Antonio Bueno, en su última visita a Riotinto

El fallecimiento del conocido sacerdote Antonio Bueno, a sus 89 años de edad, en la madrugada de este pasado jueves 4 de enero, ha provocado numerosas muestras de pesar a lo largo y ancho de toda la provincia de Huelva, donde Bueno ha sido presbítero durante los últimos 63 años. Pero si hay un pueblo onubense que ha sentido especialmente su pérdida ese ha sido, además de Bonares, su localidad natal, Minas de Riotinto, al que Bueno ha estado ligado desde 1954, cuando fue nombrado coadjutor del entonces sacerdote este municipio, Antonio Daza.

Su labor pastoral en la localidad minera duró seis años, hasta 1960, pero nunca dejó de estar estrechamente vinculado a esta población, hasta el punto de que fue nombrado Hijo Adoptivo de Minas de Riotinto. Además, Don Antonio ‘El Bueno’, como siempre le llamaron los riotinteños y riotinteñas, acudía cada año a la misa en honor a la Virgen del Rosario durante las fiestas patronales, unas fiestas que, además, mantienen la aportación que hizo el propio Bueno a las mismas cuando era coadjutor del municipio: la presentación de la Esquila ante Nuestra Señora del Rosario en la parroquia de Santa Bárbara.

Antonio Bueno, en su última visita a Riotinto

Su nombramiento de Hijo Adoptivo y vinculación con Riotinto hasta el final de sus días son una muestra clara de la onda huella que Antonio Bueno dejó en la localidad en sus seis años de labor pastoral, etapa en la que destacó especialmente por su labor con los jóvenes, hasta el punto de que creó para ellos un equipo de fútbol, el Juventud Minera, del que saldrían muchos jugadores pare el Riotinto Balompié.

Tras su marcha, en 1960, cuando pasó a ser coadjutor de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en Huelva, los riotinteños y riotinteñas siempre siguieron considerándolo su cura, tanto que una amplia representación de la localidad lo despidió este viernes 5 de enero en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Bonares, donde tuvo la Santa Misa de Exequias, que estuvo presidida por el obispo de Huelva, José Vilaplana.

Trayectoria

Natural de Bonares, donde nació el 20 de marzo de 1928, Antonio Bueno cursó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Metropolitano de Sevilla y fue ordenado presbítero el 12 de junio de 1954 en Huelva. Su primer encargo pastoral fue como coadjutor de la parroquia San Antonio Abad de Trigueros, donde apenas estuvo dos meses, tras lo que pasó a ser coadjutor de Minas de Riotinto y cura encargado de Las Delgadas. En julio de 1960 pasa a ser coadjutor de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores de Huelva, labor que compagina con la de profesor de religión en el Colegio Francés y delegado diocesano de Cáritas. En 1966 es nombrado párroco de la recién creada parroquia de Cristo Sacerdote, donde permaneció durante 30 años. Su última etapa de párroco la desempeñó en la céntrica parroquia de La Purísima Concepción de Huelva, donde permaneció desde 1996 hasta 2008, finalmente como párroco moderador, y acometió la importante obra de rehabilitación de este emblemático templo onubense.

Tal y como informan desde Bonares Digital, en este largo período de tiempo fue en varias ocasiones designado arcipreste de Huelva-Centro y miembro del Consejo Pastoral Diocesano y del Consejo de Presbiterio. Además, fue presidente del Comité Ejecutivo de la Asamblea Conjunta en la Diócesis celebrada entre enero de 1971 y 1972, así como director del Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías desde diciembre de 1989 hasta octubre de 1996. Nombrado Canónigo Maestro de Liturgia el 29 de julio de 1992, también destacó por su labor como capellán del Real Club Recreativo de Huelva, al que acompañó a la Audiencia General con SS. Francisco, el 24 de septiembre de 2014, con motivo del 125 aniversario del club.

Fotos: Rafael Cortés