Quince años después de aquel suceso, la plataforma reclama que se dé el alcornocal el mismo apoyo que a la agricultura

La Plataforma Fuegos Nunca Más ha hecho balance de la situación y actuaciones acometidas en Berrocal tras el grave incendio forestal de 2004, del que este pasado viernes, 26 de julio, se cumplieron 15 años, un periodo tras el que los vecinos y vecinas de la localidad “tenemos la sensación de haber sido olvidados y abandonados por las administraciones europea, española y autonómica”, sostienen.

“Fue un golpe mortal a la naturaleza y a un medio de vida rural en el que el corcho, la apicultura y la ganadería eran las principales actividades económicas que constituían el sustento de la vida”, continúan desde la plataforma, tras lo que recuerdan que aquel siniestro, conocido como el incendio de Minas de Riotinto, es el incendio forestal “más grande y devastador” que ha ocurrido en Andalucía, así como que acabó con la vida de dos personas, devastó 34.291 hectáreas de monte y afectó a 13 municipios de las provincias de Huelva y Sevilla.

En primer lugar, la plataforma recuerda que las administraciones, europea, española y autonómica “sumaron esfuerzos” y planificaron una inversión de 78 millones de euros en tres actuaciones a realizar en la zona: el plan de emergencia para retirar la madera quemada, el plan de restauración forestal para sustituir el cultivo intensivo del eucalipto y diversificar las masas de pino y el plan de medidas compensatorias.

“Con el plan de emergencia se obtuvieron 71.958 metros cúbicos de madera que fue aprovechada por la empresa pública Egmasa, ahora Amaya, y vendida a diferentes fábricas con el objetivo de reinvertir en la zona el montante obtenido”, continúan desde Fuegos Nunca Más, tras lo que señalan que “se transmitió a la población la idea de que se potenciarían los usos múltiples y las externalidades propias de los ecosistemas forestales mediterráneos”.

Con ello, añaden, “el pueblo fue esperanzado con volver a tener una economía sostenible sustentada por el alcornocal que acababa de desaparecer bajo las llamas, que antes del incendio daba una media de 7.000 quintales de corcho anuales (330.000 kilos) a la Cooperativa Corchera San José, la única de su tipo de toda Andalucía, constituida por los pequeños propietarios vecinos de Berrocal”, agregan.

Es más, “incluso la Administración se comprometió a traer corcho procedente de otros montes públicos en tanto se podían empezar a aprovechar los nuevos alcornoques, con la idea de consolidar una industria de transformación del corcho con la Cooperativa como eje central”, añaden desde la plataforma.

Sin embargo, Fuegos Nunca Más denuncia que “este compromiso se cumplió dos años. Hoy, la Cooperativa consigue unos 2.400 quintales anuales (110.000 kilos)”, lo que supone “una bajada de producción del 68 por ciento que hace que esté a punto de cerrar por falta de materia prima suficiente”, alertan.

A continuación, la plataforma indica que Andalucía produce 35.000 toneladas de corcho al año y posee la mitad de superficie de alcornocal del mundo, con lo que genera en torno a 70 millones de euros de beneficio. “Pero actualmente, y ante la falta de apoyo por parte de la Administración para impulsar la industria de transformación del corcho, la producción se vende en bruto directamente a otros países”, añaden.

Asimismo, Fuegos Nunca Más indica que la restauración forestal en Berrocal se llevó a cabo mediante la firma de 350 convenios de colaboración con pequeños propietarios vecinos del pueblo, así como que, como apoyo puntual a la regeneración natural de la vegetación, se sembró bellota. “Lo que se pretendía es lo que denominaron restauración integral de hábitats, pero todo ello terminó como los rebrotes en los alcornoques tras el incendio: fantasmas”, pues “las repoblaciones no tuvieron ni seguimiento ni continuidad ni reposición de marras, por lo que el 90 por ciento no prosperó”, lamentan.

Además, señalan que “hubo también un compromiso de reducir la superficie de eucaliptal en el término de Berrocal, puesto que, de sus más de 12.000 hectáreas, la mitad son cultivos de eucalipto”, un compromiso al que la Administración “le daría forma mediante la permuta a la empresa propietaria para fomentar el uso y aprovechamiento como alcornocal”, agregan. Sin embargo, “no sólo no ha disminuido, sino que la superficie de cultivo de eucalipto ha aumentado y actualmente existe la amenaza de que la empresa vuelva a sembrar eucalipto en los terrenos donde ya se han cumplido los tres turnos, que son precisamente algunos de los lugares más emblemáticos de Berrocal”, indican.

Para Fuegos Nunca Más, “resulta paradójico que los proyectos de la Administración para restaurar el hábitat afectado por el incendio pretendieran conseguir que la restauración ecológica del monte sirviera a su vez para mejorar la economía y la calidad de vida de las poblaciones rurales del entorno y la percepción que dichas poblaciones tenían sobre el medio forestal que les rodea, un medio forestal que muere lentamente azotado por la enfermedad de la seca, causada por un hongo exótico que prospera desde hace quince años de una forma vertiginosa debido a la debilidad de los árboles que sobrevivieron, sobre todo alcornoque y encina”, añaden desde la plataforma, que considera que el medio forestal está “devastado, sin regeneración y sin apoyo económico para la creación de bosque mediterráneo mediante siembras y plantaciones”.

A continuación, indican que, “como medidas compensatorias para la diversificacion de las actividades económicas, se creó un centro de interpretación del Río Tinto, cuyo coste fue de un millón de euros, se construyeron unas pequeñas instalaciones para turismo rural y, debido al envejecimiento de la población, se habilitó un centro para mayores en un edificio del pueblo. Quince años después -añaden- estos edificios están cerrados y, excepto el centro de mayores, están las obras inacabadas y sin dotación presupuestaria”.

Eso sí, “hay que reconocer que hubo actuaciones efectivas, como el arreglo de algunas infraestructuras viarias de comunicación o la puesta en marcha de una infraestructura para riego agrícola denominada la corona hidráulica”, añaden desde la plataforma, que, no obstante, considera que “llo no ha dado un medio de vida sostenible que asegure la economía local”.

Por todo ello, “desde la Plataforma Fuegos Nunca Más hacemos un llamamiento a la Administración andaluza a tomar conciencia de las necesidades de las zonas rurales como Berrocal cuyo desarrollo autónomo se vio truncado por un gran incendio forestal hace quince años”, señalan, tras lo que indican que, “desde nuestro municipio, que ha tenido una pérdida considerable de población -de 450 en 2004 apenas quedan 180 personas residiendo en el pueblo-, solicitamos un apoyo económico similar al que se hace en el sector de la agricultura y es tan necesario para el alcornocal y la dehesa con el objetivo de reactivar nuestra cultura y economía del corcho, revertir la actual situación de despoblamiento y recuperar de forma sostenible la fuente de recursos económicos”, lo que “le daría nuevamente independencia a Berrocal, volviendo a ser un lugar para la vida y trabajo de generaciones venideras”, añaden.

Asimismo, desde la plataforma han reproducido un texto del berrocaleño Manuel Márquez con el que se recuerda cómo vivieron los vecinos y vecinas aquel incendio. “La columna de humo se vio venir por el Barranco de Bajohornillo y poco tiempo después las llamas saltaron el río Tinto y cercaron al pueblo en unos momentos. Aquellos instantes de angustia y de zozobra quedaron marcados para siempre en el alma de su gente, la evacuación hacia Zalamea, el abandono de los hogares y de los animales”.