Desde 2004 ha habido en la zona una treintena de fuegos, entre los que destacan los de Nerva, Riotinto, El Campillo o La Granada, recuerdan desde Fuegos Nunca Más

La Plataforma Fuegos Nunca Más considera que el incendio acaecido esta semana en El Madroño -localidad sevillana fronteriza con la Cuenca Minera de Riotinto- y sus aldeas no es casual, por lo que «más que nunca» insiste en que los causantes sean detenidos y juzgados y que los incendios «no queden impunes, como viene ocurriendo hasta ahora».

Esta plataforma ciudadana recuerda que en el mismo paraje de la aldea de Juan Antón donde se inició este siniestro, el lugar del Puente de Juan García, comenzó en junio de 2017 otro incendio forestal, y cerca de allí, en la aldea de El Álamo, otro en agosto de 2016. Por tanto, «son tres los años en que alguien está queriendo quemar estos montes» que conectan todo el territorio de Huelva y Sevilla y, lamentablemente, lo han conseguido esta vez.

En 2004, esta zona se vio afectada por el mayor incendio forestal acaecido en Andalucía, en el que se arrasaron 35.000 hectáreas de 13 municipios de las provincias de Sevilla y Huelva y perdieron la vida dos personas que no pudieron huir, quedando además el crimen impune, pues nadie ha sido condenado por haberlo causado.

Esta catástrofe tuvo como zona de mayor devastación los términos municipales colindantes de El Madroño (Sevilla) y Berrocal (Huelva) y fue el germen para que naciera la Plataforma Fuegos Nunca Más.

Esta plataforma ciudadana recuerda la importancia de realizar una buena gestión forestal preventiva en la época de menos riesgo de incendios forestales y, sin embargo, ve año tras año cómo «los incendios forestales se suceden en la Cuenca Minera, devastando los bosques de monte mediterráneo y las dehesas que conforman el mundo rural de la zona y da sustento a numerosos pueblos y aldeas, dejándolos a merced del paulatino abandono tanto de los servicios sociales básicos como de la población», señalan.

Desde 2004 ha habido en esta zona unos 30 fuegos, entre incendios y conatos. Entre los más recientes y extensos están los de Nerva, Minas de Riotinto, El Campillo o La Granada de Riotinto en la provincia de Huelva y el de El Garrobo, El Castillo de las Guardas o Aznalcóllar en la de Sevilla.

Hace escasamente un mes, cuando se cumplían 15 años de aquel terrible incendio de 2004 iniciado en Minas de Riotinto, Fuegos Nunca Más destacaba que «un incendio forestal es lo peor que le puede pasar a un pueblo rural», tras lo que ahora vuelve a ver que «unas trescientas hectáreas han sucumbido bajo las llamas, una aldea ha tenido que ser evacuada y otra ha estado muy cerca de ser también evacuada», lamentan.

Hoy, la plataforma quiere recordar a la ciudadanía qué significan esas hectáreas: monte mediterráneo fundamentalmente, con su fauna silvestre y su pinar o su dehesa donde las familias sacan el corcho a los alcornoques, donde están colocados asentamientos apícolas para la obtención de miel, cera y polen, donde pastan los animales de pastores que tienen ganadería extensiva, donde hay cotos sociales de caza, donde un incipiente turismo rural sirve de apoyo a la economía local, donde hay casas aisladas con huertos, gallineros, perros. «Todo eso y más se ha quemado», señalan.

Para la plataforma, mucho se habla de la protección del mundo rural como garantía para la seguridad alimentaria y el bienestar incluso en las zonas urbanas, «pero quienes cometen el delito de provocar incendios forestales y destruir su medio de vida están impunes».

Es por ello «urgente», añaden, priorizar la investigación para la detención y juicio de quienes cometen el delito de prender fuego al monte en las zonas rurales, porque siempre atenta contra el medio ambiente, siempre conlleva un delito de daño o destrucción de propiedades y, con ellas, de proyectos de vida de personas y familias, significando también en algunas terribles ocasiones la pérdida de la vida de personas.

Se sabe por fuentes oficiales que en Andalucía alrededor del 10 por ciento de los incendios forestales se produce por causas naturales y que del otro 90 por ciento es causado por el ser humano, de los que alrededor del 40 por ciento son intencionados. «Es decir, hay personas incendiarias que provocan los incendios con premeditación y cálculo, siendo sus objetivos de diversa índole y sus motivos más comunes el afán de lucro, la maldad o sencillamente la necedad», indican desde la plataforma, que lamenta a continuación que, sin embargo, «no se conocen las investigaciones, no se saben quiénes son, para qué lo hicieron y si han sido convenientemente juzgados y en su caso condenados».

La Plataforma Fuegos Nunca Más solicita por todo ello al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que se disponga el máximo de recursos a las brigadas de investigación de los incendios forestales como recurso indispensable y prioritario. Si, como él afirma, «en Andalucía tenemos grandes profesionales que son expertos en combatir el fuego», para Fuegos Nunca Más se hace «irrenunciable» dotar a este «formidable cuerpo» del Infoca, para complementarlo, del «más excelente» equipo de investigación que permita arrestar y juzgar conforme al Código Penal y las leyes vigentes a los delincuentes que atentan con fuego contra el monte, los proyectos de futuro y la propia vida de las personas que viven en las zonas rurales.

Y, por último, la plataforma ciudadana pide al Gobierno andaluz «una apuesta firme con un apoyo explícito» a las personas emprendedoras del mundo rural que pierden sus proyectos de vida con el fuego, «porque hacen un uso y gestión sostenibles de los recursos rurales mediante la ganadería, las colmenas y otras actividades respetuosas con el medio, devolviendo al monte mediterráneo su vocación como fuente de vida y trabajo para las generaciones venideras», concluyen.