Doy a conocer el testimonio que me dejó mi madre sobre el asesinato de su padre, Miguel Moreno Castilla, en agosto de 1936:

En el mes de julio, cuando ella tenía 11 años, de madrugada llegaron a la casa muchos escopeteros a llevarse a mi abuelo a la cárcel del pueblo (Salvochea, actualmente El Campillo).

Mi abuelo, su padre, contaba ella, era una persona muy trabajadora, afable. Nunca le puso una mano encima para pegarle. Con mirarla tenía suficiente.

Era el electricista del pueblo y también comerciante. Tenían una tienda en su domicilio que regentaba su madre ayudada por su hermana de 16 años. Además su madre era modista y confeccionaba delantales, vestidos, ropa para llevar a la mina y bolsas para la comida.

Mi madre era la que le llevaba a la cárcel la comida a mi abuelo a diario. Cuenta que los asesinos cogieron a la patrona del pueblo con una cuerda por el cuello y la arrastraban por toda la calle principal y diciendo: “rezarle ahora”.

A las varias semanas llegaron sus hermanos diciendo que se oía que les iban a quemar la casa donde vivían y tuvieron que huir a Zalamea la Real.

Al llegar dos escopeteros le hicieron a mi madre quitarse la cruz que llevaba colgada al cuello. Antes de quemar la casa pusieron un camión delante de ella y la saquearon, para después poner bombas y quemarla.

Yo he visto las losas sueltas y quemadas del suelo, pues mi abuela no tenía dinero para arreglarlo. También las rejas de la casa estaban torcidas hasta que hace varios años se arreglaron.

A mi abuelo Miguel lo pusieron en un carro de la carne, le rociaron de gasolina y le prendieron fuego. De él solo apareció la dentadura postiza, según me contó mi madre.

Ella se preguntaba: “¿porque le hicieron esto a un hombre que no pertenecía a ningún partido político y que era bueno, afable?”.

Actualmente, esto lo intentan tapar todos los que dicen que son progresistas. Yo me considero progresista con la mente abierta y todo lo que he conseguido en la vida ha sido a base de mi trabajo, pero la realidad de lo que hizo la izquierda en la guerra civil no se debe ocultar como según mi visión se está haciendo.

Espero con este escrito no molestar a nadie, solo dignificar la memoria y sufrimiento de mi madre y su familia. Gracias.

María José Cuevas, nieta de Miguel Moreno Castilla