Montó en El Campillo la primera televisión por ondas de la provincia y grabó una exclusiva mundial: el vuelco de la Nao Victoria

Aunque nació en Estepa (Sevilla), Manuel Gil Benjumea se siente de la Cuenca Minera de Huelva, puesto que ha sido el lugar en el que se ha criado y ha desarrollado la mayor parte de su vida, puesto que vino a la provincia onubense casi recién nacido, hasta donde se desplazó su padre para trabajar en las minas. Su primer destino fue Nerva, pero al año de residir en la Cuenca se mudó a El Campillo, donde ha vivido desde 1958 hasta marzo de 1988, cuando se mudó a Huelva capital para trabajar en Atlantic Copper, empresa en la que ha permanecido hasta que se jubiló el pasado año. En la actualidad, sigue residiendo la capital, pero visita la comarca minera cada vez que tiene ocasión.

Ahora que está jubilado, Manuel dedica parte de su tiempo libre al Aula de la Experiencia de la Universidad de Huelva, donde se ha matriculado porque, reconoce, que “se aprende bastante, por lo que estoy muy satisfecho aquí. He hecho muchos amigos y he aprendido mucho de la mina, porque una de las asignaturas es la Cuenca Minera, centrándose en las minas de Riotinto. Incluso, hemos hecho una visita al propio Riotinto, conociendo Bellavista o la Corta Atalaya, entre otros”.

Actividades que, desde siempre, Manolo ha compaginado con su pasión por los videos. “Desde pequeño me han gustado los videos. No tenía ni 18 años cuando me compré una cámara. Hice incluso una película. Luego, en 1983, me compré una cámara de video de mayor calidad”, nos comenta Gil, que nos cuenta cómo “en El Campillo fue la primera vez que se emitió televisión por ondas. Lo hicimos con amplificador gracias a mi compañero Sebastián Fernández, lo que nos permitió poner en marcha la primera televisión por ondas. Corría entonces los años 1984-1985 y lo cierto es que fue un caso muy sonado en toda España, porque nos denunció la Guardia Civil, ya que entonces no había ninguna legislación al respecto”. La televisión se llamaba ‘Telecam’.

Fue así como nacía una televisión pionera en la provincia de Huelva, donde Manolo Gil realizaba todo tipo de reportajes, desde los acontecimientos que se producían en la zona, además de realizar denuncias de los problemas de la época, como, por ejemplo, la falta de agua.

No en vano, para Manolo Gil, “la Cuenca Minera lo es todo, porque es mi infancia y mi juventud. También es el lugar en el que me eché novia, Isabel Fernández, de Almonaster la Real, que hoy es mi mujer, y donde nacieron mis hijos, por lo que, cada vez que puedo, me doy una vuelta por la zona. Me relaja mucho, porque me recuerda mi etapa de joven y donde tengo muchos amigos”. Manuel tiene un hijo, al que le transmitió su pasión, puesto que vive en Huelva y es técnico audiovisual de televisión, además de encontrarse ampliando sus estudios, y una hija, que es ingeniera informática en Madrid.

A partir de aquí, este campillero de adopción comenzó a colaborar con la productora onubense VTH, con la que recuerda especialmente cómo en 1991 logró grabar una exclusiva mundial: el vuelco de la Nao Victoria durante su botadura en Huelva. Tal y como nos cuenta, “este hecho se produjo porque me mandaron a cubrir la botadura del barco en Huelva, pero la nao volcó por falta de calado. En ese momento, todos los periodistas se habían marchado para coger declaraciones a las autoridades, mientras que el ‘Güito’, que venía conmigo, y yo nos quedamos en la zona, con lo que era la única cámara que había allí. Así que pude grabar aquel impactante momento, convirtiéndose en una exclusiva mundial que nos pidieron todas las televisiones, saliendo aquella noche en todas las televisiones nacionales. Fue algo muy bonito, que me dio mucha fama entre los compañeros y la productora”.

Del mismo modo, a lo largo de su trayectoria, Manolo Gil ha realizado otros trabajos, como la llamada ‘BBC’ (Bodas, Bautizos y Comuniones), así como para la empresa Proinso. Todo ello le ha permitido tener un archivo de imágenes de la Cuenca Minera en general y de El Campillo en particular envidiable, conformado por unas 500 cintas en VHS y Súper VHS, “imágenes que, cada vez que puedo, las digitalizo para que no se pierdan y las subo a las redes sociales para darle difusión”.

Una pasión que no abandona, porque continúa fomentándola cada vez que tiene ocasión. Últimamente realiza grabaciones con una cámara de alta definición, tanto en bodas, trabajos industriales, teatro…, todo lo que tiene oportunidad. Por ejemplo, recientemente, ha grabado la excursión que realizó con los compañeros del Aula de la Experiencia a la Cuenca Minera o la inauguración de la nueva estación de ferrocarril de Huelva, en colaboración con la Asociación de Amigos del Ferrocarril. Y es que Manolo Gil asegura que “voy a seguir con la cámara mientras tenga fuerza”.