Es gratuita y para inscribirse hay que enviar un email al correo electrónico turismo-zalamealareal@gmail.com o llamar al teléfono 691366827

El Ayuntamiento de Zalamea La Real, a través de la concejalía de Cultura, Turismo y Educación, ha organizado para este sábado una ruta de senderismo, concretamente la centrada en la ermitas e iglesias del municipio.
 
Según ha informado el consistorio a través de su página de Facebook, la salida tendrá lugar a partir de las 9.30 horas desde la Plaza de la Constitución con inscripción gratuita y con un cupo limitado para preservar todas las medidas anticovid para este tipo de actividades.
 
Según los organizadores de la ruta, Zalamea tiene en su poder importantes recursos patrimoniales que son claves para el conocimiento de la diversidad cultural que ha caracterizado a las sucesivas sociedades que ha pasado por este territorio.
 
Zalamea tiene en su poder importantes recursos patrimoniales que son claves para el conocimiento de la diversidad cultural, que ha caracterizado a las sucesivas sociedades que han pasado por nuestros territorios. De esta forma la ruta se detiene por cuatro construcciones eclesiásticas de enorme importancia.
 
La primera que han destacado desde el ayuntamiento zalameño ha sido la de la Ermita de la Pastora, de la que según la tradición oral, se remonta a la llegada de un fraile capuchino, Fray Miguel de Zalamea, que había sido el confesor de Fray Isidoro de Sevilla.
 
También se encuentra como imagen destacada una talla de San Sebastián del siglo XVIII, restaurada por Manuel Domínguez , así como un grupo de imágenes representando la oración en el Huerto son de talla y tela encolada, también hay imagen de San Juan, obra tallada de Manuel Domínguez, además de varias imágenes de menor calidad artística y varios cuadros sin datar, destacando el de Santa Elena, en el momento de encontrar la cruz donde fue crucificado Cristo.
 
Otra parte importante de la ruta será la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y San José. Según los organizadores, quizás por su historia y por sus características arquitectónicas han hecho que la Iglesia se convierta “en uno de los emblemas de la localidad”.
 
Su historia arranca en el Medievo, pudiendo así comenzar el origen de Zalamea la real. Ya que desde ella, parte el casco histórico. El templo, contiene elementos muy antiguos, como las cupas funerarias y los sillares de gossan de época romana que calzan la torre. La iglesia puede ser fechada en 1514, y la torre que se edificó posteriormente en 1606 o 1610.
 
La iglesia de nuestra señora de la Asunción consta de 3 naves, la central más ancha que las restantes, estas se encuentran separadas entre sí por arcos de medio punto apoyados sobre columnas toscanas. La capilla mayor o presbiterio da paso a la nave central mediante otro arco de medio punto es de estilo mudéjar.
 
Su torre es posterior, tiene cierto parecido a la giralda sevillana, en 1966 la iglesia se encontraba en la mayoría de su parte en ruinas, y en 1704 comienza su restauración, la capilla mayor, la torre y el sagrario se encontraban en buenas condiciones, y decidieron mantener eso y seguir restaurando las demás parte de la iglesia, ya que parte de ella, en concreto, dos fachadas se habían desplomado.
 
La restauración comienza en 1704, después estuvo varios años paralizado su proyecto de restauración probablemente por falta de medios, aunque ya en 1743 se construyó su nueva sacristía, y en 1772 su nueva bóveda que había sido destruida.
 
En 1936, esta iglesia fue quemada y saqueada perdiendo así gran parte de su patrimonio en imaginería, pinturas y piezas de orfebrería. A día de hoy, todas las imágenes que tenemos exceptuando San Blas y Nuestra Señora de Ureña, son de principio de de los años 40.
 
El retablo está compuesto en sus tres calles por Nuestra Señora de la Asunción en el centro y en los laterales el obispo de San Geroncio y San Isidro Labrador.
 
La tercera parada de la ruta será la Ermita del Santo Sepulcro en la que la figura de Gabriel Alejandro Sanz ha quedado muy ligada a la dilatada historia de Zalamea la real gracias a su inefable empeño en erigir a mediados del Siglo XVIII, uno de los monumentos religiosos más importantes de la localidad, además por su labor en recuperar y mantener el Vía Crucis.
 
El santo sepulcro es el final de la vía Sacra, (la vía sacra es un vía crucis por la calle en la noche del viernes Santo se congrega a los hombres a toque de trompeta).
 
El vía crucis recorre la quince estaciones con cánticos y lecturas, a lo largo de un km se encuentran adosadas a la pared algunas de las estaciones de este vía crucis, dentro de la ermita se encuentra la resurrección. Hay que destacar, que en este vía crucis solo pueden participar hombres. Cuando estos se hayan retirado del sepulcro.
 
Una vez que existió la ermita, en 1777 se trajo al cristo yacente, que terriblemente fue destruido en 1936. El cristo actual es obra del escultor Rafael Barbero realizado en los años 40 en pasta y madera.
 
Para la construcción de la ermita, se tuvo en cuenta como estaban situados los lugares sagrados en Jerusalén. Por ello, la ermita se mandó a construir en la parte oeste del montículo, tal y como están los santos lugares.
 
Desde ella volvían los hombres rezando el Rosario, hasta la iglesia Parroquial, de donde había partido antes. Durante un tiempo, este fue una ermita situada a extramuros del pueblo de Zalamea.
 
Por último se visitará la Ermita de San Vicente en la que se recordará que la gente de Zalamea y sus aldeas, se reunieron el 25 de Mayo de 1425 para elegir a un santo que les liberara de la epidemia de peste que había en esos tiempos, en un cántaro introdujeron nombres de todos los santos, y el cura nombró a un niño como mano inocente, el cual, extrajo la de San Vicente Mártir 3 veces.
 
De esta forma prometieron edificar la ermita, venerar su imagen y erigir su hermandad. Hoy en día los actos litúrgicos, consisten en novena, misa, besamanos y procesión, donde la imagen de San Vicente, recorre las calles del pueblo regresando a su ermita, finaliza con canticos tradicionales e intercambio de atributos de los mayordomos salientes y entrantes.
 
La ermita ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los siglos. Después del terremoto de Lisboa fue restaurada, en 1787 sufre otra transformación y ese mismo año se le añadió la espadaña. En 1794 se le adosó la sacristía y la casa del ermitaño.