Aunque desde el principio lo tenía como “sospechoso en mayúsculas”, no quería que fuese “consciente” de que se estaba pendiente de él, pues si la joven estaba viva en algún lugar, el entonces sospechoso “no iría para allá”, argumenta

La Guardia Civil ha respondido este miércoles al principal interrogante que todo el mundo se hace sobre el caso de Laura Luelmo, la joven zamorana de 26 años asesinada hace dos semanas en El Campillo: si la joven desaparece el miércoles día 12, la denuncia de su desaparición se pone el jueves día 13 y desde el principio se tenía como sospechoso al ahora autor confeso del crimen, Bernardo Montoya, ¿por qué la Guardia Civil no entró en casa del asesino el mismo jueves?

Esa es la pregunta que todos se hacen desde que se supo que, según los primeros resultados de la autopsia, Laura no murió hasta el viernes día 14 o sábado día 15, esto es, dos o tres días después de su desaparición y uno o dos días después de que la familia de la joven pusiera la denuncia ante la Comisaría de la Policía Nacional de Zamora, con lo que se concluía que hubo tiempo de salvar la vida de la joven.

Ante las preguntas de los periodistas, durante la comparecencia ante los medios de comunicación que la Guardia Civil ha realizado este miércoles en Madrid para dar a conocer los detalles de la investigación, el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, Ezequiel Romero, ha indicado que la Benemérita, aunque desde el principio lo tenía como “sospechoso en mayúsculas”, no quería que Bernardo Montoya fuese “consciente” de que se estaba pendiente de él, pues si la joven estaba viva en algún lugar, el entonces sospechoso “no iría para allá”.

En la misma línea se ha manifestado el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil encargada de la investigación, Jesús García Fustel, quien ha remarcado que, aunque es cierto que “se podría haber hecho un registro voluntario”, esa actuación podría haber sido perjudicial. “¿Y sí la tenía en otro sito?”, se ha preguntado, tras lo que ha ironizado, ante las críticas realizadas al respecto, haciéndose otra pregunta: “¿Por qué no hemos comprado todos el décimo del gordo?”

Asimismo, García Fustel ha indicado que, a tenor de los datos que conocían de Bernardo Montoya, aunque él fuese el responsable de la desaparición de la joven, lo “lógico” era que no la tuviese ya en ese momento “retenida en su casa”, al tiempo que ha señalado que ese hipotético registro que pudo hacerse el jueves día 13 no podría haber sido como el que se hizo el martes posterior, cuando se hallaron restos de sangre de Laura Luelmo en el domicilio de Bernardo Montoya.

No obstante, García Fustel ha dejado claro que, aunque se hubiese hecho ese registro, “no habríamos encontrado nada”, pues, según la hipótesis actual de la Guardia Civil, Laura Luelmo ya no estaba en casa de Bernardo Montoya en la noche del 12 al 13 de diciembre. “La noche del 12 al 13 no estuvo en su casa, estamos seguros, por datos obtenidos a posteriori”, ha indicado.

Además, el representante de la UCO ha señalado que, en un primer momento, “lo que más se valoraba era la desaparición accidental”, al tiempo que ha indicado que los datos objetivos sobre la posible implicación de Bernardo eran “nulos”. Los únicos indicios que había, incluso en el momento que se detiene, son “sus antecedentes, la proximidad a la vivienda y su comportamiento huidizo”, lo que “no supone ninguna carga probatoria en una desaparición”, ha agregado.

“Para nosotros es un sospechoso por el mero hecho de ser vecino y por sus antecedentes considerables, lo que nos da pie a seguir pendientes de él, porque no sabemos si la puede tener viva en un sitio, por lo que no queremos que sea consciente de que estamos pendientes de él, ya que si está viva en un lugar, no iría para allá”, ha recalcado el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva.

Estas son las explicaciones que los responsables de la Guardia Civil han realizado sobre esa incógnita durante su comparecencia ante los medios de comunicación, en la que, al margen de ello, los datos más relevantes que han aportado, que se desgranan en esta otra publicación, son que, según su hipótesis, Bernardo Montoya introdujo a la fuerza a Laura Luelmo en su domicilio, donde la golpeó contra el suelo y no la tuvo más de una hora, tras lo que se la llevó al campo, donde se produciría la agresión sexual. Además, la Guardia Civil cree que pudo morir ese mismo miércoles, por lo que considera que los datos inicialmente revelados de la autopsia no son certeros.