Este año 2020, se cumple el I Centenario de la publicación de la novela “EL METAL DE LOS MUERTOS”, escrito por Concha Espina y publicado por la editorial GIL-BLAS Renacimiento en 1920 y vendido a 5 Pesetas (1). Una novela inspirada en la vida diaria de los habitantes de la cuenca minera de Riotinto y en las condiciones laborales de los mineros de la RIO TINTO COMPANY LTD. Y, como diría la misma Concha Espina, “todo allí sugiere la idea de la última esclavitud de las criaturas humanas”.

Concepción Espina y Tagle nació en Santander en 1869 y murió en 1955 a los 83 años de edad cuando llevaba más de 15 años ciega, aunque no dejó de escribir sus últimos libros; escribía sobre una plantilla con líneas marcadas, que después pasaba a limpio su secretaria. El mismo día en que moría se publicó su último artículo de prensa en el diario ABC. Se puede consultar en la dirección (4): https://www.abc.es/cultura/libros/abci-palabras-articulo-postumo-concha-espina-abc-201904140102_noticia.html

Pertenecía a la llamada “Generación del 98” empezando a escribir en los periódicos bajo el pseudónimo de Ana Ceo Snichp. Pronto su nombre se empezaría a conocer en pequeños círculos junto al de Unamuno, Valle-Inclán o Rubén Darío.

En los años 20 publicó 18 títulos. Uno de ellos fue “EL METAL DE LOS MUERTOS”, el cual le valió como una de las nueve nominaciones al Premio Nobel de Literatura. Nunca llegó a ganarlo, aunque quedó tres veces finalista.

Tampoco entró en la Real Academia Española de la Lengua; sufriría el mismo destino que Emilia Pardo Bazán: se quedaron fuera por el simple hecho de ser mujer. Fue condecorada por el rey Alfonso XIII y recibió en dos ocasiones el Premio Nacional de Literatura.

A principio del siglo XX, sobre 1916 (según Félix Lunar) viajó hasta Nerva para conocer en primera persona los sucesos ocurridos en 1888, El Año de los Humos y otros acontecimientos y huelgas posteriores. Cuando la escritora santanderina llegó a Nerva, con su pamela y su ropa moderna, los mineros la confundieron con la famosa cupletera de la época Amalia Molina. Allí se quedó a vivir una temporada, durmiendo en la cama donde acababa de morir un trabajador chino.

Una de las mejores ediciones de esta novela es la publicada por Diputación de Huelva, Fundación Riotinto y la Universidad de Huelva en 1996 (2) con una magnífica presentación realizada por Antonio Rioja Bolaños, sacerdote en varios pueblos de la cuenca muy ligado al movimiento obrero y Antonio Garnica Silva, catedrático en filología inglesa.

Una novela que ha sido traducida al alemán, al ruso, al sueco y al inglés, habiéndose publicado más de 12 ediciones desde 1920.

“EL METAL DE LOS MUERTOS” es una novela social cuyo tema central es la huelga de agosto de 1917 de Riotinto. En esta novela describe de primera mano la situación de las familias mineras, las durísimas condiciones del trabajo y del desarrollo de la lucha sindical contra la compañía y por ello contribuyó a que las clases más cultas de España tuvieran la oportunidad de cambiar las ideas negativas que tenían de la lucha obrera.

Como dicen Antonio Rioja y Antonio Garnica en la presentación, la riqueza del vocabulario hace difícil su lectura al lector contemporáneo.

El éxito de “EL METAL DE LOS MUERTOS” sirvió para confirmar la mala fama que la RIO TINTO COMPANY LTD había adquirido a causa de las huelgas en aquellos años. La cuenca minera de Riotinto vivía desde principios de siglo en situación casi permanente de conflictos sociales, que siempre cerraban en falso debido a la política de la RTC y a la pasividad del gobierno. Desde 1908 hasta 1927 el director de la compañía era Walter J. Browning que gobernó Riotinto con mano de hierro y aunque la explotación minera llegó bajo su mandato al más alto nivel tecnológico de su historia, nunca hubo época con tantos y tan duros conflictos obreros; la dureza represiva de la compañía, sus intereses económicos y su incomprensión es la causa de las huelgas.

La novela de Concha Espina no tiene un final feliz porque la huelga tampoco lo tiene y la huelga de 1917 desembocará después en la terrible y larguísima huelga desde abril de 1920 hasta principios de 1921. Esta última llegó a ser tan dura que un gran número de niños –entre tres mil y cinco mil- fueron trasladados a otras ciudades y acogidos en casas de obreros sindicalistas de toda España. Como intermediario de esta gran huelga, la RTC envió a Sir Rhys Williams para negociar una solución al conflicto. La intervención de Williams hace que termine la huelga comprometiéndose la compañía a una serie de medidas sociales en favor de los trabajadores; y es cuando se crea los “boy-scouts”, los niños exploradores, para reconocer la dura situación de los niños de la cuenca.

Los personajes que aparecen en la novela “EL METAL DE LOS MUERTOS” tienen una semejanza fonética con los personajes reales que conoció Concha Espina en Nerva. De esta forma, llama a Félix Lunar (en 1956 escribió “A Cielo Abierto”, libro imprescindible en las bibliotecas de la cuenca) como Félix Garcés. A Cristóbal Roncero, médico de Nerva, como Alejandro Romero y al líder sindicalista Eladio Fernández Egocheaga como Aurelio Echea. Este dirigente obrero tenía buena pluma para escribir, era un gran orador, con facilidad de palabra y buen agitador de masas. Hoy día, por tradición oral de varias generaciones, en los pueblos de la cuenca minera aún se dice la frase: “¡Cállate niño!, que hablas más que Jocheaga”-, en alusión a una persona que habla mucho y no te deja hablar.

En el libro “A Cielo Abierto” (México, 1956) Félix Lunar (6), activista sindical y fundador de varios periódicos, cuenta cómo conoció a Concha Espina:

“Un día se me presenta en mi oficina un joven que se identifica como hijo de Concha Espina (…) celebrada escritora, novelista consagrada, venía a estudiar el caso de Riotinto, de la clase trabajadora. Madre e hijo venían recomendados a mí por Egocheaga.

Concha Espina venía todas las mañanas a mi despacho. Hizo buenas migas con Don Cristóbal, todos los días lo acompañaba en la visita a los enfermos; la gente de Nerva la confundían con la hermana del médico”.

Concha Espina, también narra otros sucesos acontecidos en Riotinto como el Incendio del Pozo Berta (Pozo Alicia) en 1913, el hundimiento del antiguo pueblo La Mina en 1908, los trenes cargados de niños con dirección a Madrid en 1920 ó las Cruces de Mayo de la aldea Montesorromero.

Unos de los documentos más importantes de Concha Espina, es el registro sonoro del año 1932 donde la propia autora narra los orígenes de su novela sobre las minas de Rio Tinto y donde nos cuenta la Génesis de la Novela “EL METAL DE LOS MUERTOS” (5): http://bdh.bne.es/

“Una vez en las minas de carbón de Asturias (…) sentí la necesidad de escribir la tragedia de los mineros, el drama de los hombres hermanos nuestros que viven en lo profundo de la tierra, tristes y enfermos para morir tan pronto. (…)

Pasaron años y pude visitar casi todas las minas de España. Bajé a las excavaciones más profundas, subí a las cortas abiertas en el regazo de la montaña como cánceres inmensos, conocí las fábricas, todos los caminos infernales de la esclavitud, los altos hornos, toda la tragedia de los hombres que quería pintar en mi libro. Y escribí “EL METAL DE LOS MUERTOS”.

Le situé en Riotinto, (…) en la Andalucía secuestrada por el inglés y que por eso no tiene ni pájaros, ni flores, ni cantares, ni mariposas; todo lo ha consumido allí la explotación. Aquel río parece en sangre. El paisaje es tan rojo, que la pasión roja de los hombres se explica allí. La vida es siniestra, enorme, una cosa dantesca, terriblemente infernal; todo allí sugiere la idea de la última esclavitud de las criaturas humanas”.

“EL METAL DE LOS MUERTOS” una novela reivindicativa de la lucha de los mineros de la Rio Tinto Company, con unas condiciones durísimas de trabajo. Una novela de una mujer adelantada a su tiempo. Una de las primeras novelas literarias con influencias sociales de nuestro país.

Texto: Juan Carlos Domínguez Vázquez

(1) El Metal de los Muertos. Concha Espina. Gil Blas Renacimiento. 1920
(2) El Metal de los Muertos. Concha Espina. Diputación de Huelva, Fundación Riotinto y Universidad de Huelva. 1996
(3) A Cielo Abierto. Félix Lunar. 1956. Editorial Huebra.
(4) Diario ABC
(5) Biblioteca Nacional de España
(6) Wikipedia