La Hermandad de la Cruz de Abajo anima a los onubenses a disfrutar de la “particularidad y belleza” de sus Cruces de Mayo

El municipio onubense de Berrocal celebra desde este viernes 3 de mayo una nueva edición de sus tradicionales y singulares Cruces de Mayo, una de las festividades con mayor arraigo de la provincia de Huelva que está declarada como Bien de Interés Cultural de Andalucía desde 1998.

Una de las características esenciales de la fiesta es la rivalidad existente entre la Cruz de Arriba y la Cruz de Abajo, representadas por las dos hermandades promotoras de la fiesta, que durante cinco días desarrollan su programación para conmemorar esta tradición.

Ante ello, el periódico de la Cuenca Minera de Riotinto, TINTO NOTICIAS, ha querido difundir la programación y aspectos más destacados de la celebración, por lo que, una vez anunciado el programa de la Real Hermandad Sacramental de la Santa Vera Cruz de Arriba, esta redacción ha contactado también con la Hermandad de la Santa Vera Cruz de Abajo para dar a conocer sus sensaciones y programa festivo.

Su Hermana Mayor, María Rosario Bermejo Romero, y toda su Junta Directiva invitan a los onubenses y visitantes de la provincia a acercarse hasta Berrocal y disfrutar de estas “maravillosas fiestas tan singulares en las que el fervor popular se hace más presente que nunca”.

Además, son “todo un acontecimiento único”, un motivo más para acudir estos días a la localidad para “conocer esta preciosa tradición de nuestro pueblo que cada año congrega a más personas en torno a ella por su ancestral rito, particularidad y belleza”, añaden.

Las Cruces de Mayo de Berrocal representan la ‘rivalidad’ entre la Cruz de Arriba y la Cruz de Abajo, “un hecho que ya existía desde los siglos XV y XVI, aunque en 1948 se reanudara la celebración tras el paréntesis que supuso la II República, la Guerra Civil y la posguerra, algo que fue superado gracias al fervor de los berrocaleños”, subrayan desde la Hermandad

Desde hace semanas las casas locales se han estado preparando con sus mejores ornamentos, chacinas y dulces, tras lo que este viernes comenzaron las fiestas con el corte del romero que este sábado se ofrece a la Cruz acompañado de las típicas coplas de ‘pique’.

La segunda jornada festiva comienza con la preparación las dos bestias seleccionadas por la Hermandad, ataviadas con aparejos de terciopelo bordado en oro, con las jáquimas y el rabo engalanados para el ancestral rito. Mientras se cargan los haces de romero en las bestias, se procede a la salida de los ‘Mozos de la Bandera’, que son los protagonistas de los rituales paganos a celebrar en el día, entre vivas y clamores de los enfervorizados hermanos y hermanas. En el acto que prosigue, el mozo subido a una mula clava la bandera en el haz de romero que porta el animal y, al llegar a su Ermita en la Plaza de la Villa, la desclava y ofrece el romero a la Santa Cruz de Abajo.

Ambas hermandades realizan los mismos actos de forma sucesiva, llevando luego las cruces a la iglesia, donde permanecen hasta el día siguiente, el domingo, que es el día solemne de la Cruz. Tras la celebración de la eucaristía en honor de la Santa Cruz, ambas hermandades salen en procesión por el pueblo acompañadas por los hermanos y hermanas y las bandas de música.

Como es usual en este tipo de fiestas, la rivalidad entre ambas hermandades es grande, reflejándose en las coplas de ‘pique’ en las que pregonan las carencias de la otra o ensalzan la propia belleza, siempre con su toque de gracia berrocaleña.

El lunes 6 y el martes 7 de mayo, denominados respectivamente ‘Dia del Lobo’ y ‘Día de la Zorra’, por comer carne el primero y las típicas habas enzapatás el segundo, están dedicados fundamentalmente al disfrute festivo propio de cada hermandad.