El colegio oficial de Ingenieros de Minas destaca el máximo histórico del precio del cobre que se alcanzó en abril
La minería metálica y en especial la faja pirítica de Huelva, está resurgiendo gracias al incremento de la demanda mundial de cobre, que en apenas dos o tres décadas puede duplicarse impulsada por grandes países consumidores como China o India. Según datos de la Junta de Andalucía, la minería es uno de los sectores que mejor está resistiendo la crisis derivada de la pandemia con una facturación media anual de 3.200 millones de euros y 40.000 empleos entre directos, indirectos e inducidos.
Este renacimiento de la minería metálica, después de décadas de cierre de explotaciones y de prejubilaciones masivas a principios de siglo, se traduce en el interés que despiertan a nivel mundial los permisos y licencias para explotar los yacimientos.
En el primer trimestre de 2021 la economía china ha experimentado un crecimiento del 18,3%, y eso se traduce en que el pasado mes de abril el precio de la tonelada de cobre refinado se disparó al máximo histórico del entorno de los 9.500-9.700 dólares, favorecido también por el cierre de las fronteras chilenas a consecuencia de la pandemia, explica Sierra. Chile es el principal productor de cobre del mundo y durante 2020 puso en el mercado 5,7 de los 20 millones de toneladas de cobre refinado del planeta. Perú, segunda en el ránking internacional, no llega ni a la mitad.
Andalucía aporta a ese mercado global 184.000 toneladas, apenas el 0,92 % del negocio mundial, aunque teniendo en cuenta el precio del mineral son cifras de negocio muy significativas. Todos los analistas vaticinan que, en apenas dos o tres décadas, la actual demanda mundial de cobre puede acabar duplicándose por el incremento imparable del consumo.
A corto plazo, van a contribuir a ello los ambiciosos programas inversores anunciados tanto por Joe Biden en los Estados Unidos, segundo consumidor mundial, como por la UE y, según Sierra, va a ser especialmente importante el “tirón” de la India cuando supere la crisis de la covid. La industria automovilística puede ser otro motor para la minería metálica, ya que si un coche convencional de gasolina o diésel tiene unos 25 kilos de cobre, el híbrido entre 40 y 50 y el eléctrico 83 kilos y sus cargadores también requieren entre 0,7 y ocho kilos.