La nueva actividad minera de Riotinto cumple tres años, justo el tiempo que ha transcurrido desde que se aprobase el proyecto de explotación presentado por la propietaria del Proyecto Riotinto, la actual Atalaya Mining, que recibió el visto bueno a su proyecto el 24 de enero de 2015.
Tinto Noticias, el periódico de la Cuenca Minera de Riotinto, se ha puesto en contacto con la compañía para hacer balance de la actividad minera desarrollada en estos tres años, periodo en el que la empresa ha invertido un total de 220 millones de euros, según los datos aportados por la propia Atalaya Mining.
Asimismo, las mismas fuentes informan que la empresa cuenta actualmente con una plantilla de 360 empleados, de los que, añaden, “el 70 por ciento son del entorno más cercano”, a los que hay que sumar los 150 empleados que trabajan en la mina a través de empresas contratadas.
Tales cifras podrían mejorar con la próxima inversión de 80 millones de euros aprobada recientemente por la compañía para incorporar equipamiento de última generación al proceso de obtención de cobre, una medida que vino acompañada del anuncio de ampliación de capital de la empresa matriz, cotizada en las bolsas de Londres y Toronto.
La inversión aprobada es consecuencia de un estudio que tenía como objetivo mejorar la eficiencia del proceso de tratamiento de mineral y cuyas conclusiones “han sido positivas”, por lo que la empresa anunció que, una vez obtenidas las autorizaciones administrativas pertinentes, acometerá la construcción y puesta en marcha de las nuevas instalaciones.
El proyecto contempla la instalación de nuevos equipos de mayor capacidad y menores requerimientos en términos de consumo energético, mantenimiento y costes. Entre ellos, destaca la construcción de una nueva sección de trituración, la instalación de un nuevo molino tipo SAG y nuevas celdas de flotación de gran capacidad, además de otras infraestructuras.
El consejero delegado de la compañía, Alberto Lavandeira, destacó que “nuestros estudios han demostrado que la inversión tecnológica en nuestras instalaciones, algunas de ellas construidas en los años 70, va a incrementar la robustez del proyecto a largo plazo”, esto es, “trataremos más mineral con menos costes”, lo que “significa que podremos procesar mineral de menor ley”, añadió.