En todo este tiempo, “no hemos conseguido que os impliquéis de verdad y que todo este despropósito llegue a su fin”, denuncia la madre de Ana María Jerez Cano, la niña asesinada y violada en Huelva en 1991 a sus nueve años

Adoración Cano, madre de Ana María Jerez Cano, la niña onubense violada y asesinada en Huelva hace ahora más de 27 años, en 1991, ha salido al paso del terrible crimen acontecido estos días en El Campillo, donde un exconvicto que acababa de cumplir una condena por asesinato acabó con la vida de la joven profesora zamorana Laura Luelmo a sus 26 años.

“Reaccionen de una vez por todas, analicen de raíz el verdadero problema y den soluciones eficaces de acuerdo a las circunstancias y gravedad de los acontecimientos”, ha reclamado Cano, al tiempo que ha incidido en que “llevamos muchos años diciendo todo lo que habría que cambiar o empezar a hacer”.

Sin embargo, “hacéis oídos sordos, porque estáis ciegos, mudos y sordos para lo que no os interesa”, recrimina, tras lo que deja claro que “hablo en general, no de partidos”, y siempre según su “triste experiencia a lo largo de casi 20 años”, agrega.

En una reflexión publicada en la página de Facebook de Tinto Noticias -el periódico de la Cuenca Minera de Riotinto-, ante la información de este periódico de que ‘El Gobierno se plantea reformar el código penal tras el crimen de Laura Luelmo en El Campillo’, la madre de Ana María Jerez Cano concreta que, en 1993, sólo dos años después del asesinato de su hija, dejó constancia de sus “reflexiones, críticas y denuncias” y de los “errores y vacíos del sistema” en un escrito de 17 folios que fue “entregado en mano a Margarita Robles, junto a María Teresa Fernández de la Vega y Juan Alberto Belloch, ministro de Justicia, en una mesa redonda con más padres”.

“He seguido batallando en esta línea durante todos estos años, pidiendo y recogiendo firmas para la prisión permanente revisable, medidas que garanticen que asesinos y violadores no tengan opción de volver a cometer la misma atrocidad, con políticos, legisladores e instituciones pertinentes, y no hemos conseguido que os impliquéis de verdad y que todo este despropósito llegue a su fin…que haya coherencia, empatía, sensatez y eficacia, que es lo realmente prioritario y evitaría que hubiera tantas víctimas inocentes pagando con sus preciosas vidas vuestros imperdonables errores”, continúa.

Por último, Adoración Cano firma esta reflexión con un comentario en el que deja constancia de quién es y de cómo el caso de su hija no es diferente, en esencia, al de Laura Luelmo: “Adoración Cano, madre de Ana María Jerez Cano, asesinada y violada con nueve años por José Franco de la Cruz, alias el Bocas, que actualmente cumple condena en Dueñas (Palencia), en el centro penitenciario de la Moraleja, por otra agresión cometida menos de tres meses después de salir de la cárcel por la condena de mi pequeña”.