El autor profundiza en el alma de este elemento natural a través de sus múltiples usos, desde lo cotidiano a lo espiritual
La Sala de la Provincia de la Diputación de Huelva ha ampliado la exposición actual, ‘Mensaje en piedra’, del fotógrafo nervense Juan Manuel Nogales, hasta el próximo 19 de agosto. Con finalización prevista la pasada semana, el éxito de la muestra ha motivado que se mantenga un mes más, con el objetivo de que el público onubense y visitante pueda disfrutar de ella.
A través de un recorrido por cincuenta enclaves distintos de la geografía peninsular, el autor ha dedicado sus último cinco años a esta muestra, en la que nos presenta la grandeza de este elemento natural, inalterable desde los albores de la humanidad, profundizando en su esencia, en su alma, a través de sus múltiples usos a lo largo de la historia.
La muestra está compuesta por 73 piezas fotográficas -43 individuales y 11 paneles con varias composiciones- con las que Nogales “sabe transmitir con pasión mucho más que la propia imagen de las piedras, ya que es capaz de profundizar en esa esencia, ese corazón que, sin duda, posee este elemento natural, más allá de la connotación negativa del propio término, ya que ha servido durante siglos a la humanidad de cobijo, de defensa, como herramienta de trabajo, como majestuoso adorno ceremonial y como soporte mágico y espiritual”.
Partiendo de la geología, Nogales ha recorrido lugares tan emblemáticos y llenos de historia como la ciudad encantada de Cuenca, el anfiteatro de Burgos, El Elefantito de la Pedriza, el bosque de piedras de Murueta, el arrastre de piedras en Zeanuri, el dolmen de Guadalperal, los Toros de Guisando “y ya en territorio onubense, el Dolmen de Soto, el de Pozuelo, las huellas de animales prehistóricos de Matalascañas, el enclave arqueológico de Turóbriga, en Aroche, la Constelación de Zalamea y uno de los últimos e importantes hallazgos como es la Estela Diademada de Cañaveral de León, además de lugares como Riotinto, Nerva y Sotiel Coronada”, ha subrayado Rubio.
En palabras del autor, “con este proyecto sobre piedras vuelvo la vista a lo que nos ha acompañado desde tiempo inmemorial al ser humano, humanoide, o como podamos definirnos como especie animal de esta nuestra tierra, espacio, lugar, casa en el que habitamos; por ello, invito a mirar y ver, a tocar y sentir, ya que la piedra está ahí y nuestros ancianos, esas bibliotecas del saber, las han utilizado, las han venerado, se han servido de ellas, su mensaje es eterno y de nosotros depende su protección y delicado uso”.
Nogales ha hecho hincapié en que “este proyecto lo he entendido desde varios puntos de vista, como son la conformación del espacio, lugar en el que vivimos; las huellas, el paso de miles de años, la fragilidad del ser humano frente a lo eterno; la utilidad, nos hemos servido de la piedra para todo, vivienda, refugio, etc.; los espacios espirituales, donde concitamos sensibilidades del espíritu; y lo que dejamos, obviando que la tierra sigue después de nosotros, enterramos, deshacemos y extraemos las que nos hace falta para nuestras creadas necesidades”.
El autor mantiene en toda su obra un discurso a favor del cuidado y el respeto hacia el planeta, señalando que “somos creadores de basura que lanzamos o soterramos en nuestro habitad, inconscientes y abusando de una naturaleza que, nos guste o no, comprendamos o no, es finita, como nuestra vida pero, al final, seguirán las piedras, y aunque hacemos todo lo que podemos para destruirlas, el material se volverá a unir y será piedra, puede que con otra forma, puede que con otra composición, pero piedra, sólida, inalterable, insensible…”
Respecto al sentido de la presencia de las piedras en el mundo, Nogales hace una reflexión en la que afirma que “puede parecer que no tienen vida o voluntad de hacer otra cosa, pero quizás cuando se formaron les dieron una misión: ser protectoras, y ahí siguen, impertérritas, inaccesibles al desaliento, resistiendo, permitiendo que sobre esa fortaleza crezcamos como seres y formemos una sociedad que vive de espaldas y a veces, en contra de su presencia, y gastamos montañas, socavamos minas, y modificamos la naturaleza a nuestro servicio, a nuestra necesidad”.
Esta exposición permanecerá abierta hasta el 19 de agosto de 2023, en horario de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas de lunes a viernes y de 10:00 a 14:00 horas los sábados.