Combatió contra las tropas francesas de Napoleón, suministró alimentos al ejército español destinado en Cádiz y le dieron crédito para el aprovechamiento de las aguas vitriólicas de las Reales Minas de Rio-Tinto

En 1810 España estaba inmersa en plena Guerra de la Independencia, los franceses habían tomado Sevilla y tan solo le faltaba por llegar a los pueblos mineros de Riotinto. En febrero de ese mismo año un destacamento francés que había salido de Sevilla, se dirigía a Badajoz por el camino de Santa Olalla. Enseguida el Ayuntamiento de Zalamea la Real, tras conocer estos movimientos, convocó a los vecinos de la población y un grupo de ellos capitaneados por Juan Santana Bolaños salió con una partida compuesta con numerosos milicianos para interceptar a las tropas francesas. La munición y el armamento necesario lo proporcionó del arsenal de la compañía Vicente de Letona, director de las Reales Minas de Rio-Tinto, quedando abatido la totalidad de los soldados franceses.

Un mes más tarde ocurrió otro de los enfrentamientos que tuvo que soportar la población, conocida como la Batalla de Palanco. Según nos ha contado Carmen López Tatay, una de las descendientes de Juan Santana Bolaños, ante la llegada de un destacamento del ejército francés, procedente de Valverde del Camino, se formó de nuevo una partida de vecinos, operarios de las minas y otros voluntarios de los pueblos de alrededor, entre los que se encontraba Santana Bolaños. La confrontación tuvo lugar en el Barranco de Palanco, donde se producen una serie de descargas actuando los milicianos de manera valerosa y que hacen retroceder a los franceses de nuevo hacia Valverde.

Una vez terminada la guerra y retirado el ejército francés de territorio español, durante los años siguientes la población tuvo que atravesar una difícil situación económica al verse obligada a abastecer a las tropas españolas de comida para su subsistencia: carne del ganado y cosechas de cereales para la elaboración de pan. De esta forma, en 1817 Juan Santana Bolaños suministró a las tropas españolas de la provincia marítima de Cádiz una cantidad de trigo que se elevó a la no despreciable cifra de 396.738 reales de vellón, y que, como las arcas del estado no pudieron pagarle, se quedó este crédito a su favor frente a la Real Hacienda.

Mientras tanto, en las Minas de Rio-Tinto la labor de cementación, que era como se conocía el Aprovechamiento de las Aguas Vitriólicas, estuvo abandonada.

Vitriolas de las minas de Riotinto

Estos trabajos consistían en colocar en el interior de la mina unos canales de madera en los que se metía unas planchas o desechos de hierro por los que circulaban las aguas vitriólicas y por las que se precipitaba el cobre. De esta forma se obtenía, lo que aún hoy día se conoce como “cáscara de cobre” adherida a los pedazos de hierro. Depositada esta cáscara en cajones de madera se llevaban a la Fábrica de Afino para convertirse, en menos tiempo y con menor cantidad de carbón de brezo que el mineral explotado en las minas, en cobre fino “a punto de martinete” que se vendía a la Casa de la Moneda de Segovia y si el cobre recibía un segundo afino, se convertiría en cobre “a boca de fuego” o “a punto de artillería” que se enviaba directamente a la Real Maestranza de Artillería de Sevilla, en un carro tirado por mulas a través de los caminos romanos que partiendo de la Aldea de Riotinto, hoy Nerva, pasaba por las minas del Castillo de las Guardas, Itálica en Santiponce y Sevilla.

Viendo los beneficios que podía obtener de las labores de cementación, Juan Santana Bolaños solicitó licencia para la explotación de estas aguas, y el 4 de marzo de 1823 se le otorgó crédito público para el aprovechamiento de las aguas vitriólicas de las minas. De esta forma Juan Santana Bolaños se convirtió en el primero y único empresario de la cuenca minera de Riotinto al que se le concediera el privilegio de explotar las milenarias Minas de Rio-Tinto o, al menos, parte de ellas.

Por esta concesión Santana Bolaños pagaría 500 reales diarios, que le serían descontados de la deuda, que por 396.738 reales tenía con la Hacienda Pública por las ventas de trigo que hizo en 1817.

Precintos de plomo minas de Riotinto

Pero, como en todas las concesiones que la Real Hacienda hiciera de las Minas de Rio-Tinto, iba a dar más problemas que satisfacciones, teniendo que cesar sus actividades dos años más tarde en 1825, aunque volviendo a ser autorizado dentro del mismo año a beneficiar las aguas y afinar las cáscaras de cobre producidas de su propia cementación. En estos dos periodos Juan Santana Bolaños obtuvo 1.657 arrobas de cobre (19.059 kg) en sus explotaciones.

Fallecido Juan Santana Bolaños, su hijo Bruno Bolaños presentó el 2 de mayo de 1829 una reclamación sobre la liquidación que tenía pendiente su padre con la Hacienda. De esta forma, la Contaduría de las Minas de Rio-Tinto realizó la siguiente liquidación de gastos e ingresos por los trabajos ejecutados:

                                                                                    Reales de Vellón
Total valor del crédito a descontar………………………….. 396.738
Por el disfrute de dichas aguas a razón de 500 rs diarios
del 1 de julio de 1824 al 10 de enero de 1825 ……………………….. 96.500
Por 1.434 arrobas de hierro a 26 reales ……………………………… 37.284
Por 123 jornales a Juan Real a 6 reales ………………………………. 738
Por jornales pagados al Guarda que custodia la cañería…………… 2.070
Por los pagados a un Maestro que vino de Huelva a embrear los cajones. 320
Por el carbón consumido y jornales para la afinación de la
cáscara de cobre…………………………………………………………. 4.578
Por el porte de 387 arrobas de cobre afinado desde estas Minas a la Casa
de la Moneda de Segovia a 15 rs la arroba según Hilarion de la Banda… 5.805
Por el porte de 46.000 rs en monedas de vellón desde dicha Casa a
Zalamea la Real, según recibo del mismo Banda ………………………… 2.172

Por la venta de 387 arrobas de cobre fino roseta a punto de martinete
vendido a la Casa de la Moneda de Segovia a 5 ¼ rs libra ………….. 50.793

Y el total valor del crédito resulta ser de…………………………………………….. 300.238

La Dirección de las Minas aprobó la referida liquidación a favor de Santana Bolaños en Madrid a 28 de Mayo de 1831. Desconocemos si esta liquidación fue pagada por la Real Hacienda a su hijo Bruno.

Posteriormente los trabajos de Aprovechamiento de las Aguas Vitriólicas continuaron mejorándose, ampliándose la longitud del canaleo, el modo de colocar las planchas de hierro, la cubrición de los canales, la utilización de vitriolos, etc.

Hoy, después de 200 años, las Labores de Cementación continúan desarrollándose en las empresas mineras, que junto con los trabajos de lixiviación se obtiene Cáscara de Cobre como producto secundario de una actividad minera complementaria.

Por Juan Carlos Domínguez Vázquez