La auxiliar de Enfermería Salud Pérez, que ha pasado por centros sanitarios de Riotinto, Huelva y Ayamonte durante la crisis del covid, aborda su experiencia en una entrevista
Salud Pérez (1996) es triguereña, técnica en Auxiliar de Enfermería y Técnica Superior en Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear y en Radioterapia y Dosimetría. Actualmente está cursando 2º de Enfermería en la Universidad de Huelva. El 20 de marzo de 2020 recibió la llamada del Hospital de Minas de Riotinto para trabajar como auxiliar en el servicio de Urgencias y desde entonces ha pasado por varios centros hospitalarios, hasta llegar al Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, donde se encuentra actualmente.
Desde Tinto Noticias hemos tenido el placer de entrevistarla para que nos cuente cómo ha sido su experiencia trabajando en primera línea durante la crisis sanitaria del coronavirus y gracias a ella hemos podido conocer cómo se vive en primera plana, cómo se siente y la opinión que tiene acerca de la gestión del SAS, la vacunación en España y cómo ha sido trabajar en distintos hospitales.
– Pregunta: ¿Qué pensaste cuando te llamaron?
– Respuesta: Estaba casi segura de que me iban llamar. La situación no estaba bien y sabía que iba a tener que ir a trabajar. Al principio pensé en rechazarlo, pero por la incertidumbre del hospital al que iba. Nunca había trabajado en ese hospital, no conocía dónde me tocaba, no sabía nada. Además, tenía miedo porque escuchaba en las noticias que no había ni EPIS ni mascarilla y cuando llegue allí comprobé que eso era cierto. También me creaba mucha inseguridad el desconocimiento que había sobre el virus porque yo empecé a trabajar seis días después de que se hubiera decretado el Estado de Alarma. Al final lo acepté y me alegro de la decisión que tomé.
– P: ¿Cómo fue el primer día?
– R: La primera noche me tocó en el servicio de Urgencias, pero hicieron unos cambios y al final me pasaron a trabajar en la UCI. Estuve de cover, que consistía en estar de refuerzo donde lo necesitaran, pero mi puesto central era estar en la UCI en la zona sin COVID, si bien es cierto que muchos días tuve que estar atendiendo en aquella zona. Y recuerdo que cuando entré había cinco personas en la UCI con COVID, las cuales no sobrevivieron. Fue algo muy duro.
– P: ¿Cuál fue el momento más duro que viviste?
– R: A nivel físico, recuerdo un día que llegaron muchos pacientes y no había muchos EPIS. Entonces me tocó trabajar dentro y llegó un momento en que no podía soportar más esa situación, no podía ver nada porque tenía las gafas empañadas, no podía respirar con las mascarillas, el mono me daba muchísimo calor. No me acuerdo muy bien cuantas horas pasé, pero lo pasé muy mal.
– P: ¿Y a nivel personal?
– R: Hubo un día que me pasé todo el camino a casa llorando, no podía soportar lo que veía. Recuerdo a un paciente que falleció a los cinco minutos de yo irme. Era una persona joven, y yo pude ver cómo hicieron todo lo posible por salvarle la vida, todos los médicos, los enfermeros, todo el personal, y no pudieron hacer nada. Lo pasé realmente mal.
– P: Has estado en Minas de Riotinto, Ayamonte y Huelva, ¿Cómo ha sido la experiencia?
– R: Donde peor lo pasé fue en Riotinto. Ahora mismo estoy en el Juan Ramón Jiménez y, aunque considero que la tercera ola ha sido peor que la primera en Huelva, la situación es diferente. Ahora hay todo tipo de materiales, hay personal suficiente y se conoce lo que hay que hacer y lo que no. Cuando estaba en Riotinto existía mucha incertidumbre, por eso lo pasé peor, porque no se sabía bien cómo actuar y no teníamos los medios necesarios. Esta última ola la verdad es que se ha gestionado mejor.
– P: ¿Crees que el SAS está ofreciendo los recursos necesarios?
– R: Sí, al menos donde yo estoy. Allí no falta de nada, ni medios ni personal. Todo el personal que hay está y si alguien se pone malo es verdad que nos hemos visto un poco escasos, pero es verdad que tenemos los recursos suficientes.
– P: ¿Os sentís protegidos?
– R: En el tema de la protección creo que estamos bastante bien. Al principio fue un desastre. Cuando llegue a Riotinto nos daban una mascarilla para que después de usarla la estelarizáramos y volviéramos a usarla. Eso como ya se sabe no se puede hacer, pero antes no lo sabíamos. Se empezó haciendo mal, pero al poco tiempo se dejó de hacer.
– P: ¿Cree que después de esta crisis sanitaria se valora más la profesión de auxiliar y enfermera/o?
– R: Yo creo que sí se está valorando mucho más. Antes sí es verdad que las personas valoraban mucho más a los médicos. A mí me ha pasado que algún paciente me ha hablado mal, me ha faltado al respecto porque ha estado mucho tiempo esperando y después ha llegado el doctor y ha actuado como si nada. Gracias al COVID es verdad que la gente se ha dado cuenta de que los enfermeros somos los que más tiempo pasamos con ellos y estamos siempre a pie de cama para lo que necesiten.
– P: ¿Seguís desempeñando las mismas funciones o tenéis alguna más?
– R: Tenemos las mismas, pero sí es cierto que han puesto una nueva función. Cuando alguien se contagia hay una enfermera que se encarga de estudiar los grupos burbujas. Por ejemplo, cuando un niño se contagia esta llama a los colegios, los profesores…, lleva a cabo toda esa gestión de informar.
– P: Una vez que acabas tu jornada laboral, ¿puedes desconectar del trabajo?
– R: Depende del día. Hay veces que me llevo lo que pasa a casa y me preocupo por el paciente. Al final, pasas 12 horas allí tratando con una persona y al día siguiente, cuando vuelves, te lo vuelves a encontrar. Entonces, no puedo evitar estar en casa y pensar cómo estará, si le habrán dado el alta. Incluso cuando llegas al día siguiente y no lo ves, preguntas por él. Hay personas que se te quedan en la cabeza. También es verdad que algunas veces, cuando es demasiado duro lo que he visto, intento olvidarlo.
– P: ¿Cuándo crees que vamos a volver a la normalidad?
– R: Para volver a la normalidad que teníamos antes, muchísimo. Creo que queda mucho. Confío en la vacunación y en las vacunas, pero con esto hay muchas variables, no sabemos por dónde va a salir la cosa.
– P: Hablando de las vacunas, ¿Qué opina del proceso de vacunación?
– R: Yo creo que el proceso va muy lento. Empezamos el 7 de enero y estamos a principios de abril y solo llevamos un 1 por ciento vacunados. Quieren llegar a agosto con el 70 por ciento de la población vacunados, pero yo lo veo imposible. En tres meses, como no se pongan las pilas no vamos a llegar.
– P: Como auxiliar, ¿Qué mensaje le daría a la población?
– R: Que debemos de ser responsables ahora, en lugar de olvidarnos de lo que ha pasado y empezar a ser irresponsables. Ahora parece que se está viendo la luz al final del túnel y si volvemos atrás esto nunca va a acabar. Debemos de poner todos de nuestra parte para que esto acabe. Es una lucha conjunta.