El documental de Raquel Kurpershoek sigue cosechando éxitos

El cortometraje ‘Traslasierra’, rodado en la aldea de El Campillo que lleva este mismo nombre y en Valverde del Camino, sigue cosechando éxitos. Tras lograr el primer premio del Festival Internacional de Cine de Girona, del IV Certamen de Cortos de la Provincia de Sevilla y de la Muestra de Cine Realizado por Mujeres (WofestHuelva), el documental de Raquel Kurpershoek acaba de lograr ahora el primer premio del festival de cine Cortogenial de Puente Genil (Córdoba).

Kurpershoek se ha mostrado exultante nada más conocer la noticia. “Soy tan feliz de recibir reconocimiento por algo tan personal y trabajado y desde la ciudad más bonita del mundo”, ha manifestado la directora, para quien este premio “demuestra que no hay que dejar de soñar, que se puede”. Asimismo, Raquel Kurpershoek ha mostrado sui agradecimiento al jurado y “a mi equipo maravilloso” y ha felicitado “desde lo más profundo a los demás participantes” por sus películas “preciosas”.

‘Trasalasierra’, que aborda la relación de las personas sordas con la música, se rodó en esa aldea de El Campillo y lleva como título ese mismo nombre por un doble motivo: porque «mi familia es de Huelva y tengo un vinculo muy fuerte con ella» y porque «Traslasierra es el nombre de una aldea preciosa en Huelva y significa en español detrás de las montañas. Me gustó su paisaje y el significado del nombre. Es como en mi documental, una metáfora de la posición de los sordos en la sociedad», destacó Raquel Kurpershoek en esta reciente entrevista concedida a este periódico.

«Traslasierra es un documental con notas autobiográficas y sobre la relación de las personas sordas con la música», explicó la directora, para quien, aunque «a primera vista la música y el mundo de los sordos parecen ser dos mundos totalmente diferentes, ‘Traslasierra’ arroja una luz realmente inesperada sobre este asunto. La música es universal. Las emociones humanas son universales. Y como se muestra en este documental, cuando el querer comunicar está ahí, entonces no existen fronteras. La música y las emociones juntas hacen milagros», añadió.

Raquel Kurpershoek estudió músicas del mundo en el Conservatorio de Rotterdam y tiene muchos amigos que son sordos, por lo que desarrolló «una gran fascinación por el mundo de los sordos y su lengua. Vi una conexión muy bonita entre la expresividad, la calidez y la franqueza en la comunicación de las personas sordas y de la música. Teniendo estos dos mundos muy presentes en mi vida, vi la necesidad de hacer algo con esto», agregó.