La pantalla de ‘Cine en el Pueblo’ llega esta semana también a las localidades de Paymogo, Cumbres Mayores, Manzanilla, Zalamea y El Cerro de Andévalo
El programa ‘Cine en el pueblo’ continúa su andadura por la provincia de Huelva y llegará a Zalamea la Real el próximo jueves a la Plaza de la Constitución a partir de las 22.00 horas, donde se exhibirá ‘Raya y el Dragón’ de la factoría Disney.
Los espectadores podrán viajar al mundo de la fantasía de Kumandra, donde humanos y dragones vivieron juntos en armonía hace mucho tiempo. Pero cuando una fuerza maligna amenazó la tierra, los dragones se sacrificaron para salvar a la humanidad. Ahora, 500 años después, esta misma fuerza ha regresado y una guerrera solitaria, Raya, tiene que encontrar al legendario último dragón para recomponer la tierra fracturada y a sus pueblos divididos. Sin embargo, a lo largo del camino, Raya descubrirá que necesitará algo más que un dragón para salvar el mundo, necesitará confianza y trabajo en equipo. Las protagonistas de «Raya y el último dragón» son Raya, una guerrera con un ingenio tan afilado como su espada, y Sisu, una mágica, mítica y modesta dragona. A su aventura se unirán un espabilado empresario de diez años de nombre Boun, el formidable gigante Tong y Noi, una bebé ladrona y su banda de Ongis.
El resto de sedes por las que deambulará durante esta semana el programa de cine de verano serán la piscina municipal de Paymogo, la Plaza de Toros de Cumbres Mayores, el auditorio de Manzanilla y la Plaza del Cristo de El Cerro de Andévalo que acogerán la gran pantalla de esta inciativa, con la que Diputación de Huelva lleva a municipios menores de 5.000 habitantes películas de reciente estreno para disfrutar al aire libre.
Miles de vecinos y veraneantes en los municipios y aldeas que participan en la campana disfrutaráb un verano más las películas programadas, pensadas para proyectarse en cualquier lugar y llegando, en algunos casos, a sitios donde el cine solo llega a través de la televisión. Un vehículo transporta todo lo necesario: equipos de proyección y sonido, pantalla, películas. Sólo es necesario una toma de corriente y sillas para que el público pueda disfrutar de una película de total actualidad.
Con esta campaña, la Diputación contribuye a cubrir el vacío existente en la provincia de Huelva en programaciones culturales de cine, agravado por la ausencia de salas comerciales ni públicas ni privadas en los municipios más pequeños y aldeas del territorio provincial. La Diputación pone en marcha el programa ‘Cine en el Pueblo’ convencida de la necesidad de reactivar las actividades culturales tras el parón sufrido con motivo de la crisis sanitaria por covid-19.
La Diputación pone a disposición de los Ayuntamientos participantes el personal técnico y el material necesarios: películas, equipos de proyección y sonido y pantalla. Por su parte, los pueblos y aldeas brindan personal de apoyo municipal para labores de carga y descarga, montaje y desmontaje, o cualquier otra necesidad requerida por el técnico encargado de proyectar, así como un responsable municipal durante la proyección, que garantice el adecuado desarrollo de la actividad.
Asimismo, adecúa un espacio al aire libre, cerrado en su contorno; toma de corriente, sillas para los espectadores y en el supuesto de condiciones climatológicas adversas, habilitará una sala cerrada. En caso de plaza pública o parque municipal, prever además el corte del alumbrado publico y el tránsito de vehículos.
El pasado año, unos cuarenta municipios y aldeas participaron de ‘Cine en el pueblo’ durante los meses de verano. Las plazas, terrazas y lugares públicos de los núcleos con menor población y menos posibilidades de disfrutar del séptimo arte en la gran pantalla, fueron escenario de las proyecciones bajo el cielo estival desde julio hasta finales de agosto.
La Diputación puso en marcha la campaña ‘Cine en el pueblo’ en la década de los años 90 con la intención de cubrir el vacío existente en la provincia en programaciones culturales de cine. Hace dos años el programa emprendió una nueva etapa con el sabor agridulce que supone sustituir la antigua máquina de 35 milímetros por las nuevas tecnologías y la proyección digital.