La Fundación Río Tinto hace un balance muy positivo de la reapertura al turismo del histórico yacimiento minero

Más de 6.500 personas han pasado por Corta Atalaya desde que el majestuoso yacimiento minero de Riotinto reabriera sus puertas al público el pasado 1 de julio. En concreto, la mina a cielo abierto más grande de Europa ha recibido la visita, durante los meses de julio y agosto, de un total de 6.519 personas, de las que 2.455 lo hicieron en julio y, el resto, 4.064, en agosto.

La Fundación Río Tinto, que es la encargada de ofrecer la visita a esta histórica explotación minera, hoy inactiva, ha hecho un balance bastante positivo de los dos primeros meses de actividad turística en Corta Atalaya. “Hemos cubierto las expectativas”, declara el director general de la entidad privada sin ánimo de lucro que se encarga de la puesta en valor del patrimonio minero de Riotinto, José Luis Bonilla.

Y es que las cifras son objetivamente casi insuperables, pues los grupos que visitan este atractivo monumental pueden ser de un máximo de 50 personas, a lo que hay que sumar que durante la primera quincena de julio solo se ofrecían dos turnos y, desde el 15 de julio hasta el 31 de agosto, tres, con lo que la mayoría de los días se ha completado el máximo permitido de visitantes, tal y como detalla el propio Bonilla.

En declaraciones a TINTO NOTICIAS -El periódico de la Cuenca Minera de Riotinto-, el director general de la Fundación ha destacado que, además, se está logrando otro de los objetivos que se marcaron con la reapertura de Corta Atalaya: que los visitantes “se queden en los restaurantes de los alrededores, que han estado a tope este verano”, lo que se está propiciando gracias al horario de las visitas, ha explicado.

Asimismo, Bonilla ha resaltado que “los visitantes aprecian mucho la explicación de los guías”, hasta el punto de que “las visitas suelen acabar con aplausos”, ya que las explicaciones “no solo son sobre geología, minería o historia, sino que también están llenas de referencias y anécdotas personales de sus padres o abuelos, incluso bisabuelos, mineros todos, que trabajaron en la propia Corta”.

La reapertura al turismo de Corta Atalaya fue fruto del acuerdo alcanzado recientemente entre el Ayuntamiento de Minas de Riotinto, la empresa minera Atalaya Mining, operadora de la mina de cobre de Riotinto, y la Fundación Río Tinto, que culminaron el pasado mes de mayo los acuerdos para poner Corta Atalaya a disposición de los visitantes, que ya pueden ser testigos de “uno de los parajes más espectaculares de la provincia”, la histórica explotación minera, hoy inactiva, que atesora un enorme atractivo monumental y, por tanto, potencial para atraer al turismo.

El Consistorio y Atalaya Mining acordaron que el diseño y gestión de esta nueva oferta turística la lleve a cabo la Fundación Rio Tinto, entidad sin ánimo de lucro creada en 1987 y dedicada al estudio y preservación del patrimonio industrial heredado de la antigua empresa minera. Y es que Corta Atalaya es “uno de los iconos de la minería mundial” y la Fundación aporta “su experiencia a la hora de recuperar elementos patrimoniales y transformarlos en proyectos que generen valor añadido a la comarca, como el Parque Minero de Riotinto”, indicaron entonces desde el Ayuntamiento riotinteño.

Antes de estos acuerdos, en 2016, la empresa Atalaya Mining, que es la propietaria del terreno donde se encuentra Corta Atalaya, como parte de su política de Responsabilidad Social con el entorno, había cedido el uso turístico de este enclave al Consistorio de Minas de Riotinto, tras lo que el Ayuntamiento, de la mano de esta empresa minera y la Fundación Río Tinto, continuaron “demostrando el compromiso con la puesta en valor del patrimonio minero de la comarca, su conservación y difusión, así como la necesaria diversificación económica del tejido empresarial del entorno de la mina”, agregaron.