Natural de Zalema la Real, Israel Millán es un nombre que cada vez suena con más fuerza en el mundo cinematográfico made in Spain, después de participar en grandes proyectos audiovisuales tan conocidos como ‘Grupo 7’ o ‘La isla mínima’, ambos del cineasta sevillano Alberto Rodríguez.
Una intensa trayectoria profesional que se inició cuando en el año 2001 se marchó a Madrid para realizar un curso de 3D. Una experiencia que le permitió darse cuenta de que la carrera de Informática que estaba realizando no era lo suyo, de ahí que, a su regreso a Huelva, decidió buscar un hueco en diferentes empresas y medios de comunicación, como sucedió con Atlántico Televisión y D2 Audiovisuales.
Desde Huelva, su salto a la gran pantalla se produjo a partir de 2007, cuando se marchó a vivir a Sevilla, donde tuvo la oportunidad de trabajar en una empresa dedicada a la postproducción, al tiempo que estudiaba el Título de Técnico Superior en Realización de Audiovisuales y Espectáculos. Fue así cómo se introdujo en estos grandes proyectos cinematográficos, donde se encarga del área de los efectos especiales.
“A grandes rasgos, todo plano que lleve efectos visuales en una película pasa por nosotros, por mí. Por ejemplo, cuando los actores hacen escenas de acción arriesgadas y van sujetos por arneses con cables nosotros los borramos. Otras veces nos toca agregar elementos que son peligrosos para hacerlos de verdad en rodaje, como fuego, o reforzar otros como la lluvia, entre otros”, nos comenta este zalameño.
En concreto, tras dirigir dos cortometrajes, su gran oportunidad en el cine le llegó en 2011 cuando la productora ‘La Zanfoña’ de Sevilla lo llamó para que participara en su primera película. Se trataba de ‘Grupo 7′, de Alberto Domínguez, protagonizada por Antonio de la Torre y Mario Casas, una cinta que ha obtenido numerosos premios, como el Goya al Mejor Actor de Reparto y al Actor Revelación, además del respaldo del público en las salas.
Fue su gran oportunidad, sin duda, puesto que después llegaron otros muchos proyectos, tanto de películas, series o cortometrajes, entre las que se encontraron ‘Carmina y Amén’ de Paco León. Y, de hecho, su buen trabajo le permitió que, tras varios proyectos como documentales o cortos, Alberto Domínguez volviera a contar con Israel Millán en ‘La Isla Mínima’, un thriller policíaco protagonizado por Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez, que también obtuvo un gran éxito.
A pesar de estos triunfos, Israel reconoce que no es nada fácil dedicarse a este sector, porque, en muchas ocasiones, debe trabajar como freelance, una circunstancia que ha provocado que, en la actualidad, haya hecho un pequeño paréntesis en el mundo del cine para dedicarse a otros ámbitos.
Pero, siempre, tiene la vista puesta en el ámbito cinematográfico. Un sector que le apasiona, si bien, reconoce que “a mí lo que más me llena es la dirección”. Un mundo, el del cine, en el que cree que Huelva “tiene un gran potencial como plató natural brutal”. La Cuenca Minera es un buen ejemplo de ello.