Este pianista y compositor de música para videojuegos, televisión y cine se encuentra en EEUU después de ganar varios reconocimientos, como el I Oskar Rieding International Competition for Composers (Slovenia, 2018), o de haber sido nominado a Mejor Banda Sonora en el Festival de Cine de Calzada de Calatrava (2018) por su trabajo en la película ‘Hasta que la muerte los separe’
Alberto Anaya López (Nerva, 1995, albertoanayamusic.com) es un joven compositor nervense de 24 años que cuenta con una formación académica tradicional, pues desarrollaba su formación académica en el Conservatorio Profesional de Música ‘Javier Perianes’ de Huelva y, de ahí, pasaba al Conservatorio Superior de Música ‘Manuel Castillo’ de Sevilla. Estudios que ha compaginado con una amplia experiencia profesional en el videojuego, el audiovisual y la enseñanza, sin olvidar que es un apasionado de la música contemporánea, del jazz y del flamenco, lo que le ha dado también un importante bagaje como intérprete, arreglista y en otros campos de la creación sonora. Dos variables que ha aplicado a su carrera profesional, al ser pianista y compositor de música para videojuegos, televisión y cine.
Y es que, tal y como recuerda, está ligado a la música desde pequeño: “De pequeño, según cuenta mi madre, antes de hablar -que tardé en aprender- tarareaba frecuentemente las melodías que escuchaba. También recuerdo que mi juguete favorito era un pequeño teclado Casio con los nombres de las notas torpemente pintados con rotulador en las teclas sobre las que tocaba todo lo que oía. Supongo que todo aquello tuvo algo que ver. Después, mis padres me apuntaron al Conservatorio con 7 años, y todo lo demás vino después con mucho esfuerzo y sacrificio”.
Una vocación que no ha sido fácil llevar a cabo, puesto que, como nos confiesa, “soy el primer músico profesional de mi familia, con todo lo que ello conlleva. Sin embargo, tuve muchísima suerte, tanto con mis padres como con mis profesores y mis profesoras, pues les debo absolutamente todo lo que he conseguido y lo que conseguiré tanto en lo profesional como en lo personal”.
Desde agosto de 2018, Alberto se encuentra en Nueva York con una beca Fulbright, una ayuda educativa en el ámbito de la industria del entretenimiento que “pedí gracias a que un profesor, Rafael Luque Vela, -un gran tipo, otro pedazo de profe que tuve-, me la mencionó”, nos dice. Un destino que eligió él mismo, puesto que le ofrecieron también la opción de Los Ángeles. Pero, según nos dice, “me decanté por Nueva York dado que tiene un programa de dos años bastante más completo que cualquiera de los que hay en Los Ángeles”.
Además, recientemente, ha ganado el I Oskar Rieding International Competition for Composers (Slovenia, 2018) y ‘Taller Sonoro’ estrenó una pieza suya en el Festival de Música Manuel de Falla (Cádiz, 2017). Logros en una carrera que acaba de comenzar, a pesar de lo cual ya ha realizado múltiples trabajos, por ejemplo, al servicio de la imagen, habiendo sido nominado a Mejor Banda Sonora en el Festival de Cine de Calzada de Calatrava (2018) por su trabajo en el largometraje ‘Hasta que la muerte los separe’, al tiempo que también obtuvo una Mención a Mejor Banda Sonora en #Comcorto2015 por ‘Supermaca’, primer cortometraje al que le ha hecho la banda sonora, con Antonia Gómez Grande como protagonista y con Ana María Camacho de la Rosa en la producción.
Y todo ello lo compagina con su trabajo como pianista para diferentes agrupaciones, como ‘El Granuja y sus Majaras’, ‘Fusión Moderna’ y ‘Onubraum Jazz Band’, entre otras, al tiempo que ha tenido la oportunidad de hacer canciones como ‘Un paso al frente’ y vivir experiencias que considera increíbles por todos los rincones de la provincia de Huelva y de gran parte de Andalucía.
Cuestiones que no le han impedido seguir teniendo a Huelva y la Cuenca Minera muy presente. De hecho, de Nerva tiene múltiples recuerdos, que siempre tiene muy presentes. Una localidad minera de la que nos cuenta lo siguiente: “Lo mejor de Nerva para mí, o mis recuerdos más felices, son de cuando era pequeño. La infancia debería tener lugar en un pueblo por ley, el que sea, pero si es Nerva mejor. La libertad de poder explorar de manera libre y ociosa un lugar en el que todas las personas se conocen, y un lugar tan bonito como Nerva, es el mejor alimento para la curiosidad de cualquier niño. De mayor también me quedo con las fiestas patronales, con la diana, con la familia y los amigos que tengo allí, y con cómo me recuerdan y me reciben cada vez que los visito. El camino de vuelta es muy largo, pero volver es siempre un verdadero placer. De verdad, gracias a todos y a todas por todo lo que habéis compartido conmigo, y aprovecho para deciros que lo poco o lo mucho que resulte de esta vida que llevo va por ustedes”.
Y, de hecho, tiene previsto volver a casa por Navidad, “luego pasaré Año Nuevo en Ciudad de México y me volveré a Nueva York en enero. Me graduaré, me mudaré a Los Ángeles al menos durante un año y, después, espero poder dedicarme a lo que me apasiona desde casa”.