La Hermandad de Penitencia de Zalamea busca costaleros para portar la imagen de un nuevo paso

La cuadrilla de María Santísima de los Dolores es de momento insuficiente para salir en procesión en la próxima Semana Santa

La Real Hermandad de Penitencia es una hermandad muy consolidada en Zalamea la Real, hasta el punto de que data de 1580, lo que pone de manifiesto que se trata de un pueblo con gran arraigo cofrade. Sin embargo, el nuevo paso de la imagen de María Santísima de los Dolores de esta hermandad, cuyo estreno sería el Miércoles y el Jueves Santo, se encuentra por el momento sin el número suficiente de costaleros para que lo porten.

La hermana mayor de la Hermandad, Rocío Ruiz, cuenta que “desde que el pasado fin de semana, cuando el capataz de esta cuadrilla nos traslada el problema que tiene, la junta de gobierno se pone en marcha para difundirlo a través de todos los medios que tenemos a nuestro alcance para que el llamamiento llegue al máximo número de personas posible”.

Según Ruiz, la falta de costaleros puede deberse a que “Zalamea es un pueblo pequeño», aunque tiene «una gran Semana Santa y todos participamos de una manera u otra», pese a lo cual «en algunas ocasiones, como ocurre ahora con la cuadrilla de María Santísima de los Dolores, puede verse mermada la participación de costaleros”, señala.

En declaraciones a TINTO NOTICIAS -El periódico de la Cuenca Minera de Riotinto-, la hermana mayor de la Hermandad especifica que “en estos últimos años que hemos procesionado había incertidumbre con las cuadrillas, pero al final siempre se completaban y podíamos hacer estación de penitencia con normalidad”, añade.

Finalmente, Ruiz expresa que “siempre contemplamos varias opciones para que cualquier problema que pueda surgir no nos coja desprevenidos el día de las procesiones, pero confiamos en poder solucionar este problema con la incorporación de costaleros a esta cuadrilla y que se quede en eso”, concluye.

‘Los Ríos del Metal’: El nuevo documental que trata la historia minera de Huelva

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Un viajero recorre las minas onubenses para aprender sobre su pasado industrial, minero y ferroviario desde el siglo XIX

‘Los Ríos del Metal’ es un largometraje documental de 71 minutos de duración que ha realizado la productora Arquevisual en coproducción con Canal Sur Radio y Televisión. Su director, Tomás Lloret explica a TINTO NOTICIAS que “con él hemos intentado dar a conocer parte del patrimonio industrial, minero y ferroviario de la provincia de Huelva y, sobre todo, hemos tratado las minas del Andévalo. Estas ya están cerradas desde hace mucho tiempo, un día dejaron de trabajar en ellas. Unas se llaman Las Herrerías y otras son Las Cabezas del Pasto. También hemos tratado las minas de Cala.”

Lloret decidió investigar estas zonas mineras porque “la particularidad que tienen estas minas es que todas construyeron una línea de ferrocarril propia para sacar el mineral, pero no iban a Huelva, sino que llevaban el material al río Guadiana, concretamente al puerto de La Laja. Luego, cargaban el mineral en buques mercantes y lo llevaban por todo el río Guadiana hasta la desembocadura de Ayamonte. Ya desde allí, lo exportaban a distintos países. Lo mismo ocurre con las minas de Cala. Construyeron una línea férrea de 98 km desde Cala hasta Sevilla, concretamente San Juan de Aznalfarache. Allí construyeron otro embarcadero, que era de hormigón, donde llegaban los trenes y cargaban el mineral en los buques mercantes, que iban desde el Guadalquivir hasta Sanlúcar de Barrameda.”

Asimismo, Lloret expresa que “la minería en Huelva es fundamental desde la época romana o incluso antes. No se entiende Huelva sin las minas. Desde el siglo XIX el desarrollo industrial y económico que ha tenido Huelva, se debe a la minería.” Del mismo modo, también destaca que “en Riotinto la explotación ha sido mucho más intensiva que en otras zonas y más prolongada en el tiempo, por lo que el impacto ha sido mayor. Incluso sus cortas han sido mayores que en el Andévalo.”

Según el director del documental, “hemos montado una historia como si fuera un viajero que va recorriendo todas esas zonas y, al mismo tiempo que va haciendo este viaje, va descubriendo todos estos elementos del patrimonio que en la mayoría de los casos, está abandonado, por lo que está en muy mal estado.” Tomás detalla que el motivo de utilizar un personaje en su documental se debe a que “es muy difícil divulgar el patrimonio cultural, ya que hay muchos elementos que ya no existen. Al introducir un personaje de ficción en esta historia, se facilita la aproximación del público hacia el patrimonio. Lo que he pretendido es humanizar un poco la historia para que quien vea el documental pueda identificarse un poco con este viajero y que la narrativa pueda ser un poco más agradable para su visionado. Al igual que hemos tenido que hacer reconstrucciones 3D para mostrar lo que ya no existe.”

Tal y como cuenta Tomás, se está organizando un ciclo de preestrenos tanto en la provincia de Huelva como en la de Sevilla antes del estreno en televisión, el cual se espera que sea en primavera. “Ahora mismo tenemos tres sitios en los que ya tenemos cerrada la proyección: esta tarde a las 18:30 en Cala, el día 19 de marzo a las 19:00 en la Puebla de Guzmán y el día 30 de marzo en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. También estamos intentando que se proyecte en Funddatec, que es una fundación que tiene sede en San Juan de Aznalfarache. Al igual que queremos proyectar en la Universidad de Huelva. También estamos intentando gestionar con el FICUS, Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla”, precisa.

Tomás Lloret concluye expresando que para él “este documental ha supuesto muchísimo trabajo y aprender bastante también. Y, sobre todo, poder conocer sitios y personas que de otra manera no habría podido, porque se trata de lugares muy desconocidos y de difícil acceso, lo cual ha sido un privilegio. Hemos podido conocer a gente que nos ha llevado a sitios espectaculares y maravillosos. Ha sido casi una aventura poner esto en marcha.”

Trabajadores extranjeros de la fresa donarán un día de trabajo para ayudar a Ucrania

UPA Huelva agradece la iniciativa propia de los jornaleros y facilitará la logística de las ayudas

Trabajadores extranjeros de la campaña de recolección de los frutos rojos en Huelva participarán en una iniciativa solidaria mediante la cual donarán un día de trabajo para productos de primera necesidad en Ucrania.

El secretario general de UPA en Huelva, Manuel Piedra, explica con más detalle que “este jueves varios empresarios transmitían a UPA Huelva que trabajadores y trabajadoras de sus empresas estaban haciendo, por iniciativa propia, una propuesta para que su salario de un día de trabajo fuera destinado a la compra de medicamentos y otros productos que necesita el pueblo ucraniano, ya que esta guerra se está cebando con un país y sus ciudadanos.”

Del mismo modo, Manuel Piedra apunta que “desde UPA Huelva ya nos hemos puesto a disposición de la Dirección General de Migraciones para colaborar en el flujo migratorio que se prevé que entre en Europa».

Piedra ha añadido además que «también estamos desde la UPA Andalucía poniéndonos  en contacto con el Gobierno español para transmitirle que vamos a hacer una red de recogida de alimentos, no perecederos y medicamentos necesarios». Además, las ocho provincias de UPA Andalucía «nos vamos a poner a disposición de la Administración.”

El secretario de la UPA en Huelva también destaca que “esta iniciativa de los trabajadores y las trabajadoras hay que ponerla en valor porque son personas que han venido de países como Rumanía, Bulgaria, Ecuador, Mali y Senegal; por lo que un día de trabajo supone mucho para ellos por la necesidad económica en sus países y sus familias.” Además, también recalca que “tomar esa decisión es de una solidaridad digna de mencionar y esto demuestra que en este tipo de conflictos no hay colores, ni religión, ni países, ni banderas. Hay una unión de miles y miles de personas en este caso, para ser solidario con un país como Ucrania, que está siendo machacado vilmente.” 

De esta forma, Manuel Piedra concluye que “hay que agradecer a estos trabajadores y trabajadoras por esta iniciativa propia y, por supuesto, nosotros vamos a colaborar para que esta ayuda le llegue al pueblo ucraniano en tiempo y forma.”

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Huelva (UPA Huelva) también ha hecho público esta noticia en un hilo en su cuenta de Twitter: “trabajadores/as de Rumanía, Bulgaria, Ecuador, Honduras y otras nacionalidades que trabajan en la campaña de frutos rojos han propuesto por iniciativa propia donar un día de trabajo para ayuda humanitaria para Ucrania.”, dice en el Tuit.

La abuela de El Campillo cumple 107 años con un humor «estupendo» y memoria «excelente»

Isabel Maya y su hija Bernardina repasan la vida de esta mujer más que centenaria en una entrevista concedida a Tinto Noticias

Isabel Maya Márquez, vecina de El Campillo, cumplió 107 años el pasado 25 de febrero y se encuentra magníficamente, hasta el punto de que reconoce que «de memoria, y a veces de humor, estoy estupenda». Sin embargo, también admite que está «muy cansada» y se pregunta «por qué Dios me tiene aún aquí”. Tanto es así que su propia hija, Bernardina López Maya, afirma que la vida de su madre fue “muy mala”. Aún así, Isabel afirma que su vida durará “hasta que Dios quiera”.

Bernardina, que ha atendido a TINTO NOTICIAS junto a su madre, cuenta que su progenitora “nació en Aroche, pero al quedarse huérfana con siete años sus tíos se la llevaron a El Rosal de la Frontera. Más tarde, cuando cumplió 15 años, la mandaron a trabajar con unos terratenientes hasta que se casó”. A continuación, a Isabel “le pilló la guerra y su marido tuvo que irse al frente. Ella se quedó con sus suegros y su cuñada, pues ya tenía dos hijos. Finalmente, mataron a su cuñado y a su suegro con tres meses de diferencia, aunque su marido sí volvió”, añade.

Del mismo modo, Bernardina describe una anécdota bastante llamativa: “Eran los años de hambre posteriores a la guerra cuando fue a Portugal a por harina y, allí, los guardiñas la metieron en la cárcel durante cuatro días. Estuvo allí hasta que el teniente de El Rosal fue a sacarla. Y cuando salió, siguió trabajando”. Ya en el año 1950, tal y como cuenta su hija, Isabel fue a trabajar al campo y ya tenía cuatro hijos. Su marido empezó a trabajar en las minas de Riotinto, mientras que ella limpiaba casas y lavaba para las familias pudientes los fines de semana.

Bernardina aún recuerda que «mi madre se iba con mis hermanos mayores a hacer carbón y a recoger leña para la candela, ya que no había luz ni gas. Nos alumbrábamos con focos de carburo, mientras que nos calentábamos y hacíamos de comer en la candela”.

Isabel tuvo seis hijos, de los cuales solo viven cuatro en la actualidad. Su hijo mayor era el que siempre estaba con ella hasta que se casó y, aún así, seguía visitándola todos los días. Según Bernardina, el peor momento en la vida de Isabel fue “cuando su hijo mayor murió hace doce años”. De hecho, la misma Isabel expresa: “Quiero irme con mi hijo. Ya no es lo mismo”, lamenta.

Actualmente, sus hijas se turnan para ayudar a su madre en el día a día y para que no esté sola, ya que tiene una edad bastante avanzada, aunque Bernardina recalca que su madre “está fenomenal. Se vale por sí sola e incluso da paseos sola por la casa. Su cabeza está estupenda. Además, su memoria es excelente: se acuerda de todo y te lleva las cuentas perfectamente”, concluye.

Juan José Oña: «Jarcha ayudó a dar otra imagen de Andalucía»

Uno de los miembros del mítico grupo onubense aborda en una entrevista concedida a Tinto Noticias sus sensaciones y recuerdos de la formación ante el próximo concierto que llevará a cabo en Huelva para conmemorar su 50 aniversario

La vuelta de Jarcha a los escenarios ha generado una gran expectación en Huelva, por lo que TINTO NOTICIAS ha querido ahondar en tal acontecimiento y ha entrevistado a uno de los miembros del mítico grupo onubense que alcanzó gran fama en la década de los 70, cuando canciones como ‘Libertad sin ira’ llevaban mensajes de libertad en una época en que la sociedad española ansiaba grandes cambios en el país.

Juan José Oña ha atendido a esta redacción para contar sus sensaciones ante los próximos conciertos, que tendrán lugar los días 21 y 22 de mayo en la Casa Colón de Huelva y servirán para conmemorar el 50 aniversario de la formación, tal y como este periódico informó a través de esta publicación.

Oña aborda además la historia del grupo, sus objetivos y lo que significó en aquel momento, al tiempo que recuerda numerosas anécdotas que les sucedieron durante sus actuaciones en los numerosos escenarios de España que recorrieron juntos en los siete años en que formó parte de la mítica formación.

– Pregunta: ¿Cómo se siente ante esa próxima actuación en Huelva después de tanto tiempo?

– Respuesta: Siempre es gratificante, sobre todo si la respuesta del público está en consonancia con las expectativas. Y también ver que la gente guarda en la memoria a personas que en su día se subieron a un escenario para contar historias.

– P: ¿Qué significó para usted formar parte del grupo?

– R: Pues una experiencia absolutamente maravillosa. Le dediqué siete años de mi vida. Me permitió conocer a muchísima gente y muchos rincones de este país que no conocía. Además, también pude llevar un mensaje de libertad, de espíritu de lucha y de inconformismo, ya que había una necesidad de que cambiasen las cosas en este país.

– P: ¿Cómo se sintieron ante la gran acogida que tuvo el público español hacia el grupo?

– R: Bueno, creo que esas cosas dependen de llegar en el momento oportuno y con el mensaje que la gente necesitaba. A partir de ahí, se estableció una conexión excelente entre el público y nosotros. Y curiosamente, entre el público del resto del país también, no solo de Andalucía, que de pronto se encontraba con otra imagen de la región, diferente de la que se había estado ofreciendo durante décadas. Creo que en ese trabajo tanto Salvador Távora, la Cuadra de Sevilla, Carlos Cano como nosotros ayudamos a dar otra imagen de Andalucía.

– P: ¿La agrupación tenía algún objetivo para con la sociedad y cultura españolas?

– R: Claro, era la razón de ser del grupo. Había tres objetivos que cumplía. En primer lugar, ejercer una especie de periodismo cantado, contar las cosas que estaban pasando en este país en ese momento. Se hablaba de la polución, del terrorismo, de libertad… Eran composiciones propias que retrataban la actualidad desde un escenario y con música.

Otro objetico era el rescate del folclore tan rico de la tierra que corría el riesgo de perderse. Esto se debía a que las personas mayores que lo recordaban podían desaparecer en cualquier momento. Esta también fue una tarea apasionante.

Y por último, tender puentes entre la poesía y el ciudadano común. Se trataba de musicalizar poemas de Miguel Hernández, Machado, García Lorca, entre otros. La poesía le llegaba mucho mejor a la gente a través de la música que a través de las páginas.

– P: ¿Cómo llegó a formar parte de Jarcha?

– R: Antes me movía en grupos de teatro y, cuando llegué a Huelva, puse en marcha un grupo de teatro. A él vino a trabajar Ángel Corpa, que a su vez estaba creando un grupo de música folk, el cual derivaría en Jarcha. Debido a esa relación, en el primer disco aporté uno de los temas sin estar aún en el grupo. Más tarde, grabé con ellos por curiosidad, por ver cómo funcionaba eso de las grabaciones y los estudios de grabación. Allí también tuve que hacer algunos textos para el disco, corregir otros, incluso dirigir algún que otro recital. Y ya me ofrecieron formar parte del grupo en mayo del 74. Finalmente, decidí trabajar con ellos hasta el 81, cuando lo dejamos unos cuantos y cada uno se dedicó a otra cosa.

– P: ¿Cuál fue la época dorada del grupo?

– R: Pues creo que esos siete años para nosotros fueron una época dorada por distintos motivos. Primero, por las expectativas que levantaba y que nos superaban. Para nosotros, recién empezada nuestra carrera musical, llegar al Monumental de Madrid, que era un teatro con una capacidad de 1.600 personas, y que se colapsara la calle Atocha fue una gran experiencia. O que entrasen 1.500 personas al parque de atracciones. En fin, esa carrera está jalonada de momentos que impresionan. Cuando acabas de empezar, las expectativas son más humildes y, de pronto, ves que enganchas con muchísima gente. Por ejemplo, que en una caseta a las dos de la mañana la gente estuviera tomando copas y, de repente, hiciera un silencio sepulcral para escuchar la Elegía a Miguel Hernández era absolutamente emocionante.

– P: ¿Recuerda alguna anécdota más que le llamara la atención en aquel momento?

– R: Bueno, alguna que otra amenaza, eran otros tiempos. Ahora parece hasta jocoso, ¿no? Había gente a la que no le gustaba lo que hacíamos y nos pinchaba las ruedas de la furgoneta o nos la pintaba. En cuanto a alguna anécdota bonita, recuerdo que hubo algún sitio donde estaba censurada la letra. Por tanto, no pudimos cantar la canción, solo pusimos la música y el público la cantaba. Eran momentos distintos y todo muy rico. Por eso digo que siete años de esta experiencia son algo impagable.

– P: ¿Qué recuerdo más preciado guarda de sus compañeros?

– R: Pues el haber compartido todos esos momentos. Por una parte eso genera lazos muy fuertes y, por otra, tensiones. De hecho, tuvimos la osadía de vivir en un espacio común en Huelva, además de trabajar juntos. Estábamos juntos desde que nos levantábamos.

– P: Por último, ¿Qué mensaje le transmitiría a las personas que esperan verlos y escucharlos próximamente?

– R: Que sean benévolos con el paso del tiempo, tanto para ellos como para nosotros. Pero sobre todo, que disfruten. Si se sientan a escuchar el concierto del grupo, espero que lo disfruten muchísimo.