se presumía difícil, ya que venía acompañado a la vida por su hermana. Por este motivo, nació en la capital onubense, aunque, a los pocos días de nacer, se trasladó a Minas de Riotinto, la localidad en la que residió hasta que, con 26 años, se casó y se instaló definitivamente en Huelva, donde vive y ejerce la profesión de maestro desde entonces.

Una actividad profesional que ha compaginado desde joven con la aventura de la escritura, puesto que, como afirma, “recuerdo que mi primer poema lo hice público con once años; fue en la escuela y hablaba de mi abuela materna, que acababa de fallecer. Luego vinieron años de escritos ocultos, dada mi timidez de entonces. Poemas a mis amigos, a mi tierra o a mi novia, que me costaba enseñar. Tan solo ella conoció algunos”.

Una pasión por la escritura que, con los años, ha sabido desarrollar y fomentar, tal y como ha quedado demostrado en numerosas antologías en las que ha participado, así como con la publicación de la novela ‘Cuando sangra el cobre’. Una obra que nos sirve de excusa para conocer mejor la faceta literaria de este hijo de la Cuenca Minera.

-Alfonso Pedro, ¿cuándo y por qué surge la idea de realizar este libro, ‘Cuando sangra el cobre’?

-Escribí esta novela en memoria de mi padre, una de las mejores personas que he conocido en la vida. Él sufrió de niño las consecuencias de la Guerra Civil y la posterior posguerra, que se vivió de manera especialmente dura en la Cuenca Minera de Huelva por su marcado carácter republicano, lo que hizo que gente de infausto recuerdo como Haro Lumbreras no dudaran en masacrar a la población. A veces, ya en la adolescencia, me contaba mi padre terribles episodios que presenció con poco más de diez años y me hablaba, junto a mi madre, de la dureza de aquellos años en el pueblo.

-¿Qué destacarías de esta novela?

-Aunque es una historia ficticia, muchos de los acontecimientos que en ella aparecen están sacados de la realidad, además de aportar documentación histórica y explicaciones sobre el entorno humano, paisajístico, laboral y urbano de la localidad. Cuenta la lucha de los mineros humildes contra el poder recientemente establecido por la dictadura franquista y contra la empresa británica propietaria de las minas en aras de dignificar sus vidas y las de sus convecinos.

-¿Qué personas tienen relevancia en este trabajo?

-En principio, escribí esta historia para mí, sin otro ánimo que el de llevar al papel los recuerdos de aquellas historias que mi padre me contaba. Era como un débito personal con él. Una vez terminada, la leyeron mi mujer y mis hijos, que me animaron a publicarla. Antes de eso, -y para cerciorarme de si lo merecía-, se la di a leer a Mari Luz Domínguez y Juan Miguel Parreño, matrimonio que, en mi casa, son familia, más que amigos íntimos. Ambos, excelentes lectores, además de profesores, no dudaron en animarme a publicarla. Con ellos hice una serie de correcciones al texto y tuve el honor de que Juan Miguel, un hermano para mí, fuera quien me la prologara una vez que la editorial Niebla de Rafa Pérez apostara por ella.

-¿Qué acogida ha tenido? La has presentado en varias localizaciones.

-Me satisface afirmar que la obra ha tenido una excelente acogida hasta ahora. Tanto mi editor como yo, así como otras personas del ámbito literario que la conocen, pensamos que tiene bastante recorrido aún y pretendemos sacar una segunda edición este próximo otoño. Ojalá se cumplan nuestros deseos. En cuanto a las presentaciones, la primera vez se dio a conocer en el patio de la Diputación y fue un éxito de público. Posteriormente, la he presentado en Minas de Riotinto, Zalamea la Real, Valverde del Camino, Sevilla, Aracena, etcétera.

-Es tu primer libro en solitario, pero, anteriormente, habías participado en varias antologías.

-Sí. También he participado en más de una docena de antologías, tanto poéticas como narrativas. Entre ellas, podemos destacar el ‘I encuentro nacional de poetas En un lugar de La Mancha’, ‘Poetas andaluces, árabes y portugueses con Miguel Hernández’, ‘Poetas de Huelva por la Paz’, ‘Huelva es verso’ o ‘Porciones del alma’, esta última de carácter narrativo.

-También eres miembro de la plataforma ‘Poetas de Huelva por la paz’ de Ramón Llanes. ¿Cómo te sientes participando en esta iniciativa?

-Pertenezco, junto a mi amigo Ramón Llanes, a la plataforma ‘Poetas de Huelva por la Paz’ casi desde su inicio y, junto a él y a otros compañeros, soy fundador de la ‘Asociación cultural de Poetas de Huelva por la Paz’, de la que Ramón es presidente y yo vicepresidente. Para mí, es un honor recorrer cualquier enclave de la provincia que nos reclame, así como localidades de Sevilla y el Algarve portugués, llevando nuestro mensaje de paz junto a un grupo de personas que, desinteresadamente, ponen su lírica en favor de la justicia social. Ya van unos 120 recitales poéticos y seguimos en la senda.

-¿Tienes algún otro proyecto de futuro?

-‘Cuando sangra el cobre’, publicado en 2015, es mi ópera prima. A esta obra le ha seguido el poemario ‘Verso adentro’, publicado por la editorial Tranvía (hoy Apuleyo) en 2016. Además, tengo otra novela y un nuevo poemario que aguardan a ser publicados en breve. Por otro lado, sigo escribiendo, fundamentalmente poemas.

-¿Qué supone para ti la Cuenca Minera?

-Yo soy Cuenca Minera. Me ha criado, me ha educado y me ha atravesado la piel. Sus paisajes y sus gentes habitan en mi interior.

-¿Sueles venir mucho?

-Hoy que contesto a esta entrevista hace precisamente dos años que falleció mi madre. Por tal motivo, no voy con la frecuencia de antes, que era casi a diario en algunas épocas y, cuando menos, una vez a la semana cuando mis padres gozaban de salud. No obstante, mi hermana vive en Zalamea con mi cuñado y mi sobrina y, de vez en cuando, voy a verlos. Además, la Cuenca ejerce de imán sobre mí y acudo a mi pueblo con frecuencia. Por otra parte, a raíz de la publicación de la obra, he tenido la satisfacción de llevar a varios grupos de amigos y lectores a conocer los parajes donde transcurre la historia. Esto me llena de orgullo y alegría. Cuando no voy en forma material, lo hago líricamente, escribiendo poemas que hablan de mi gente y de mi tierra.

-¿Algún mensaje final a tus paisanos?

-Sí: gracias. Gracias por educarme en valores como la solidaridad, el compañerismo o el compromiso social. Y gracias por ser referente de buena gente. En el aspecto literario, gracias por la acogida que ha tenido la novela en el pueblo y en toda la Cuenca. Y animar, a quienes no lo hayan hecho, a que la lean. Aunque con ello pecara de inmodestia, creo que merece ser leída para que todos conozcamos nuestra historia y la lucha de nuestros padres y abuelos por conseguir una vida digna.

Vivimos en Huelva una época literaria muy interesante. Muchas son las personas que últimamente están publicando obras y bastantes de ellas de un alto nivel. No es extraño que coincidan dos o tres presentaciones de libros en una misma tarde. Además de por la creación literaria de sus autores, es debido a la apuesta que las distintas editoriales de la provincia están haciendo por las letras de nuestra tierra, como es el caso de la editorial Niebla, que publicó ‘Cuando sangra el cobre’, y Rafa Pérez a la cabeza, que se está convirtiendo en un auténtico mecenas literario. Aprovechemos esta época dorada y leamos. Leamos cada cual aquello que nos interese, pero en ese interés dejemos hueco a la exquisita creación que está viviendo nuestra ciudad y nuestra provincia.